El perfil de personas que colaboran en esta pandemia del coronavirus para entregar medicamentos a domicilio es my amplio. Junto a los voluntarios de Cruz Roja que lo hacen, virtud al acuerdo firmado con el Consejo General de COF y avalado por Sanidad, figura también una red de 240 estudiantes de farmacia de Barcelona, de la Universidad de Barcelona (UB) y de Blanquerna-Universidad Ramon Llull, así como agentes forestales, la cadena de distribución y los mismos farmacéuticos.
La implicación de la UB le ha llevado incluso a fabricar geles hidroalcohólicos: 300 litros al día en lotes de 50 litros, por petición del Hospital Clínic, como ha hecho también la Universidad de Salamanca, por requerimiento del Hospital Clínico de Salamanca.
"Tengo que llevar una autorización de movilidad, por si me lo pide la policía"
Anna Moreno es una de estas estudiantes catalanas voluntarias para entregar medicación a domicilio. Alumna de último curso de la Universidad de Barcelona, el estado de alarma decretado por el Covid-19 le hizo interrumpir sus prácticas en el Hospital del Mar: "La Universidad me avisó de que el COF de Barcelona buscaba voluntarios para entregar medicamentos a personas que no podían salir de casa. Me apunté y me llegó un correo con una autorización de movilidad, por si me lo pide la policía, así como un PDF con los pasos a seguir", explica.
Moreno solo ha realizado hasta el momento tres entregas, en una de ellas ni siquiera llegó hasta la puerta de la interesada, para que no hubiera ningún contacto, ya que le pidieron dejar la entrega en el ascensor y, a la vuelta de este, recogió un sobre con el dinero.
Cuando llega a la misma puerta sigue un protocolo: "Dejas la bolsa en la puerta, luego te apartas, abren la puerta, cogen la bolsa y te dejan el sobre con el dinero en el suelo", añade quien va pertrechada con su propio equipo de protección: mascarilla y guantes. "Si tú no tienes, el protocolo dice que se lo puedes pedir a la farmacia; pero, en mi caso, ni las mismas farmacéuticas de la botica a la que fui tenían mascarillas ni guantes", comenta.
Más control en los hospitales
Ahora con sus prácticas hospitalarias de seis meses interrumpidas, está viviendo de cerca la función de la farmacia comunitaria, que ya experimentó hace dos veranos, cuando estuvo trabajando en una de ellas. "En principio, sí quiero hacer el FIR, peor me gustaría volver a mis prácticas en el Hospital del Mar", reconoce quien ha estado allí dos meses, de enero a mediados de marzo. "La última semana que estuve en el Hospital, ya aparecieron los primeros casos en Barcelona e incluso en el mismo hospital. Comenzaron a hacerse protocolos con los tratamientos, y ya comenzaron los desabastecimientos de alcohol y empezaron a controlarse los geles de manos", comenta. Hasta tal punto era así -indica- que si de una planta pedían, por ejemplo 10 geles, igual no les proporcionaban lo que pedían, sino la mitad.
Sus seis meses de prácticas estaban configurados en varias rotaciones: primero, dispensación , ayudando a los técnicos a preparar los carros con la medicación. "Estuve dos semanas rotando con un farmacéutico, ayudando a preparar tratamientos de oncología y hematología. La semana que ya me fui para casa estaba dentro de cabinas, ayudando en la preparación de citostáticos y nutriciones parenterales. Me gustó muchísimo. Ahora me quedan muchas rotaciones", se lamenta.
Entre tanto, espera que le llamen para ayudar en un hotel medicalizado de la Plaza de Cataluña, para el que la Asociación de Estudiantes de la Universidad de Barcelona ha solicitado estudiantes voluntarios que ayuden a preparar medicaciones.
Agentes forestales en acción
Aparte de estudiantes y voluntarios de Cruz Roja, en provincias como Toledo también colaboran incluso agentes forestales, ante la incredulidad de muchos farmacéuticos, que ven más idóneo que sean los profesionales sanitarios quienes realicen este servicio. Sin embargo, la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha ha llegado a un acuerdo con la Empresa Pública de Gestión Ambiental de Castilla-La Mancha (Geacam) para que sean ellos quienes realicen la entrega de fármacos hospitalarios a domicilio.
A su vez, los servicios sociales de distintos Ayuntamientos contactan con los COF para facilitar este servicio domiciliario en algunas autonomías, como Extremadura y la misma Castilla-La Mancha.
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