El Instituto de Salud Carlos III anunció este lunes el inicio de un ensayo clínico cuyo objetivo es evaluar los efectos de dar una dosis de la vacuna de Pfizer contra la covid-19 a quienes ya han recibido un primer 'pinchazo' con AstraZeneca.
La investigación, denominada CombiVacs y en la que participarán 600 personas menores de 60 años (el rango de edad en el que se ha restringido el producto), tiene como finalidad identificar si "la alternativa de combinar las dos vacunas se puede ofrecer", tal y como señaló Raquel Yotti, directora del Instituto de Salud Carlos III.
Tras la decisión, tomada en el seno del Consejo Interterritorial, de suspender la utilización de la vacuna de AstraZeneca en menores de 60 por su posible vinculación con problemas de coagulación, Sanidad se enfrenta al dilema de qué hacer con quienes ya han recibido una primera dosis. Las estrategias que estudian pasan por, o bien dejar sólo la dosis ya administrada -que aportaría en torno a un 70% de protección, según los estudios- o bien completar la pauta con los productos de Moderna o Pfizer.
Los resultados del estudio, cuyos resultados se esperan poder tener a medio plazo, arrojarán luz para tomar la decisión final.
Desde el pasado mes de febrero, también la Universidad de Oxford estudia la efectividad y seguridad de combinar AstraZeneca con Pfizer. Ahora, además, ha iniciado a otra investigación para averiguar la utilidad de mezclar el producto que ha desarrollado con Moderna o Novavax (que aún no ha recibido el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento).
Sin embargo, varios países se han adelantado a los resultados de estos análisis y han decidido completar la pauta vacunal de quienes han recibido una primera dosis de AstraZeneca con otra dosis de Pfizer o Moderna. Alemania y Francia han decidido que los segundos 'pinchazos' de los menores de 60 años que ya habían comenzado a vacunarse con AstraZeneca provendrán de una vacuna desarrollada con tecnología de ARN mensajero (Moderna y Pfizer). Tanto la OMS como los CDC estadounidenses desaconsejan esta mezcla hasta tener más datos al respecto.
La combinación de vacunas desarrolladas con tecnologías diferentes "no es una novedad", explica Alfredo Corell, vocal de la Sociedad Española de Inmunología. Por ejemplo, señala, se han hecho ensayos en fases I y II con vacunas frente al VIH o el ébola para comprobar si la mezcla de formulaciones y vectores de administración era útil para potenciar, de forma segura, la efectividad de la inmunización, explica el especialista.
"En el caso del ébola se ha combinado el uso de un adenovirus con el virus de la estomatitis vesicular recombinante. Una de las empresas que ha desarrollado esta estrategia de combinación fue el Instituto Gamaleya, que es el único que ha diseñado una vacuna para la Covid [Sputnik V] utilizando dos vectores -dos adenovirus- distintos", explica Corell quien subraya que, pese a que "la idea de mezclar vacunas no es nueva", en el caso de la Covid, antes de su implantación se deberían probar todos los cruces posibles en un número suficiente de personas.
"Creo que estamos complicando innecesariamente las cosas", concluye.
"Si vamos a probar Pfizer y AstraZeneca deberíamos probarlo en los dos órdenes. AstraZeneca y Pfizer y también viceversa". Además, añade, "el grupo control frente al que había que comprobar estas pautas de vacunación y sus resultados finales debería ser el grupo que se ha vacunado con la vacuna tal y como se describió. Por ejemplo, personas que han recibido dos dosis de AstraZeneca", señala.
"Tiene sentido estudiarlo, pero hay que hacerlo con garantías para poder llevarlo a la fase III y finalmente a toda la población", afirma.
Para Federico Martinón-Torres, miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Organización Mundial de la Salud y jefe de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago, aunque "desde el punto de vista biológico es poco probable que la combinación de vacunas dé problemas, la realidad es que en medicina no se puede dar nada por supuesto". Por eso, hasta disponer de evidencias sobre la seguridad y efectividad de esta mezcla, este especialista aconseja apostar por "alternativas más razonables".
Los datos disponibles hasta la fecha, subraya, muestran que la los pocos casos de problemas de coagulación que se han asociado a la administración de la vacuna de AstraZeneca se han producido "tras la primera dosis", en ningún caso después de haber completado la pauta vacunal.
Martinón recuerda que, aunque todavía se están investigando las causas de este posible vínculo entre los problemas tromboembólicos y vacunas como la de AstraZeneca, es posible que, tal y como ha señalado la EMA, se deba a una reacción autoinmune similar a la trombocitopenia inducida por heparina (HIT) que se produce en personas vulnerables.
"Por eso, cuando se produce esta reacción, aparece tras la primera dosis. Si tienes esa vulnerabilidad, se va a poner de manifiesto en la primera dosis. Si no, es que no tienes esa vulnerabilidad", remarca. "Me parece remoto que se produzca en una segunda dosis", insiste.
En ese sentido, el experto en vacunas señala que "Salud Pública tiene potestad para hacer lo que quiera, pero si no hay datos específicos, lo lógico es seguir siempre el camino más seguro y fácil, que, en mi opinión, en este caso sería completar la pauta vacuna con la misma vacuna".
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