La Organización Médica Colegial ha solicitado al Gobierno que el ejercicio de la Medicina sea reconocido como profesión de riesgo.
Serafín Romero, presidente de la OMC, ha enviado sendas cartas a los ministros de Sanidad, Salvador Illa, y de Trabajo, Yolanda Díaz, para reclamar el reconocimiento de los riesgos de la profesión médica y, en su caso, la “declaración de profesión de riesgo de los médicos”.
Los médicos piden tener en cuenta la siniestralidad en el sector, la penosidad, peligrosidad y toxicidad de las condiciones de trabajo
Argumenta Romero que la profesión médica “sigue sin ser reconocida como una profesión de riesgo, con carácter general, como los son otras por su simple titularidad, cuando lo es, sin discusión, en las múltiples circunstancias del ejercicio de su profesión, y no sólo en el desempeño de actividades humanitarias en países deprimidos, en contacto con enfermedades infecciosas y escasez de medios para combatirlas, que incrementan exponencialmente su riesgo”, en clara alusión a la lucha contra el coronavirus.
En general, los médicos piden tener en cuenta “la siniestralidad en el sector, la penosidad, peligrosidad y toxicidad de las condiciones de trabajo, así como la incidencia en los procesos de incapacidad laboral que genera, y los requerimientos exigidos para el desarrollo de su labor sanitaria”.
Explican que en su ejercicio diario se exponen a múltiples agentes lesivos "como los agentes físicos o químicos o las radiaciones (ionizantes y no ionizantes), todos ellos atentatorios de su integridad personal”.
Además, los “agentes infecciosos son compañeros habituales del médico en su trabajo, algunos de los cuales acechan en el contagio, con riesgos y gravedad en distintos niveles, pero siempre presentes”.
Por otra parte, los profesionales se encuentran, además, “sometidos a conductas agresivas de sus propios pacientes o personas relacionadas con los mismos", debido a una "mayor exigencia de calidad y cantidad de prestaciones asistenciales" por parte de los pacientes, lo que puede poner "en una situación palmaria de indefensión personal e institucional" al médico.
Aunque Romero no alude a ello en la carta, hay que recordar que, según un estudio de las autonomías, detrás de la mitad de las agresiones se encuentran causas organizativas. Los sanitarios, y en concreto el médico, al estar en primera línea, pagan las consecuencias.
Hay que tener en cuenta también los problemas de salud mental a los que se enfrentan los profesionales sanitarios, que son especialmente vulnerables al 'burn-out'.
Las consecuencias del coronavirus
El presidente de la OMC recuerda que cuando falleció por la Covid-19 el primer sanitario, ya había un 12% de profesionales infectados.
"Desde entonces, el incremento viene siendo imparable y a finales del mes de abril 2020 el número de sanitarios contagiados pasa de los 38.000 y del 16% del volumen de contagio de la población general. Son ya 40 los profesionales muertos en acto de servicio”.
El presidente del CGCOM argumenta que hay que tener en cuenta que “la peligrosidad y penosidad son dos factores determinantes que se producen en el desarrollo de la labor de los médicos, que está ocasionando un incremento importante en el número de accidentes laborales, obteniendo en muchos casos incapacidades totales que impiden el desarrollo de su labor”.
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