La Comisión de Buenas Prácticas del Consejo General de COF ha publicado un nuevo procedimiento en el que se recogen las recomendaciones necesarias para fomentar la colaboración entre farmacéuticos de distintos niveles asistenciales, así como con el resto de profesionales de la salud.
El objetivo es garantizar la continuidad asistencial a través del establecimiento una sistemática de colaboración que facilite una comunicación fluida y rápida entre los profesionales sanitarios, así como impulsar proyectos conjuntos interdisciplinares centrados en el paciente.
Según el protocolo, la coordinación entre los distintos profesionales sanitarios (médicos, farmacéuticos, enfermeros, etc.) y entre distintos niveles asistenciales, "facilita la educación sanitaria de los ciudadanos, la gestión de patologías crónicas, la detección proactiva de posibles problemas relacionados con el uso de los medicamentos o la prevención de enfermedades, además de contribuir a resolver con agilidad incidencias administrativas que pudieran dificultar la dispensación de medicamentos en la farmacia comunitaria".
El documento también señala que la colaboración entre el farmacéutico comunitario y el resto de profesionales de la salud o farmacéuticos de otros niveles asistenciales requiere de un modelo que se pueda aplicar ante cualquier necesidad sanitaria del paciente; que sea compatible con el trabajo diario de cada uno de los profesionales, y promueva la comunicación y confianza entre dichos profesionales.
El acuerdo, como base
El protocolo apuesta por un acuerdo entre todas las partes para definir en qué momentos debe establecerse esa colaboración y de qué manera.
Así pues, propone "establecer un marco de colaboración con el personal sanitario de un determinado centro de salud y con los farmacéuticos que estén trabajando en las farmacias del área de influencia de este centro". Y dice que estos espacios deberían ser promovidos por la Administración competente y por los COF así como ser incluidos dentro de los conciertos sanitarios o en otros documentos de colaboración público-privada.
En la reuniones para alcanzar ese acuerdo señala a posibles participantes, entre ellos, un técnico de la Administración sanitaria y un farmacéutico del COF correspondiente o cuando no sea posible, un farmacéutico del área de influencia del centro. El texto defiende el mismo proceder en la medicina privada.
En el caso de hospitales, tanto públicos como privados por el mayor número de farmacias en el área de influencia y con el objeto de que las reuniones sean operativas, se apuesta por establecer reuniones a nivel de la Gerencia con el COF correspondiente. "La Gerencia del hospital deberá informar a sus trabajadores de los acuerdos alcanzados", postula el protocolo.
Otro de los objetivos es elaborar un protocolo conjunto de colaboración interprofesional, en el que se definan el papel de cada participante y sus tareas. "Para ello, es fundamental conocer y respetar los límites de actuación de los profesionales sanitarios implicados en el proceso, evitando duplicidades en las tareas, y definiendo muy bien las intervenciones de cada uno".
Los autores del documento sugieren que ese protocolo sirva para establecer qué situaciones requieren de la comunicación entre los distintos profesionales sanitarios y el canal de comunicación que se va a utilizar. En este sentido, ponen el foco en las nuevas tecnologías y mencionan en concreto, "la receta electrónica, el correo electrónico o el uso de plataformas que permitan el envío seguro de mensajería instantánea garantizando, en todos los casos, la confidencialidad y protección de datos legalmente requeridas".
Respecto al teléfono, aunque reconocen que es "la vía clásica más rápida y efectiva de comunicación", podría "generar interrupciones en las consultas y, además, no todas cuentan con ello". Como alternativa sugieren "acordar horarios para realizar la comunicación por teléfono o acotarse el uso a los casos en los que se requiera una comunicación inmediata".
No se olvidan de la figura del farmacéutico de Atención Primaria, al que señalan como un "enlace entre la farmacia comunitaria y los profesionales sanitarios del centro de salud o de los farmacéuticos hospitalarios para el caso de los hospitales".
Definir situaciones
La Comisión de Buenas Prácticas del Consejo propone definir las situaciones que requieren de la comunicación farmacéutico-profesional sanitario. Y sugiere las siguientes:
- El paciente/usuario solicita un medicamento en la farmacia comunitaria que necesita prescripción pero no dispone de ella.
- El paciente/usuario solicita un medicamento o producto sanitario en la farmacia comunitaria que necesita visado de inspección para su financiación, presentando la prescripción pero no el visado.
- Medicamentos en situación de desabastecimiento.
- Detección de un Problema Relacionado con el uso de los Medicamentos (PRM).
- Diferencias en la medicación (discrepancias) en transiciones entre niveles asistenciales (conciliación de la medicación).
- Problemas de adherencia.
Con nombres y apellidos
La Comisión de Buenas Prácticas ha estado formado por el Consejo General, los COF de Huelva, Asturias, Las Palmas, Ávila y Cuenca, la Fundación Pharmaceutical Care y la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac).
Jesús Aguilar, presidente del Consejo de COF, ha manifestado que si se quiere ampliar la capacidad asistencial del sistema sanitario "es fundamental contar con la colaboración de la red de 53.000 farmacéuticos que trabajan en las más de 22.000 farmacias y para ello se necesita fomentar la existencia de sistemas y canales de comunicación que permitan la colaboración eficaz entre profesionales y niveles asistenciales”.
Vicente J. Baixauli, presidente de Sefac, ha afirmado que “hoy en día la práctica colaborativa es imprescindible en todos los sectores y mucho más en un campo como el de la salud", mientras que Ana Dago, presidenta de la Fundación Pharmaceutical Care, ha dicho: "Es preciso establecer un ambiente colaborativo entre los profesionales para avanzar conjuntamente en el desarrollo de herramientas bien adaptadas a la práctica, que permitan implementar actividades comunes con el fin de obtener resultados relevantes en salud y que aseguren la continuidad asistencial”.
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