PREGUNTA. ¿Cómo se inició en el mundo de la ayuda humanitaria?
RESPUESTA. Tener las oportunidades para desarrollarte plenamente tanto a nivel personal como profesional es un derecho universal, pero un lujo exclusivo del mundo occidental. El privilegio de ser neurocirujano me generó una gran inquietud con aquellos que no han tenido las mismas oportunidades, principalmente con los pacientes más vulnerables. Mi grandes preguntas fueron: ¿cuál es el papel de la Neurocirugía en la ayuda humanitaria? ¿Es un lujo? ¿Se trata de una especialidad altamente compleja exclusiva de una medicina ostentosa y tecnificada?
“La elevada incidencia de hidrocefalia infantil en África del Este me animó en 2005 a enfocar mis inquietudes”
Casualmente, en 2005 me enteré de la elevada incidencia de hidrocefalia infantil en África oriental: 200.000 nuevos casos por año. Sin dudarlo, supe dónde debíamos actuar y encauzar nuestras inquietudes. Desde entonces todo ha transcurrido a velocidad de vértigo. Un grupo de personas se unieron a mí para crear una fundación en 2008 (NED: Neurocirugía, Educación y Desarrollo) y promocionar las Neurociencias, principalmente en el África subsahariana.
P. ¿Y cuál es su papel?
R. Todos concurrimos para pensar en grande. Surgió la idea de iniciar misiones puntuales en diferentes países africanos, con el objetivo de educar a neurocirujanos locales en la técnica de la endoscopia para tratar la hidrocefalia y a los profesionales enfermeros en la instrumentación neuroquirúrgica y cuidado del paciente.Gracias a este proyecto, actualmente la opción endoscópica se ofrece habitualmente a todos los niños africanos afectados de hidrocefalia.
La Fundación NED ha vivido un antes y un después diferenciado por la creación del Mnazi Mmoja NED Institute en 2014. Este año celebramos su quinto aniversario, se han visitado más de 15.000 pacientes y hemos realizado miles de cirugías a pacientes con diferentes patologías neuroquirúrgicas.
“La Fundación ha vivido un antes y un después con la creación del Mnazi Mmoja NED Institute en 2014”
P. A nivel profesional, ¿qué le aporta esta colaboración?
R. Yo reencontré de nuevo mi vocación como médico. Como dice el filósofo Eduardo Nicol, “la vocación es ese ímpetu que nos incita a superar nuestras limitaciones, es ese llamado que dialoga con nuestras incapacidades para hallar nuestras capacidades que nos permitan encontrar y recorrer un camino”. Yo hallé de nuevo mis capacidades y camino en la colaboración humanitaria en África.
Recuerdo con mucho cariño el caso de Madadi, un niño de 12 años inválido, en silla de ruedas a causa de una lesión compleja en la médula espinal, y que decidí intervenir quirúrgicamente. A mi regreso en la siguiente misión vino al Mnazi Mmoja NED Institute a su revisión postoperatoria; al verme llegar por la mañana, se levantó de su silla de ruedas y me mostró cómo empezaba a caminar, hasta llegar hasta mí y darnos un gran abrazo. Sin duda, Madadi es un gran luchador, muestra de fuerza, voluntad y gran amor por la vida. Su abrazo y sonrisa han sido una de mis grandes recompensas.
P. ¿Y a nivel humano?
R. Sólo puedo agradecer. Me conmueve en muchas ocasiones el hecho de poder conocer una población tan especial como la de Zanzíbar, donde el tiempo apacigua al más valiente, atrapa al más rápido y abre el corazón al más duro, un lugar lleno de almas grandes bajo la sencillez de su presencia; personas que nada tienen y todo te dan, donde el espacio se llena de manos que saludan sin conocerte y sonrisas que siempre te reciben sinceras. Tenemos tanto que dar, tanto que ofrecer, pero también cuánto debemos aprender de ellos.
“Ser voluntario requiere mucho esfuerzo, trabajo, responsabilidad, respeto y constancia”
P. ¿No hay agotamiento físico o psíquico?
R. Creo que la colaboración a través de la Fundación NED, al igual que la labor que ejercen otros proyectos humanitarios, se convierte en un compromiso social al que nos debemos, al igual que un padre cuida inevitablemente con más empeño al hijo más necesitado para que éste pueda sobrevivir y ser cada vez más autónomo. Por otro lado, ser voluntario tantos años no es fácil; se trata de una labor dura que requiere mucho esfuerzo, trabajo, responsabilidad, respeto y constancia. La cooperación te genera muchas contradicciones a nivel humano. Te expones a situaciones extremas que nunca sabes si vas a ser capaz de superar.
P. Y los beneficiarios de esa ayuda, ¿qué les transmiten?
R. Los pacientes y sus familias transmiten un enorme agradecimiento, con pocas palabras. Muchas veces sólo una mirada basta. Por su parte, el personal sanitario local recibe formación continuada a través de la Fundación, y muestran mucho interés por aprender cada vez más y poder especializarse y crecer en su profesión. Están agradecidos con la labor que NED realiza para mejorar la salud de su población y comprometidos con ello, ya que día tras día lo demuestran con su trabajo.
“Pacientes y familiares transmiten un enorme agradecimiento con pocas palabras”
Cabe destacar el importante papel de la coordinadora enfermera local del Mnazi Mmoja NED Institute, Hadia, que junto con el doctor Mohamed coordina la recepción de los voluntarios en cada misión, la gestión de pacientes y de recursos materiales, y la organización del personal enfermero local. Ella es una mujer luchadora, con familia, madre de tres hijos y totalmente implicada en el proyecto desde su inicio, hasta el punto de viajar hasta Valencia para formarse y aportar así más a su gente. Realmente, su respuesta en un contexto familiar y económico tan difícil es una forma de transmitir su agradecimiento.
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