Las personas con VIH y cáncer no deben ser excluidas de los ensayos con nuevas inmunoterapias anti-oncológicas puesto que se han confirmado beneficios, además de seguridad, con este tipo de tratamientos en este subgrupo de pacientes que hasta ahora no se incluían en ensayos con inmunoterapia, según los datos de un nuevo estudio español, el Durvast, primero de estas características en Europa y que acaba de publicarse en el último número del Journal of the American Medical Association (JAMA).
“Hasta ahora, las personas con VIH y enfermedad oncológica eran excluidas sistemáticamente de los ensayos con nuevas inmunoterapias contra el cáncer porque se consideraba que, al afectar el virus a su sistema inmunitario, la inmunoterapia no era adecuada para ellos”, señala a DM María González Cao, miembro del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) y especialista del Instituto Oncológico Dr. Rosell, en el Hospital Universitario Dexeus de Barcelona.
La exclusión se basaba en reticencias a que el tratamiento anticancerígeno reactivara el VIH, tuviera una toxicidad mayor que en otros casos o perjudicara aún más el sistema inmunitario de los pacientes. Sin embargo, los resultados de nuevo trabajo eliminan esa apreciación, pues la tasa de respuesta y de beneficio clínico con durvalumab, un anti PD-L1, es seguro y activo en personas con infección por el VIH.
Misma proporción de éxito
El 50% de los pacientes tratados, un 75% con cáncer de pulmón avanzado, obtuvieron un claro beneficio clínico, lo que sugiere “al menos la misma proporción de casos de éxito que en pacientes sin VIH y que, por tanto, deben tener acceso a todas las opciones terapéuticas, más aún cuando sus expectativas de vida son similares a las de la población porque los antirretrovirales controlan el VIH” considera González Cao, quien ratifica que “algunos de los participantes del estudio, que seguían su terapia con antirretrovirales, son largos supervivientes que siguen manteniendo la respuesta a la inmunoterapia y están libres de enfermedad tumoral macroscópica. Además, ninguno presentó toxicidades graves relacionadas con durvalumab”.
La posibilidad de administrar inmunoterapia a pacientes VIH oncológicos ya se presentó en el Congreso Americano de Oncología (ASCO), donde algunos grupos del NIH estadounidense presentaron datos oncológicos, aunque al estar más centrados en VIH que en cáncer y no ser procesos tumorales tan receptivos a inmunoterapia, las tasa de respuestas fueron más bajas.
El cáncer de pulmón es actualmente la principal causa de muerte en VIH
González Cao propuso el nuevo estudio -promovido por el GECP y desarrollado en el Laboratorio de Oncología Pangaea Oncology del Instituto Oncológico Dr. Rosell del Hospital Universitario Dexeus, el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona- para ofrecer las mismas oportunidades a todos los pacientes y más aún teniendo en cuenta que el cáncer de pulmón es el más prevalente en personas con VIH . De hecho, actualmente es la primera causa de muerte en población VIH, ya que los procesos tumorales que se describían anteriormente han sido controlados por el tratamiento antirretroviral”. Otro dato significativo es que la incidencia de cáncer en este subgrupo de población es mayor y aparece en edades más tempranas, “posiblemente por el entorno inflamatorio crónico secundario que produce el VIH”.
Claro beneficio clínico en el 50% de casos
Se suma el hecho, según la experta, que las inmunoterapias basadas en el uso de anticuerpos contra las proteínas PD-1 o PD-L1 han revolucionado el abordaje oncológico, logrando largos supervivientes e incluso curaciones, en el 20-50% de los pacientes afectados por tumores avanzados y metastásicos. Sin embargo, en las personas con VIH no había ningún tipo de dato porque no accedían a estos ensayos.
Así, el ensayo –en el que también han participado otros ocho centros hospitalarios de España, pertenecientes al GECP- incluyó a 20 pacientes con cáncer e infección por el VIH tratada con medicación antirretroviral.
Parece haber mejor actividad y tolerancia que en pacientes sin VIH
Quince de ellos padecían un cáncer de pulmón, 2 un melanoma, 2 un carcinoma anal y 1 un cáncer de vejiga. Los resultados demuestran que el 50% de los pacientes tratados -un 75% de ellos con cáncer de pulmón sin mutaciones ALK o EFGR- con el anti-PD-L1 durvalumab obtuvieron un “claro beneficio clínico, lo que sugiere al menos la misma proporción de casos de éxito que en pacientes sin VIH”, indica González Cao.
Rafael Rosell, investigador principal del estudio, considera que “los datos iniciales sugieren que puede haber incluso una mejor actividad y tolerancia de la inmunoterapia que en otras poblaciones de pacientes. Esto es algo que debemos seguir investigando, ya que podría tener implicaciones a la hora de desarrollar nuevos tratamientos para la población general”.
Efectos sobre el VIH
El potencial impacto de la inmunoterapia con durvalumab sobre el reservorio viral de los pacientes con VIH también va a ser valorado, ya que los datos del 'JAMA' señalan que la administración este fármaco no incrementó la carga viral en la sangre de ninguno de los pacientes, y que los niveles de células inmunitarias CD4 y CD8 se mantuvieron estables.
“Queremos estudiar si la inmunoterapia ha podido tener efectos beneficiosos sobre la carga viral de los pacientes. Las terapias antiPD-1/PD-L1, al fortalecer el sistema inmunitario, pueden teóricamente ser eficaces en multitud de procesos donde la inmunidad juega un papel fundamental, como las infecciones virales. Pero aún nos encontramos en una fase inicial de estudio”, explican González Cao y Javier Martínez-Picado, investigador ICREA del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa.
El estudio español 'Durvast' demuestra la eficacia y seguridad de la inmunoterapia con anti-PD-L1 en pacientes con VIH y cáncer avanzado, sobre todo de pulmón, antes excluidos de los ensayos con estas terapias. Off Raquel Serrano Off
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