El 19 de septiembre, Cataluña convocó al sector sanitario al I Foro de Diálogo Profesional, con el fin de establecer las bases de la transformación del modelo actual para adaptarse a los retos del futuro.
En la anterior legislatura, se habían puesto en marcha diferentes estrategias para hacer frente a problemas concretos como la estabilización de los profesionales, la salud mental y las urgencias. La consejera actual, Alba Vergés, pretende la reformulación a fondo de todo el sistema, para lo que se dio un plazo de un año.
Ese día se marcaron los primeros retos: falta de profesionales en enfermería, hacer atractiva la atención primaria, atraer a los profesionales para que trabajen fuera del área metropolitana de Barcelona y mejorar la planificación universitaria.
Si bien todos los invitados del sector consideraron oportuno el debate, antes y después del encuentro destacaba una reivindicación prácticamente unánime: era necesario compensar al profesional por todas las pérdidas salariales y el deterioro de las condiciones laborales a raíz de la crisis. Vergés concluyó la rueda de prensa alegando que, si bien no rehuían el debate, era más urgente la reflexión sobre el futuro.
Dos meses después, el descontento acumulado durante los años de la crisis desembocó en una huelga en la atención primaria del Instituto Catalán de la Salud (ICS) desde el 26 al 30 de noviembre, promovida inicialmente por el movimiento Rebelión Primaria, a la que se unieron CGT y Médicos de Cataluña (MC). El sindicato profesional convocó además otros paros en la sanidad concertada, a pesar de que, sin apoyo de MC, ya se había firmado el II convenio del sector.
Cuatro días de paro
En el ICS, después de cuatro días de huelga, con un seguimiento del 70 por ciento según el sindicato médico y de un 40 por ciento según la Administración, se firmó un acuerdo para concretar ciertas mejoras en el primer nivel.
Aunque el grueso ya había transcendido una semana antes, MC y el ICS no llegaban al pacto porque una de las líneas rojas del sindicato era limitar las agendas de los médicos a 28 consultas al día.
Con un cupo de 1.300 TIS y 12 minutos para las consultas presenciales y 6 para las telefónicas, los médicos tendrían de 25 a 28 pacientes diarios
Finalmente, profesionales y Administración llegaron a un acuerdo basado en la redistribución de los cupos. Si bien se ajustarán al perfil de la población -en función de las características demográficas, socioeconómicas y geográficas-, el documento firmado establece una media de 1.340 usuarios por médico.
En caso de falta de profesionales, otros facultativos podrían asumir voluntariamente más TIS. Con unas agendas de 12 minutos por paciente en el caso de visita presencial y 6 minutos por visita telefónica o virtual, esto facilitaría que hubiera entre 25 y 28 consultas diarias.
El acuerdo garantiza además la contratación de 250 médicos de Familia y la previsión de incorporar, a lo largo del primer semestre de 2019, nuevos especialistas de Pediatría, Ginecología y odontólogos. El pacto incluye también otro tipo de medidas, como el impulso a la organización autónoma de los equipos y a la participación de los facultativos en la gestión clínica, favoreciendo su capacidad resolutiva y de liderazgo.
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