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jueves, 2 de abril de 2020

Coronavirus: la mortalidad equivaldría a la de cuatro años de gripe estacional

Microbiología y Enfermedades Infecciosas
soniamoreno
02/ 04 / 2020
Transmisión elevada en la fase asintomática
El Consejo General de COF ha elaborado materiales formativos sobre el coronavirus Covid-19.
El Consejo General de COF ha elaborado materiales formativos sobre el coronavirus Covid-19.

Con los datos disponibles, la Organización Mundial de la Salud estima una letalidad del SARS-CoV-2 del 3,4%. No obstante, para el profesor Adolfo García-Sastre, codirector del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes y de la Facultad Icahn de Medicina en la Universidad Mount Sinai, en Nueva York, el elevado número de personas que han presentado la infección con síntomas leves o incluso sin ellos, apuntaría a una tasa mucho menor.

Según ha expuesto en un webinar con un platel internacional de expertos organizado por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), con la colaboración de Gilead, la estrategia de Corea del Sur de hacer todos los test posibles a la población aporta “una visión más próxima a la realidad”. Atendiendo a esos datos, García-Sastre ha calculado que las personas infectadas son diez veces más que las diagnosticadas.

“No soy epidemiólogo, ni experto en una modelización matemática de la enfermedad, pero, en mi opinión, la mortalidad por el SARS-CoV-2 se situaría en un 0,4%, lo que equivale a las infecciones letales de cuatro años de gripe estacional combinadas”.

En España, apunta el científico, una extrapolación de esos datos supondría que a 31 de marzo, la cifra de infecciones estaría en los cuatro millones de personas.

Para el experto, la vacuna ideal tendría que aportar protección perdurable con una sola dosis, si bien, en el momento actual de pandemia sería ya de gran ayuda que consiguiera una protección parcial tras varias dosis.

Transmisión en la fase asintomática

La sesión ha contado también con la participación de Roman Wölfel, director del Instituto de Microbiología del Ejército Federal, en Múnich,  que ha presentado su investigación sobre la dinámica de la infección por SARS-CoV-2 en un grupo de nueve pacientes, los primeros en identificarse en Alemania. Todos presentaron síntomas leves de la enfermedad.

Según ha explicado Wölfel, el virus se replica intensamente en el tracto respiratorio superior antes incluso de que aparezcan los síntomas. En esta fase puede excretarse en gran cantidad a través de las gotitas respiratorias, aunque la persona contagiada aún no se haya percatado de su infección.

En ese trabajo, se analizaron muestras de tomadas de garganta y pulmón, esputo, así como de heces, sangre y orina recogidas durante el curso clínico. Así descartaron la transmisión fecal del virus, si bien, debido al pequeño tamaño de la muestra es un dato que debería contrastarse con estudios más amplios, apunta Wölfel.

En cambio, la diseminación de ARN viral en el esputo se registró hasta que terminaron los síntomas, lo que indica la importancia de preservar la cuarentena después de que un enfermo supere la infección.

Ensayos en marcha con remdesivir

José M. Miró, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona, se ha centrado en los estudios que muestran un potencial beneficio de tocilizumab y remdesivir en el tratamiento de la infección por SARS-CoV-2, y han servido de base para el inicio de los ensayos clínicos.

Sobre el remdesivir ha repasado la base preclínica, tanto la alcanzada con otros coronavirus como el SARS y el MERS, como en trabajos experimentales frente al nuevo coronavirus. Todos ellos indican, según Miró, que este inhibidor de la polimerasa dependiente de ARN (RdRp) “es el antiviral más potente in vitro e in vivo” frente al nuevo coronavirus.

El especialista ha destacado la importancia de tratar precozmente los casos de la Covid-19 y ha recordado que los estudios donde se administran los antivirales en la fase muy avanzada de la enfermedad “impiden observar el auténtico efecto de estos fármacos”.

Así, se ha referido a uno de los primeros ensayos randomizados controlados, que se publicó en NEJM, con los antirretrovirales lopinavir/ritonavir y que no obtuvo los resultados positivos esperados, porque se administraron en pacientes en estado crítico y muy deteriorados. “En cambio, si se observaban los datos de ese mismo estudio en enfermos que recibieron el tratamiento durante los primeros días de la infección, el efecto era diferente”.

Los ensayos clínicos que ya se están realizando con remdesivir en varios países del mundo –entre ellos España, que participa con ocho centros- ayudarán a determinar, ha expuesto Miró, la duración de la terapia y su eficacia y seguridad en pacientes con la neumonía moderada a grave. Los primeros resultados de esos estudios podrían estar en mayo, ha anunciado.

Diferente es el momento para la administración del inhibidor de IL-6 tocilizumab, un fármaco que también se está ensayando en España frente a la Covid-19. Miró ha revisado algunos de los estudios aún abiertos para evaluar su seguridad y eficacia en neumonía grave y crítica, así como para determinar el número de dosis idóneo.

Por su parte, el jefe de la Unidad de Infecciones de Transmisión Sexual del Hospital Germans Trias y Pujol de Badalona, Oriol Mitjà ha actualizado los trabajos científicos sobre el potencial efecto protector de la cloroquina/hidroxicloroquina, que en especial se dirigen al personal sanitario. Entre eso estudios, se encuentra el que coordina Mitjà sobre profilaxis postexposicion, con el que se busca reducir el número de días en que una persona puede contagiar el virus.

El también investigador asociado del ISGlobal ha recordado que el control de la transmisión no será posible mientras la tasa de contagio (R0) supere el 1,5 y la proporción de los contactos identificados esté por debajo del 80%.

Desde el epicentro inicial de la epidemia, en el Hospital Union Medical College de Wuhan, la viróloga Zheng Xin ha aportado datos de la experiencia china: un 80% son casos leves y un 20% graves, de los cuales, un 5% progresan a críticos. Entre los factores de comorbilidad más frecuentes, destaca, está la hipertensión (hasta en un 29% de los casos) y las enfermedades cardiovasculares (hasta el 23%) y la diabetes (14%). Estos tres factores se presentan más a menudo que la EPOC , el cáncer y la enfermedad renal crónica.

También ha incidido en el especial peso que tiene la enfermedad cardíaca en la infección Mandeep R. Mehra, del Departamento de Medicina Interna del Hospital Brigham and Women’s de Boston.

Ha advertido sobre cuatro patologías cardiacas que complican la enfermedad: lesión aguda cardiaca, shock cardiogénico/insuficiencia cardiaca, arritmias y tromboembolismo venoso.

Según el especialista, la enfermedad atraviesa una primera fase de respuesta viral –en la que, ha coincidió con Miró, deberían intensificarse los esfuerzos antivirales- a la que sigue otra de reacción inflamatoria, que es la que puede conducir a la respuesta hiperinflamatoria en los pacientes más graves.

“Esa respuesta inflamatoria sistémica es la que puede explicar el desarrollo de una cardiomiopatía”, ha señalado.

Para este médico, la aparición de una insuficiencia cardiaca en esta fase recuerda a lo que se produce con el síndrome de liberación de citocinas como efecto secundario en algunos pacientes tratados con terapia con CAR-T.

Hecho que sugiere que la inmunomodulación y los inhibidores de la IL-6 puedan tener un papel terapéutico relevante en los enfermos graves.

Expertos internacionales revisan las estimaciones de letalidad del SARS-CoV-2, cuál es el momento álgido de transmisión, los ensayos sobre tratamientos y las potenciales complicaciones. Off Off

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