Las huelgas de hambre en la prisión no son independientes de la deontología

Cuatro políticos independentistas catalanes, Jordi Sànchez, Jordi Turull, Joaquim Forn y Josep Rull, a la espera de juicio en la prisión de Lledoners (Barcelona), están en huelga de hambre. Su anuncio ha reabierto el debate deontológico sobre la actuación de los médicos ante un ciudadano que decide no comer.

El Colegio de Médicos de Barcelona (COMB) ha creado una comisión formada por una docena de profesionales, “la mayoría son médicos con conocimientos en bioética y deontología, pero también hay dos juristas y un filósofo”, apunta Josep Terés, presidente de la COMB y portavoz de la comisión creada ad hoc. El objetivo de este grupo es “dar soporte a los médicos que tienen que cuidar a los huelguistas en prisión, con la idea de darles respaldo”.

Josep Terés, presidente de la Comisión Deontológica del COMB.

Los responsables de hacer el seguimiento de los líderes independentistas son los sanitarios del equipo de la prisión. Estos profesionales dependen del Instituto Catalán de la Salud y los presos, como personas privadas de libertad, están bajo la tutela de la Generalitat de Cataluña.

Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Comisión Central de Deontología Médica de la Organización Médica Colegial (OMC), aclara que el médico tiene que respetar la decisión de cualquier ciudadano, incluidos los que están privado de libertad, de hacer huelga de hambre”. Sin embargo, admite que aunque desde la deontología las directrices son claras, “son situaciones conflictivas porque está en juego una vida”.

Efectivamente, Terés explica que en esta situación la Generalitat catalana, como responsable de los huelguistas, podría tomar decisiones en contra de la opinión de los médicos de prisiones, y pone dos ejemplos: “Dar la orden de alimentarlos o de trasladarlos a un centro sanitario”. En el primer caso, el facultativo catalán insiste en que “los criterios deontológicos y bioéticos están claros en el sentido de que no se puede alimentar al ciudadano que se ponga en huelga de hambre en contra de su voluntad. Del mismo modo, el médico puede acogerse a la objeción de conciencia si se le obliga a hacer algo en contra de la deontología profesional”.

Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Comisión Central de Deontología Médica de la OMC.

En relación a los traslados decididos por orden judicial, pero que no estén respaldados por el criterio médico, Terés recuerda el derecho de los facultativos a actuar de acuerdo con su conciencia.

Carmen Hoyos, médico de prisiones y coordinadora de Sanidad Penitenciaria en la OMC, recuerda que hay un protocolo de actuación para casos de huelga de hambre. “Cuando el preso se pone en huelga de hambre se le somete a una valoración clínica: se le toma la tensión, la frecuencia cardiaca y el peso y, además, se le hace una exploración para ver hidratación, el estado general, incluido su estado mental. Toda esta información se remite a las autoridades responsables”.

Hoyos detalla que a partir de ese primer control se decide si hacer una revisión diaria o aplazar una semana la siguiente consulta. “Donde existe una especial alarma social, como puede ser del que hablamos, las revisiones son diarias desde el primer momento”.

Carmen Hoyos, portavoz de Sanidad Penitenciaria en la OMC.

Hoyos también aclara que dentro de los derechos de estos ciudadanos privados de libertad está el de poder consultar a su médico personal. “Esta asesoría médica tiene que ser gestionada por el interno que lo solicita y se debe hacer frente al médico de la institución penitenciaria. Además, la consulta a un profesional privado la tiene que autorizar el director del centro penitenciario o la autoridad competente y el coste corre a cargo del paciente”.

En este sentido, Terés admite la importancia de que los presos estén siempre bien informados de su situación, de su salud, pues solo así pueden ejercer su derecho a permanecer en huelga o abandonarla.

En estos días también se ha conocido que Jaume Padrós, presidente del COMB, va a actuar como médico personal de uno de los huelguistas. ¿Algún conflicto deontológico a la vista? Terés responde: “En absoluto, el hecho de ser presidente de un colegio no le impide tener sus pacientes”. Padrós no forma parte de la Comisión creada por el COMB de apoyo a los médicos de los huelguistas, porque en ese caso encuentra que sí podría haber conflicto.

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