Durante la primera ola de la pandemia en España se decidió contratar a estudiantes de Enfermería de último año para ayudar al Sistema Nacional de Salud (SNS) a responder a la crisis de la covid-19. Ya entonces había una escasez de enfermeras en activo crónica e hizo falta buscar opciones más allá de los cauces tradicionales. En otros países, como Reino Unido, también contrataron estudiantes para ayudar a abordar esta crisis de salud pública sin precedentes, y a día de hoy en Cataluña todavía hay estudiantes de 4º con contratos de auxilio sanitario.
De ahí partió el estudio Experiencias de estudiantes de Enfermería como ayuda sanitaria durante la pandemia de la covid-19 en España: un estudio de investigación fenenológica, realizado por enfermeras del Hospital Clinic y la Universidad de Barcelona publicado en Nurse Education Today.
La orientación, el seguimiento y el apoyo emocional en situaciones de crisis son claves para que los trabajadores sanitarios inexpertos superen las emociones estresantes
El objetivo de este estudio fue explorar y comprender la experiencia de los roles de los estudiantes de Enfermería como ayuda sanitaria en la respuesta a la crisis de la covid-19. “Debido al crecimiento exponencial de pacientes en la primera ola y la presión asistencial, se aprobó en el BOE la contratación de alumnos de 4º curso de Enfermería como auxilio sanitario para poder dar soporte, ya que hay una falta crítica y crónica de enfermeras en España. El Hospital Clínic de Barcelona, al igual que otros hospitales, decidió contratar auxilio sanitario para dar respuesta a la crisis sanitaria. Esto fue muy rápido, ya que se necesitaban enfermeras de manera urgente. Por ello, decidimos que era necesario conocer sus experiencias y percepciones en este acontecimiento histórico para crear estrategias y poder abordar futuras pandemias o situaciones críticas. Las entrevistas a los estudiantes se realizaron en mayo, cuando aún estaban trabajando como auxilio sanitario”, explica a este periódico Claudia Casafont, enfermera de Soporte a la Investigación y Docencia en el Hospital Clínic de Barcelona, profesora asociada de la Universidad de Barcelona y una de las investigadoras del estudio.
Incertidumbre y miedo
Para poner en marcha el estudio se utilizó un diseño de fenomenología cualitativa para explorar las percepciones de estudiantes de Enfermería de pregrado (mujeres de entre 21 y 25 años) sobre sus experiencias durante el brote de la covid-19, y se realizaron entrevistas abiertas presenciales a estudiantes de enfermería en mayo de 2020. Los datos se analizaron utilizando el enfoque interpretativo hermenéutico.
En el estudio de investigación surgieron siete temas principales: el aprendizaje, las emociones ambivalentes y la adaptación se clasificaron a nivel personal; el trabajo en equipo, la comunicación con el paciente y los procesos de atención poco claros se clasificaron en la estructura hospitalaria; y los mecanismos de afrontamiento eran parte de factores externos.
“Los estudiantes no tuvieron tiempo para asimilar la nueva incorporación. En la primera ola aún no se sabía demasiado sobre los efectos del virus y había mucha incertidumbre y miedo. Faltaban EPIs y muchos de ellos vivían con sus padres y temían contagiarles. Fue muy duro. Se tenían que limitar las entradas en las habitaciones, y así no se pueden proporcionar cuidados de calidad. Veían la soledad del paciente, y cómo morían solos, y todo ello causaba mucha rabia, angustia y tristeza".
En las entrevistas realizadas también quedó patente que a los estudiantes les incomodaba no tener una normativa establecida sobre lo que podían y no podían hacer, ya que era una figura nueva y desconocida dentro de un contexto caótico”, añade.
No obstante, recuerda que se palpaba un sentimiento de orgullo por ayudar y eso les reconfortaba. “Se sintieron parte del equipo y valoraron positivamente todo el aprendizaje añadido que les estaba preparando para ya ejercer de enfermeras en pocos meses. En el estudio participaron 10 de los 100 estudiantes contratados, principalmente de la Universidad de Barcelona y eran mujeres de entre 21 y 25 años. Todas ellas estaban repartidas en diferentes unidades y turnos, incluyendo el Hotel Salud del Hospital Clínic”.
En opinión de Casafont, una vez que los estudiantes pasaron la fase de incertidumbre y ya se asentaron en las unidades, tuvieron una capacidad de adaptación y de alguna manera normalización.
“Ello se debe, quizás, a la falta de experiencias en cuidados. En las enfermeras más experimentadas, sin embargo, se percibía mucha pena, y las entrevistas fueron muy emotivas. Cabe mencionar que las estudiantes no tenían una responsabilidad directa del paciente y, además, forman parte de la generación Z, que , sin caer en generar o estereotipar, se caracteriza por ser una generación con mucha capacidad de adaptación a los cambios”. Añade que también se sintieron muy arropadas por sus familias y amigos, y se les hizo un seguimiento personalizado y grupal, tanto por parte de la Dirección de Enfermería como por la Universidad de Barcelona.
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Conclusiones
Las conclusiones del estudio explican que la orientación, el seguimiento y el apoyo emocional en situaciones de crisis son claves para que los trabajadores sanitarios inexpertos superen las emociones estresantes. La educación y la formación académicas previas pueden ayudar a las futuras enfermeras novatas a sentirse más confiadas en sus tareas y responsabilidades, así como a mejorar los resultados de los pacientes, la gestión de recursos y la seguridad del personal.
De hecho, según Casafont, se observó una ambivalencia emocional: “Las estudiantes empezaron entusiastas y el aprendizaje fue muy positivo, pero vivieron situaciones muy duras que conllevaron a emociones negativas. También valoraron positivamente el seguimiento individualizado que se les realizó. Creemos que para futuras situaciones es necesario realizar sesiones de formación en el ámbito académico para preparar a los alumnos y minimizar el impacto emocional”.
No en vano, explica que ha sido una experiencia que los estudiantes recordarán toda la vida. “Ellas mismas la consideraron como una buena experiencia de aprendizaje, no solo para su desarrollo profesional. sino también a nivel personal”, asegura.
Hay que tener en cuenta que, actualmente, los alumnos de 4º de este curso todavía están trabajando como auxilio sanitario, compaginándolo esta vez con sus prácticas y desarrollo de TFG. “Serán los alumnos de 3º los que colaborarán en la campaña de vacunación. Creo que puede ser una experiencia gratificante para ellos, por las características que presentan de entusiasmo y ganas de colaborar. No obstante, no tendría que interferir con alcanzar los objetivos de su programa de plan de estudios establecido. Serán nuestras futuras enfermeras y necesitan una buena formación para proporcionar los mejores cuidados”, concluye Casafont.
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