El Tribunal Constitucional habría admitido a trámite el recurso de inconstitucionalidad presentada por el Gobierno de Pedro Sánchez contra el apartado 5 de la ley gallega 8/2021, con el que Alberto Núñez Feijoo daba la posibilidad de imponer la vacunación obligatoria contra la covid-19, entre otras cuestiones. (Al final del texto está el texto de la ley objeto del recurso)
Antes de que acabara el pleno del Constitucional de este martes, en el que estaba previsto tratar el recurso de inconstitucionalidad del Gobierno, la noticia se ha filtrado a los medios. Fuentes oficiales del Tribunal Constitucional, en respuesta a Diario Médico, no han confirmado ni desmentido la filtración, aunque sí han querido aclarar que: a primera hora de la tarde la providencia que recoge la decisión del Tribunal Constitucional sobre el asunto no estaba firmada y, además, recordar que antes de hacer pública una decisión de este tipo hay que dar conocimiento a las partes. Esto es, en primer lugar al Gobierno de Alberto Nuñéz Feijoo, afectado por la medida y también al Gobierno de España. De modo que la noticia oficial de esta decisión la notificarán el Tribunal Constitucional este miércoles.
En todo caso, cabe recordar que con la admisión a trámite del recurso de inconstitucionalidad al apartado 5 de la Ley de la Comunidad Autónoma de Galicia 8/2021, de 25 de febrero, de modificación de la Ley de Galicia 8/2008 de 10 de julio, de salud de Galicia, éste quedaría suspendido. De modo, que el Gobierno gallego se quedaría sin el instrumento para obligar a la vacunación contra la covid-19. Y, el Tribunal Constitucional deberá pronunciarse sobre el fondo del asunto antes de cinco meses.
Motivos del recurso de inconstitucionalidad
Los argumentos con los que el Gobierno recurrió la ley gallega fueron explicados en rueda de prensa por la portavoz del Ejecutivo y ministra de Hacienda María Jesús Montero, el 30 de marzo, tras la reunión de Consejo de Ministros. Entonces, adelantó que el recurso estatal de inconstitucionalidad se basaría en que “sólo es posible a través de legislación estatal [y no la autonómica] restringir las libertades o derechos fundamentales, situación que queda absolutamente avalada por los diferentes informes que han tenido que ser recogidos para tomar esta decisión de recurso".
Y es que la anunciada la ley de Galicia 8/2021 de salud, a pesar de contar con el respaldo mayoritario del Parlamento autonómico, fue muy cuestionada por juristas y bioéticos al abordar un tema, el de la vacunación obligatoria, sobre el que se ha derramado mucha literatura jurídica y hay una nutrida jurisprudencia tanto de los tribunales nacionales como del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
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En declaraciones a este periódico, cuando se aprobó la ley gallega, el 25 de febrero, el jurista David Larios, experto en Derecho Sanitario y presidente de la Asociación Juristas de la Salud, reconoció que la medida le suscitaba dudas en dos ámbitos fundamentales: "La competencia de una autonomía para imponer la obligatoriedad en la vacunación, cuando afecta a derecho fundamentales y, además, no queda establecido en el marco estatal" y, por otro lado, "la vacuna, con los estudios científicos que hay ahora, deja dudas sobre su capacidad de contagio, etcétera, y no justifica una actuación de este tipo, tan invasiva sobre derechos fundamentales".
Además, en una escueta respuesta a la consulta, el magistrado José Guerrero Zaplana, también expresa su sorpresa con la ley, "la obligatoriedad de las vacunas exigirá un apoyo normativo que me gustaría saber en dónde y cómo lo van a encajar".
Así las cosas, desde que el Tribunal Constitucional admita a trámite el recurso de inconstitucionalidad de la ley tiene cinco meses para resolver sobre el fondo del asunto. Durante este tiempo el apartado 5 de la ley, que ha sido objeto de recurso de inconstitucionalidad, queda suspendido.
Objeto de recurso de inconstitucionalidad
Ley 8/2021, de 25 de febrero, de modificación de la Ley 8/2008, de 10 de julio, de salud de Galicia.
Cinco. El artículo 38 queda con la siguiente redacción:
Artículo 38. Medidas preventivas en materia de salud pública
1. Al objeto de proteger la salud pública, las autoridades sanitarias autonómicas y locales, dentro del ámbito de sus competencias, podrán adoptar medidas preventivas de obligado cumplimiento cuando exista o se sospeche razonablemente la existencia de un riesgo inminente y grave para la salud de la población. Estas medidas podrán consistir en:
a) La incautación o inmovilización de productos.
b) La suspensión del ejercicio de actividades.
c) El cierre de empresas o de sus instalaciones.
d) La intervención de medios materiales o personales.
e) Limitaciones de aforo.
f) Limitaciones de horarios de apertura y/o cierre de establecimientos, lugares o actividades.
g) Medidas de seguridad sanitaria e higiene en determinados lugares y/o para el desarrollo de actividades.
h) La obligación de elaboración de protocolos o planes de contingencia en determinados lugares y/o para el desarrollo de actividades.
i) Medidas de autoprotección individual, tales como el uso de mascarilla y/o de otros elementos de protección, y el mantenimiento de distancias de seguridad interpersonal o entre mesas o agrupaciones de mesas en los locales abiertos al público y en las terrazas al aire libre.
j) La intervención de centros de servicios sociales en los términos previstos en el artículo siguiente.
k) La obligación de suministro de datos necesarios para el control y la contención del riesgo para la salud pública de que se trate y el registro de los datos suministrados, en especial de datos que permitan la identificación de personas procedentes de lugares o asistentes a actividades o establecimientos que presenten un riesgo de transmisión de enfermedades infectocontagiosas, al objeto de que las autoridades sanitarias puedan desarrollar su labor de control e investigación epidemiológica de brotes o situaciones de especial riesgo para la salud de la población. En todo caso, los datos registrados serán los estrictamente indispensables para cumplir con dicha finalidad de control y contención del riesgo, siendo tratados los datos de carácter personal con estricto respeto a la normativa en materia de protección de datos.
l) Ordenar a los ciudadanos y las ciudadanas la prestación de servicios personales, de acción u omisión, siempre de forma proporcionada a la situación de necesidad.
m) Cualesquiera otras medidas ajustadas a la legalidad vigente y sanitariamente justificadas.
2. Asimismo, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley orgánica 3/1986, de 14 de abril, de medidas especiales en materia de salud pública, al objeto de proteger la salud pública y prevenir su pérdida o deterioro, las autoridades sanitarias autonómicas, dentro del ámbito de sus competencias, cuando así lo exigiesen razones sanitarias de urgencia o necesidad:
a) Podrán adoptar medidas preventivas de reconocimiento, tratamiento, hospitalización o control cuando se aprecien indicios racionales que permitan suponer la existencia de peligro para la salud de la población debido a la situación sanitaria concreta de una persona o grupo de personas o por las condiciones sanitarias en que se desarrolle una actividad.
b) A fin de controlar las enfermedades transmisibles, además de realizar las acciones preventivas generales y de la posible adopción de las medidas preventivas previstas en el número 1 de este precepto, podrán adoptar las medidas oportunas para el control de las personas enfermas, de las personas que estén o hayan estado en contacto con ellas y del ambiente inmediato, así como las que se estimen necesarias en caso de riesgo de carácter transmisible. En particular, podrán adoptarse las siguientes medidas preventivas:
1ª) Medidas de control de las personas enfermas, cuando fuera procedente, como el aislamiento en domicilio, el internamiento en centro hospitalario o el aislamiento o internamiento en otro lugar adecuado para tal fin.
2ª) Sometimiento de las personas enfermas a tratamiento adecuado.
3ª) Medidas de control de las personas que estén o hayan estado en contacto con las personas enfermas, como el sometimiento a una cuarentena en el domicilio o en otro lugar adecuado para tal fin. A estos efectos, se entenderá por cuarentena la restricción de las actividades y la separación, de las demás personas que no están enfermas, de una persona respecto a la cual pueda tenerse razonablemente la sospecha de que estuvo o haya podido estar expuesta a un riesgo para la salud pública y sea una posible fuente de propagación adicional de enfermedades, de acuerdo con los principios científicos, las pruebas científicas o la información disponible.
4ª) Sometimiento a observación o a medidas de vigilancia del estado de salud, a examen médico o a pruebas diagnósticas de personas que presenten síntomas compatibles con la enfermedad transmisible de que se trate o de personas respecto a las cuales existan otros indicios objetivos de que puedan suponer un riesgo de transmisión de la enfermedad. La observación, el examen o las pruebas serán lo menos intrusivos o invasivos posible para permitir lograr el objetivo de salud pública consistente en prevenir o contener la propagación de la enfermedad.
5ª) Sometimiento a medidas profilácticas de prevención de la enfermedad, incluida la vacunación o inmunización, con información, en todo caso, de los posibles riesgos relacionados con la adopción o no adopción de estas medidas.
6ª) Medidas de control del entorno inmediato de las personas enfermas o de las personas que estén o hayan estado en contacto con ellas, así como de las zonas afectadas. A estos efectos, se entenderá por zona afectada aquellos lugares geográficos en los cuales sean necesarias medidas sanitarias de control de la propagación de la enfermedad. La determinación de la zona afectada se efectuará de acuerdo con los principios de precaución y proporcionalidad, procurando, siempre que resulte posible y eficaz, actuar lo antes posible o con mayor intensidad o medida sobre las zonas concretas en que se produjese la mayor afección, para evitar perjuicios innecesarios al resto de la población.
Entre otras, estas medidas podrán consistir en:
i) Medidas que conlleven la limitación o restricción de la circulación o movilidad de las personas dentro de la zona afectada o en determinados lugares y espacios dentro de dicha zona o en determinadas franjas horarias.
ii) Medidas de control de la salida de la zona afectada o de entrada en la misma.
iii) Restricciones a las agrupaciones de personas, incluidas las reuniones privadas entre no convivientes, especialmente en los lugares y espacios o con ocasión del desarrollo de actividades que conlleven un mayor riesgo de propagación de la enfermedad; todo ello sin perjuicio de las competencias estatales en relación con las reuniones en lugares de tránsito público y las manifestaciones realizadas en ejercicio del derecho fundamental regulado en el artículo 21 de la Constitución española.
iv) Medidas de cribado consistentes en la realización de pruebas diagnósticas de determinados sectores o grupos de la población particularmente afectados o vulnerables.
Las restricciones a los desplazamientos y agrupaciones de personas enumeradas anteriormente nunca podrán ser absolutas, debiendo expresar con claridad y precisión los desplazamientos y agrupaciones que se restringen, actuando con preferencia sobre los desplazamientos y agrupaciones por razones meramente recreativas y de ocio. Habrán de admitirse, en todo caso, aquellos desplazamientos y agrupaciones que se desarrollen por motivos esenciales o justificados compatibles con la protección de la salud, sin perjuicio, en su caso, de los controles o medidas de prevención adicionales que pudieran establecerse.
7ª) Aquellas otras medidas sanitarias justificadas y necesarias que, de acuerdo con los riesgos y circunstancias en cada caso concurrentes, se estimen adecuadas para impedir o controlar la propagación de la enfermedad, en función del estado de la ciencia y del conocimiento existente en cada momento, siempre con sujeción a los criterios y principios establecidos en la presente ley y, en particular, de acuerdo con el principio de proporcionalidad».
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