Durante 2018, la inversión destinada a sustituir los equipamientos tecnológicos instalados en los hospitales tanto públicos como privados se centró en el mercado de reposición, por debajo de la tasa de renovación sostenible para mantener el perfil de actualización tecnológica, lo que no permitió corregir el nivel de obsolescencia y dejó sin resolver el déficit del sistema sanitario, según se recoge en el Estudio de Mercado Sector Tecnología y Sistemas de Información Clínica realizado por Fenin.
No obstante, el mercado agregado se recuperó un 23,9% en comparación con 2017 en equipamiento de tecnología de imagen médica (resonancia magnética, mamografías y TC) debido a la donación de 320 millones de euros realizada por la Fundación Amancio Ortega, que se invirtió en equipamiento de tratamiento y diagnóstico oncológico. Esta donación facilitó que el dinero presupuestado por los hospitales del sistema sanitario público para ese año se destinara a la renovación de otro tipo de equipamientos como las angiografías, radiología general e intervencionista y ecografías, entre otros.
Del mismo modo, facilitó la renovación tecnológica del parque de aceleradores lineales instalados, lo que mejoró notablemente la antigüedad media de los equipos, al igual que se produjo un leve crecimiento en nuevas unidades, aunque no llegó a cubrir las recomendaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) de 6 equipos por millón de habitantes.
Sector privado
En el ámbito de la sanidad privada se percibió una desaceleración de la inversión en oncología radioterápica, probablemente como consecuencia de la reducción de los acuerdos de colaboración entre el ámbito público y privado.
Sin embargo, durante el pasado año, el ámbito privado anunció la adquisición de los dos primeros centros de terapia con protones en el territorio español (que ya están instalados, en la Clínica Universidad de Navarra y en Quirónsalud Madrid), lo que indica que intentan cubrir los servicios que no están dentro del sistema público.
El estudio también refleja que se incrementó el interés por desarrollar instalaciones de quirófanos híbridos, que llevan la tecnología de imagen a participar de una manera más activa en múltiples procesos de intervencionismo en Neurología, Cardiología y Cirugía Vascular. Además, permiten realizar intervenciones altamente complejas mediante el apoyo en la imagen radiológica y en herramientas de fusión de diferentes modalidades en el propio quirófano, consiguiendo así mejorar el resultado de las intervenciones y minimizar el tiempo de estancia de los pacientes para la intervención.
Descenso en el mercado de electromedicina
El informe también señala que en las áreas quirúrgicas y de cuidados críticos ha disminuido la inversión, lo que ha creado una brecha difícil de recuperar si no se elabora un plan específico. En 2018 el mercado de electromedicina, equipos de diagnóstico y terapia basados en señales y parámetros biofísicos (no incluye la imagen médica y radioterapia), ha descendido un 6% sobre 2017, lo que hace más profunda la brecha de obsolescencia en sistemas de monitorización de pacientes, respiradores y otros equipamientos de las áreas quirúrgicas y UCI.
Por último, el estudio de Fenin refleja que se mantiene la tendencia a considerar el factor precio como principal elemento de valoración de las ofertas en detrimento de criterios como la calidad, el rendimiento de los equipos u otros criterios con impacto asistencial en contra de lo dispuesto en la Ley de Contratos del Sector Público y del marco legislativo comunitario que indican que en los procesos de compra se debe contemplar el retorno de la inversión y la propuesta de valor.
Los concursos públicos son cada vez más agregados, en volumen y en términos geográficos, con especificaciones más exigentes y presupuestos más reducidos y con un incremento del peso del precio en el criterio de compra que llega en algún caso a la subasta (criterio único de precio).
Por este motivo, Fenin considera fundamental reforzar la aplicación de criterios de calidad y la innovación en los procesos de compra y que se siga invirtiendo para reducir la obsolescencia en el parque tecnológico.
Las autonomías atajan su deuda tecnológica
La cifra global de facturas pendientes de cobro de las comunidades autónomas con las compañías de tecnología sanitaria durante el primer trimestre de 2019 se sitúa en 775 millones de euros, lo que supone una disminución del 16,03% respecto al cierre del ejercicio anterior (148 millones de euros menos). Y, en comparación con el mismo periodo de 2018, las facturas pendientes de cobro han aumentado un 5% (37 millones de euros más).
Según reflejan los datos del Observatorio de Deuda de Fenin, el 50,6% de las facturas pendientes de cobro corresponden al ejercicio 2019 y el 49,4% restante al de 2018 y anteriores.
En relación al periodo medio de pago durante los tres primeros meses de 2019, en comparación con el mismo periodo de 2018, se ha mantenido prácticamente igual (76 días frente a 75 días). Por regiones, esta vez no hay ninguna comunidad autónoma que supere los 180 días de plazo medio de pago. Entre los 120 y los 180 días se encuentran Valencia con 170 y Murcia con 153 días.
Por su parte, Baleares, Castilla-La Mancha, Cantabria, Cataluña, Aragón, Extremadura, Canarias y Ceuta y Melilla se sitúan entre los 60 y los 120 días.
El periodo medio de pago del resto de los gobiernos regionales -La Rioja, Castilla y León, Asturias, Madrid, Navarra, País Vasco, Andalucía y Galicia, que solo tarda 19 días- está por debajo de los 60 días.
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