El próximo jueves, 25 de junio, tendrá lugar la elección telemática de plazas de farmacéutico interno residente (FIR). Dentro de las distintas especialidades a las que pueden optar los aspirantes, Farmacia Hospitalaria copa más de la mitad de plazas ofertadas en la actual convocatoria. Para conocer mejor cómo es esta especialidad, Edurne Fernández de Gamarra, tutora de residentes y farmacéutica adjunta del Servicio de Farmacia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona), y Juan Vicente, residente de segundo año de Farmacia Hospitalaria en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid), explican a este periódico algunas claves que pueden ayudar a aquellos que aún estén indecisos sobre qué especialidad elegir.
Perfil y características personales
A la hora de analizar cuál sería las características que debe tener el residente, tanto Fernández de Gamarra como Vicente coinciden en que es difícil definir un perfil ideal. De hecho, para Fernández de Gamarra, "lo importante es crear buenos equipos de trabajo, que pueden estar formados por personas con distintos perfiles que se complementen entre sí". Sin embargo, entre las cualidades que considera más relevantes destaca "que sean personas responsables, con capacidad de adaptación, iniciativa y ganas de aprender".
Vicente, por su parte, considera que las cualidades que debe tener un residente de Farmacia Hospitalaria son "innumerables". Sin embargo, asegura que si hubiese que reseñar algunas, se inclinaría "por la accesibilidad, la capacidad comunicativa y la capacidad de adaptación".
¿Es difícil obtener plaza?
Al hablar sobre la dificultad a la hora de obtener una plaza, ambos vuelven a coincidir. "Ahora mismo yo diría que es difícil. El ratio de plazas es de una para cada 4,5 candidatos, y por otro lado el nivel de preparación de los aspirantes a una plaza es cada vez mayor. Sin duda es una prueba exigente", afirma Fernández de Gamarra.
Vicente también defiende esa complejidad a la hora de optar a una plaza: "Es difícil. Requiere mucho sacrificio, esfuerzo, trabajo y disciplina; y persistir aunque cunda el desánimo. El proceso de preparación es muy duro, requiere muchas horas de estudio. La orientación de una academia es fundamental para optimizar el tiempo y organizar el estudio de las materias".
Horario habitual
El horario habitual, según explican ambos, varía en función del centro y de la comunidad autónoma; aunque lo habitual es que se desarrolle de 08.00 a 15.00 horas, más guardias. "Las guardias se desarrollan en horario de tarde y fines de semana, y algunos centros cuentan también con coberturas de noche, lo que implica realizar guardias de 24 horas", apunta Fernández de Gamarra.
Guardias
En lo que respecta a las guardias, ambos señalan que varían según el servicio. Fernández de Gamarra señala que suelen realizarse "alrededor de cuatro guardias al mes", y añade: "Al ser un servicio central, de soporte clínico, la actividad de las guardias dependerá principalmente de la actividad del hospital. También variará según la cartera de servicios de cada centro (si se realizan estudios farmacocinéticos, si se preparan mezclas intravenosas...). En cualquier caso en las guardias sin duda se trabaja, aunque también se aprende mucho".
En este ámbito, Vicente habla desde su experiencia personal: "Actualmente hay un residente de apoyo hasta las 18:00 horas y otro pasa la noche allí, junto con un adjunto. Generalmente, teniendo en cuenta las guardias de apoyo y las de dormir, tocamos cada residente a unas seis o diez guardias al mes. Hay guardias más y menos movidas, eso es un poco variable; pero en general la actividad no cesa hasta la noche, cuando todo queda un poco más tranquilo".
Rotaciones
Si algo define a la especialidad de Farmacia Hospitalaria es que cuenta con muchas áreas con las que el residente va teniendo contacto durante su etapa formativa en el hospital. "Hay muchas rotaciones y el objetivo de éstas es aprender las distintos aspectos y vicisitudes a las que nos enfrentamos en el día a día como farmacéuticos. Incluyen la logística, la atención farmacéutica y validación, la información de medicamentos, la elaboración (de fórmulas magistrales, nutriciones parenterales y citostáticos), la gestión, los pacientes externos, farmacocinética y farmacogenética, pediatría; y también hay rotaciones clínicas dónde trabajas con los médicos en la planta", asegura Vicente.
Por su parte, Fernández de Gamarra destaca cuáles son, a su juicio, algunas de las principales áreas de conocimiento específico que ofrece Farmacia Hospitalaria: "Evaluación, selección e información de medicamentos y productos sanitarios; gestión de stocks; farmacotecnia; farmacocinética; nutrición artificial; oncohematología; atención farmacéutica a pacientes externos; atención farmacéutica en unidades clínicas, y ensayos clínicos".
Actividad habitual
Sobre la actividad habitual del residente de Farmacia Hospitalaria, Edurne Fernández de Gamarra explica que "los residentes se implican en las actividades propias de la rotación que realizan, con la supervisión del adjunto responsable".
En este aspecto, Juan Vicente apunta que "el residente tiene que ir sacando el trabajo que le asignen en el día a día". Y añade: "Siempre hay unas actividades del área de las que eres un poco más responsable y recaen en el residente cuando estás rotando en un área concreta. Todas esas actividades van encauzadas a conseguir los objetivos y habilidades que son parte de la formación como especialista y que vienen recogidos en el programa de formación".
¿Qué pacientes trata?
Sobre los pacientes con los que más trata el residente de Farmacia Hospitalaria, Fernández de Gamarra asegura que, en cada rotación, el FIR realizará la atención farmacéutica propia del área en la que esté. "Pueden ser pacientes de todos los tipos: un neonato prematuro que requiera una individualización del tratamiento antibiótico, un adulto en la UCI con nutrición parenteral o un paciente ambulatorio en tratamiento con antineoplásicos orales".
Vicente, desde su experiencia, expone que "el contacto más estrecho se establece en la rotación de pacientes externos y en la rotación por Urgencia". De hecho, apunta que es el paciente externo el que copa buena parte de la actividad del farmacéutico de hospital: "Nuestro papel como farmacéuticos consiste en asesorarles sobre el manejo de su medicación, explicarles cómo tomarla y conservarla, educarles en la prevención y forma de actuar ante reacciones adversas, comprobar interacciones y hacer un seguimiento de la adherencia".
¿Cómo es la carga emocional?
Sobre el aprendizaje emocional durante la etapa FIR en Farmacia Hospitalaria, Fernández de Gamarra destaca que, al tratar con pacientes, "la implicación y la carga emocional pueden ser altas, como ocurre en la mayoría de las profesiones sanitarias". Sin embargo asegura que, "a la vez, es muy gratificante ver cómo podemos ayudar a los pacientes con sus tratamientos y a otros profesionales con temas relacionados con los medicamentos".
Vicente, por su parte, al referirse al terreno emocional, asevera que "hay días buenos y días un poco peores", y que aprendes a tratar con personas "de muy distinto perfil" y a "lidiar" con diferentes situaciones. "El aprendizaje de gestión de las personas es probablemente de lo que más agradecido estoy", afirma.
Perspectivas profesionales
Sobre las salidas profesionales y las perspectivas de futuro de la especialidad tras finalizar la etapa FIR, Vicente explica que es complicado salir con un puesto de trabajo fijo nada más terminar, "pero siempre hay alguna vacante para cubrir temporalmente y durante ese periodo puedes buscar oportunidades en los sitios que surjan o te interesen". Asegura que "juega un papel importante las relaciones que hayas establecido durante la residencia", pero subraya que, "en cualquier caso, hay que ser muy proactivo en la búsqueda de oportunidades".
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