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jueves, 2 de abril de 2020

Urgencias se pregunta cómo afrontará el pico hospitalario de los próximos días

Profesión
franciscogoiri
02/ 04 / 2020

Si hay un servicio hospitalario en primera línea en la atención a los pacientes de la Covid-19, ese es el servicio de Urgencias. Grandes o pequeños, comarcales o de hospitales terciarios, los coordinadores y urgenciólogos de estos servicios coinciden en dos cosas: el temor ante la "espectacular avalancha" de casos que prevén afrontar en los próximos días y la incertidumbre sobre cómo hacer frente a ese pico con unas plantillas en muchos casos limitadas y, en todos los casos, sobresaturadas; con medios y recursos a veces escasos, y con un déficit de equipos de protección, sobre todo en las zonas más afectadas.

Manuel Vázquez Lima, responsable del Servicio de Urgencias del Hospital do Salnés, en la localidad pontevedresa de Vilagarcía de Arousa, habla gráficamente de “la calma que precede a una tempestad que, inevitablemente, se nos viene encima en todos los servicios”; en Murcia, Pascual Piñera, jefe de Urgencias del Hospital Reina Sofía, se refiere a “un valle asistencial que no presagia nada bueno, viendo la evolución de la epidemia”, y en Cataluña, pese a ser una de las autonomías más afectadas, Óscar Miró, urgenciólogo en el Hospital Clínic de Barcelona, dice que “aún estamos esperando la gran oleada, que está a la vuelta de la esquina”.

 

menos flujo asistencial.

Lo llamen como lo llamen, esta relativa calma previa se ha traducido en una reducción del ritmo asistencial habitual en los servicios. “El pasado 9 de marzo, por coger un día de referencia, atendimos en mi servicio a un 5% menos de pacientes de los que solemos ver entre semana, pero es que apenas 5 días después el porcentaje de reducción del flujo habitual era ya del 51%”, afirma el jefe de Urgencias del Reina Sofía. Según él, ese comportamiento tiene que ver, claro, con las medidas de confinamiento decretadas, pero también con “el miedo de los pacientes a desplazarse al hospital; temen que los ingresemos y verse más expuestos que si se quedaran en casa. Urgencias es como el cajero automático de la sanidad: vas cuando quieres o lo necesitas, pero en la tesitura actual el ciudadano se piensa hasta lo de ir al cajero”.

Esa misma disminución del flujo habitual se ha vivido en el Hospital do Salnés, con una zona de influencia cercana a los 100.000 pacientes. “Ayer [18 de marzo] fue el día más flojo en cuanto a afluencia de pacientes en las urgencias de toda Galicia en los últimos 15 años: la media de casos fue de 170, frente a los 400 habituales”. Ahora bien, añade Vázquez Lima, “que no quepa duda alguna de que esto repuntará y la puerta de entrada de toda esa oleada de casos que se prevén serán los servicios de Urgencias”. 

En Madrid, la comunidad más golpeada por el virus, Carlos Bibiano Guillén, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Infanta Sofía, en Vallecas, no ha detectado una curva de reducción asistencial tan acusada como sus colegas, “quizás porque aquí  hubo focos importantes de afectados desde los primeros días y, además, sin un confinamiento obligado que limitara la circulación de pacientes”.

En el Hospital La Fe de Valencia, el director de su Área de Urgencias, Javier Millán Soria, también reconoce una “relativa” disminución de la carga de trabajo, pero matiza que los pacientes sospechosos de Covid-19 suponen “un trabajo adicional que nada tiene que ver con el que requiere el paciente habitual de urgencias. Hay que identificarle y separarle del resto de enfermos en un circuito específico, proporcionarle una mascarilla, llevarle a una zona de aislamiento, preparar y colocarse el equipo de protección (EPI) para la toma de muestras… y todo eso antes del repunte que auguran todas las previsiones”.

Más allá de la casuística concreta de cada autonomía y de cada hospital, en esencia, todos los servicios han adoptado -y adaptado a sus circunstancias- el Protocolo para el manejo del Covid-19 en Urgencias del Ministerio de Sanidad, que se va actualizando casi a diario. “En el Hospital de Zumárraga hemos establecido los dos circuitos que marca ese protocolo: uno para pacientes con patología respiratoria y positivos probables y otro para casos que no presentan sospecha de positivo y para el resto de los motivos de consulta”, resume Francisco José Ezponda, jefe del Servicio de Urgencias de Zumárraga. En el Clínic barcelonés, el doble circuito es similar, “aunque todo va variando cada día”, dice Miró. “Hemos establecido un circuito y áreas específicas para detectar a los pacientes que necesitan un frotis y los ingresamos en planta en función del resultado”. 

 

“¿Dónde les meto?”.

Si en Madrid, por ejemplo, el jefe de Urgencias del Infanta Leonor de Vallecas, un hospital con 269 camas, reconocía la semana pasada la existencia de 200 casos positivos y 70 pacientes más en investigación, en el Hospital San Pedro, de La Rioja, José María Carpintero, uno de los 41 urgenciólogos del servicio, admite que “de momento, no tenemos problemas de camas, porque el 70% son dobles y la mayoría están ocupadas individualmente. Ahora tenemos 13 pacientes en UCI por Covid-19, pero lo cierto es que no sabemos cómo va a evolucionar ésto”. 

Vázquez Lima incide, además, en la capacidad de propagación del virus: “Con una R0 (tasa de contagio) estimada de 4-5, la n aumenta de forma exponencial. Para una población de referencia como la nuestra (cien mil habitantes) podría haber hasta 40.000 afectados, de los cuales unos 32.000 serán casos leves, pero alrededor del 5% requerirán de ingreso en UCI. ¿Dónde meto yo a 2.000 pacientes nuevos de golpe en mi hospital?”.

Entre tanta incertidumbre, la única certeza que comparten todos la resume de forma muy gráfica el urgenciólogo del Hospital de San Pedro: “Estamos ante una emergencia biológica que puede llegar a convertirse en una catástrofe de dimensiones desconocidas si no aplicamos 2 recetas al alcance de todos: responsabilidad individual como ciudadanos y solidaridad”.

Hay otra certeza, ésta más profesional, que verbaliza el responsable del Infanta Sofía: “Si algo está evidenciando esta crisis es que, nos reconozcan o no la especialidad, los servicios de Urgencias de toda España estamos funcionando, entre nosotros y con el resto de los servicios hospitalarios, con un nivel de coordinación y comunicación encomiables”.

 

“Estamos en una guerra contra el tiempo para salvar a la población vulnerable”

 

El presidente de los urgenciólogos alerta de la virulencia de esta pandemia y no escatima alguna crítica a su gestión.

 

Por mucha que sea su exposición a los medios de comunicación en los últimos días, Juan González Armengol, jefe de Urgencias del Hospital Clínico de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), no se cansa de repetir, alto y cada vez más claro, un mensaje: “Estamos sumidos en una guerra contra el tiempo para salvar al mayor número posible de población vulnerable y, hasta que no se demuestre lo contrario, le recomendaría a todas las administraciones, la central y las autonómicas, que se pongan en el peor escenario posible”.

La población vulnerable está formada, sí, por pacientes de edad avanzada y con patologías previas, “pero la abundante evidencia que nos llega a diario de China, y que los profesionales nos estamos empapando a ritmo acelerado, habla también de fallecidos de mediana edad, con o sin afectaciones previas, y ha puesto sobre la mesa un dato que no sé si es suficientemente conocido: el 49% de los ingresos en UVI por la infección fallece”. 

Consciente de que no conviene alarmar, pero sí alertar, González Armengol se refiere muy gráficamente al SARS-CoV-2 como “un cabrón que se comporta como un SARS, pero con un índice de transmisión mucho más elevado que la del SARS y la del MERS, que duplica la capacidad de contagio de la gripe común y que, además, cursa pacientes asintomáticos que transmiten la infección”.

 

contagio profesional. 

Otro factor añadido para fijarse mucho en la experiencia china es, según el presidente de Semes, la gestión que ese país hizo del SARS. Sólo un ejemplo: “El SARS tuvo un 20% de afectación entre profesionales sanitarios chinos, mientras que los infectados por SARS-CoV-2 no llegan al 4%, bien es verdad que un 15% de ellos graves. En España no hay  una actualización permanente de las cifras de afectación entre los profesionales, y hay que exigírselas cada día, cada hora y cada minuto al Ministerio de Sanidad, porque somos el colectivo más expuesto a la enfermedad”. El pasado domingo, el Centro de Alertas yEmergencias cifraba en un 12% el porcentaje de profesionales infectados, pero ésa era la primera actualización en muchos días.

Yeso no es lo único que molesta al presidente de Semes. La orden ministerial del pasado 20 de marzo, que obliga a las comunidades a remitir a Sanidad cifras actualizadas de los especialistas disponibles en varios servicios obvia cualquier referencia a los urgenciólogos. Un día después, González Armengol se despachó en twitter con un duro mensaje dirigido al secretario general del Ministerio de Sanidad, firmante de esa orden.

Puerta de acceso prioritaria de los infectados por la Covid-19, Urgencias teme el exponencial aumento de pacientes que se prevé y se pregunta cómo lo afrontará. Off Off

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