A las tradicionales siglas que pueblan los hospitales (FEA, MIR, etc.), la digitalización ha traído (y traerá) otras muchas, con otros tantos perfiles. A los DPO, CIO, CISO y CDO se suman los anglicismos (data scientist, data analyst) derivados de tecnologías tan nuevas -en el entorno sanitario, no en otros- como el big data y la inteligencia artificial.
La mayor parte son figuras ya habituales en otros sectores, y su irrupción en el mundo sanitario plantea dos preguntas: ¿Son todos realmente necesarios? Y, a los que lo son, ¿cómo los captamos?
“No hacen falta todos esos puestos, el tiempo dirá cuáles son necesarios”, dijo Carlos Córdoba, del Centro Criptológico Nacional
Los expertos reunidos en la VIII Reunión del Foro para la Gobernanza de las TIC en Salud, celebrado la pasada semana en Palma de Mallorca por la Sociedad Española de Informática de la Salud, aventuraron algunas respuestas.
La primera, está clara: “No hacen falta todos esos puestos, pero será el tiempo el que diga cuáles son necesarios”, sentenció Carlos Córdoba, asesor del Departamento de Ciberseguridad del Centro Criptológico Nacional.
Del mismo modo, Fernando Martín Sánchez, profesor de Informática Biomédica y Salud Digital del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), dice a Diario Médico que estas denominaciones son “etiquetas que surgen y se manejan durante un tiempo, pero lo que importa realmente son las disciplinas científicas que hay detrás”.
Ingenieros, matemáticos, físicos… muchos son los perfiles que se mueven en el mundo de la salud digital, que apenas cuenta con acreditaciones específicas. “Es necesario plantear qué necesitamos, enfocar las salidas profesionales para crear un ecosistema de competencias para el futuro que ayude a reinventarse”, sostiene José Luis Monteagudo, director del Máster de Sistemas y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones para la Salud, puesto en marcha por la SEIS y el ISCIII hace cinco años.
Lo que sí pide Monteagudo es resistirse “a que otros inventen por nosotros, a importar elementos de gestión de otros ámbitos, figuras o estructuras organizativas que no responden a nuestra realidad”.
Dos mundos
Y es que, en muchos casos, “a los de la informática tradicional nos cuesta entender la nueva, la que deriva de la inteligencia artificial y sus algoritmos, pero de momento tenemos que convivir las dos”, reconoce Javier Jarauta, director de Consultoría del Grupo SIA.
El problema es encontrarlos: “Por un lado, no hay especialistas. Por otro, en el Sistema Nacional de Salud no hay puestos de trabajo específicos”, se lamenta Luciano Sáez, presidente de la SEIS. Según el documento de evaluación de la situación que la sociedad científica publica cada año, el Índice SEIS, “hay 700 profesionales de informática en todo el SNS -lo que arroja una media de menos de uno por hospital-, y lo peor es que no se está haciendo nada para remediarlo; de hecho cada vez hay menos”.
Un científico de datos puede agrupar casos y confirmar hipótesis, pero aun es necesario el factor humano que lo lleve a la práctica real
Y si en el SNS no hay, ¿dónde están? “Puedo buscar fuera, pero si contrato a una empresa me acusan de externalizar servicios”, sostiene Manuel Escudero, subdirector general de Tecnologías de la Información del Servicio Murciano de Salud.
Y luego viene la segunda parte: retener a esos profesionales. “Muchos de estos nuevos puestos los ocupan millennials a los que es complicado conservar, porque normalmente no es cuestión de dinero, sino de proyecto”, afirma Iñaki del Río, director del Instituto de Innovación i3B.
Por ello, es necesario “facilitarles las cosas. No pasa nada por empezar a trabajar a las 10 de la mañana y desde otra ciudad”, asegura Ángel Blanco, director corporativo de Organización, Procesos, TIC y Digital de Quirónsalud.
En esta línea, asevera Santiago Thovar, subdirector de Sistemas de Información del Servicio Extremeño de Salud, que el objetivo ha de ser “gestionar la ilusión, porque esto va de personas. Debemos contar con aquél que nos ayude”.
Y bien, ¿quiénes son esas personas? Vamos a intentar poner un poco de orden entre los nuevos profesionales que nos vienen. Después, cada quién que elija qué necesita.
CIO o CDO: mucho más que ‘el de informática’
Chief Information Officer (CIO) o Chief Digital Officer (CDO): es el director de Sistemas de Información o de Desarrollo Digital. El tradicional jefe de Informática es ahora una pieza indiscutible en el engranaje del hospital.
En muchos casos están integrados en los órganos de gobierno del centro -sobre todo en aquellos con mayor nivel de digitalización- y su misión es aportar la visión y los conocimientos necesarios para desarrollar la estrategia digital de cada hospital.
CISO: cuando no basta con tener un antivirus
Chief Information Security Officer(CISO): “Los ciberataques ocurren a cientos, y en todo tipo de organizaciones, también las sanitarias”, afirma Ignacio López Parrilla, director de Relaciones Institucionales y Desarrollo de Negocio de Philips.
Se trata de una figura aún inusual, y cada vez más necesaria: “Tenemos que separar la seguridad de las TIC de las TIC, no es otra piedra que se pueda cargar en la mochila del CIO”, sostiene Córdoba.
Para cubrir este puesto, no basta con un ingeniero informático: “Tiene que sumar las habilidades digitales de ciberseguridad con un profundo conocimiento de la legislación, sobre todo en materia de protección de datos. Está en juego el prestigio de toda una organización”, asegura López Parrilla.
Analistas y científicos de datos, o cómo aprovechar la información
“Necesitamos analistas de datos, ¿dónde están?”, se pregunta José Luis del Val, catedrático de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto, en Bilbao.
Desde un punto de vista formativo, el catedrático apuesta por la recapacitación. El perfil que se busca es el de “alguien capaz de manejar la información, incluso a distancia, no tanto para gestión sino para conocimiento”, dice López Parrilla en referencia a los múltiples registros informáticos departamentales que existen: muchos servicios, unidades y hospitales tienen sus propias bases de datos con cientos de casos clínicos de los que se puede extraer información muy útil. “Un científico de datos será capaz de agrupar casos, extraer conclusiones y confirmar hipótesis”, añade.
Eso sí, sin perder “el componente humano. Todas las ciencias manejan datos, y lo que necesitamos en informática de la salud es saber cómo implantar y desarrollar los resultados en un entorno real”, advierte Martín Sánchez.
Ingenieros clínicos: de la configuración al registro digital
La digitalización ha llegado también a los grandes equipos de diagnóstico, tratamiento o laboratorio, lo que ha llevado a los ingenieros clínicos tradicionales a evolucionar: “En sus inicios, configuraba un dispositivo que adquiría y registraba unos parámetros o facilitaba una imagen con fines diagnósticos y/o terapéuticos; en la actualidad se ha consolidado un entorno tecnológico que genera registros clínicos, que son puestos a disposición de toda la comunidad clínica, con independencia de dónde se hayan generado, a través de los respectivos sistemas de información existentes en las áreas sanitarias, lo que en sí determina la necesidad de una evolución de los perfiles profesionales en el ámbito del mantenimiento de equipos y sistemas asociados a estos entornos tecnológicos”, relata Antonio Ojeda, presidente de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (Seeic).
Los problemas de ciberseguridad plantean la necesidad de un perfil que aúne las habilidades digitales con el conocimiento de la ley
Además, los equipos siguen su evolución: hace unos días, GE Healthcare presentaba su nuevo modelo de máquinas de diagnóstico -TC, RM, etc.- conectadas y configuradas en red de forma estandarizada, certificada y uniforme. Y, tal y como confesaba a este diario Alfonso Martínez Cal, responsable para la Península Ibérica de Brilliant Radiology -tal es el nombre del nuevo sistema- en GE Healthcare: “No hay profesionales en los servicios de salud de las autonomías que se dediquen a la configuración de equipos. Es necesario un nuevo perfil de formación que aún no existe”.
El origen de estos nuevos perfiles
- Informatización: Los ordenadores han pasado de ser un apoyo en los hospitales a ser una herramienta imprescindible en el día a día.
- Digitalización: No es sólo cuestión de ordenadores; los equipos (de diagnóstico, de laboratorio y de tratamiento) también son digitales y están conectados.
- Telemedicina: La monitorización de los pacientes a distancia y las teleconsultas precisan un abordaje global con profesionales específicos.
- Movilidad: El uso de ‘wearables’ y ‘app’ móviles por parte de los pacientes reclama su sitio y conectividad con los sistemas.
- ‘Big data’: El gran volumen de datos generados y recogidos en los sistemas de información hospitalarios necesita ser aprovechado.
- Inteligencia artificial: Los sistemas inteligentes de ayuda a la toma de decisiones optimizarán la asistencia
- Protección de datos: Las restrictivas normativas actuales (y las que vienen) necesitan especialistas.
- Ciberseguridad: Los servicios de salud no son ajenos a los ataques informáticos.
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