Entre las obligaciones con las que tienen que lidiar los almacenes farmacéuticos mayoristas está la de controlar el proceso del tratamiento de sus residuos. Desde el material de oficina hasta las enormes cantidades de cartón, pasando por los desechos del transporte, deben dar cuenta a la administración de una manera transparente y responsable de todos los desechos que generen.
Esther González Lassalle, vocal de Distribución del COF de Girona, ha sido la encargada de informar sobre este proceso durante la V Jornada Profesional de Distribución del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF). Lassalle, que también trabaja en la dirección técnica de Disfaro como responsable de Calidad, se ha encargado de la ponencia Actividad sostenible: gestión de residuos urbanos, en la que ha recordado la normativa que regula esta actividad.
"Hay una regulación europea y una estatal, pero también autonómica y a veces hasta municipal. A nivel estatal la gestión de residuos de las empresas farmacéuticas está regulada por la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, y por el Real Decreto 180/2015, de 13 de marzo, por el que se regula el traslado de residuos en el interior del territorio del Estado".
A nivel general, dentro del sector de la distribución farmacéutica, la gestión de los desechos ha de estar integrada en los sistemas de control de calidad y medio ambiente de cada almacén. "Hemos de tener un manual de calidad para explicar cuáles son los procedimientos específicos que utilizamos para deshacernos de los residuos, en base a análisis de riesgos. También es importante especificar diversos indicadores, realizar cursos de formación y concienciación del personal, procedimientos de embalaje y de envío de pedidos, acciones correctoras y preventivas y elaborar un registro documental", ha especificado la portavoz de Disfaro.
De hecho, todo el proceso ha de estar bien documentado a través del libro de residuos y de los inventarios de desechos. También ha de elaborarse una lista de comprobación de su gestión y cumplimentar hojas de seguimiento con el formato establecido por la normativa vigente.
Desde el punto de vista de esta ponente, es útil contar con un plan propio a nivel interno que defina objetivos y alcance y perfile las principales responsabilidades. También elaborar una codificación específica según los tipos de residuos, que, en su mayoría, son papel y cartón, plásticos tipo film y residuos banales de tipo doméstico (orgánico, envases de otro tipo, etc.). Y plasmar cuál es el tratamiento en cada uno de los casos. "En este sentido, está bien tener visibles planos de las instalaciones en los que esté bien señalizada la ubicación de los contenedores y su tipología, indicando si son intermedios o finales, para saber dónde se pueden depositar los diferentes residuos que generemos", ha comentado Lassalle.
Todo ello puede estar diseñado por el técnico medioambiental responsable de controlar los desechos desde su origen hasta su gestión final y de garantizar la exactitud de los datos y análisis recabados. "Es su obligación vigilar todo el recorrido del residuo y el cumplimiento de las disposiciones aplicables a la normativa vigente; controlar la correcta gestión dentro del almacén e instaurar acciones correctoras y preventivas, si son necesarias. También promover la adopción de tecnologías limpias y la aplicación de los principios de minimización y valorización de los residuos, además de ser el interlocutor con la junta de residuos regional", ha dicho la vocal colegial.
Modelo circular
En su charla, Lassalle ha abogado por implementar modelos circulares de gestión de residuos, en los que se apueste por la reutilización y el reciclaje antes que por la eliminación. "El principal objetivo de una correcta gestión es obtener un alto nivel de protección del medio ambiente y una mejora de la calidad de vida y de la salud de la población. Eso lo conseguimos fomentando el orden la prevención y reducción de la producción de residuos y su peligrosidad, con su reutilización, reciclaje y otras formas de valorización del material, dejando como última opción su eliminación".
Desde su punto de vista, en los almacenes de distribución hay que intentar aplicar siempre la regla de las 3R: reducir, reutilizar y reciclar. Tanto con los desechos internos como con los que llegan de proveedores y de clientes. "Un buen ejemplo de las soluciones que hemos implementado a lo largo del tiempo para reducir nuestras cantidades de residuos han sido las cubetas retornables y reutilizables con las que servimos a las farmacias", ha comentado la ponente.
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