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lunes, 22 de diciembre de 2025

"España es uno de los países más desarrollados del mundo, pero para sus médicos tiene un modelo del siglo pasado"

Profesión
rocio.rodriguez
Entrevista

La Asociación Médica Mundial (AMM) es una organización internacional fundada en 1947 que cuenta con 115 asociaciones médicas nacionales y representa a millones de médicos en todo el mundo. Su secretario general desde 2005 es Otmar Kloiber, que estudió Medicina en la Universidad de Colonia y actualmente es miembro internacional y asesor del Centro para la Salud Global y la Diplomacia Médica de la Universidad del Norte de Florida. El Comité Permanente de Médicos Europeos (CPME), creado en 1959, representa a las asociaciones médicas nacionales de toda Europa (más de 1,7 millones de médicos en 37 países). Su presidente de 2025 a 2027, Ole Johan Bakke, se graduó en la Universidad de Oslo y tiene dos especialidades: Salud Pública y Medicina de Familia.

Ambos estuvieron la semana pasada en Madrid para asistir, entre otras cosas, a la Asamblea General de la Organización Médica Colegial (OMC) que se celebró el viernes. DIARIO MÉDICO pudo charlar en exclusiva con ambos sobre las organizaciones que representan y sobre varios de los temas que más preocupan a los médicos españoles. Se explayaron enormemente en sus respuestas sobre la IA, por todas las posibilidades que ya ha traído y traerá a la Medicina, pero no rehuyeron ningún tema, ni sobre la formación médica ni, por supuesto, sobre el Estatuto Marco que trae de cabeza a los facultativos en España.

Pregunta.

La Asociación Médica Mundial nació tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial buscando precisamente promover los más altos niveles de atención médica y conducta ética. Entiendo que no es fácil armonizar a nivel global las cuestiones éticas que se pueden ver influidas por cuestiones religiosas y culturales. En un mundo polarizado con escalada de conflictos, en muchos de los cuales no se respeta los hospitales ni a los médicos ni a los heridos, ¿cuál es el papel de la Asociación Médica Mundial?

Otmar Kloiber:

Sí, nuestro foco principal de trabajo desde 1947 ha sido ser la plataforma internacional para acordar un entendimiento común de la deontología y la ética médica. Eso no ha cambiado. Discutimos constantemente los temas de ética médica con enfoques especiales: por ejemplo, en la investigación, en el uso de datos y muestras en biobancos o en las violaciones de derechos humanos en la atención médica. Debo decir que tenemos una concordancia muy fuerte en el ámbito internacional que atraviesa (va más allá) culturas y religiones; no hay una diferencia tan grande. Tenemos dos áreas donde constantemente hay opiniones divergentes: el inicio y el final de la vida. Cuando se trata de medicina reproductiva, de suicidio asistido o eutanasia, ahí hay disputas. Pero —y esto es importante— no es una disputa entre culturas, sino dentro de cada cultura: tenemos esta discusión sobre los pros y contras del suicidio asistido por un médico en Alemania, en EEUU y globalmente. Los temas sobre el inicio y el final de la vida están dentro de todas nuestras sociedades y dentro de la comunidad de médicos, y eso es bueno. En casi todo lo demás, la concordancia es asombrosa, en estos 70 años hemos desarrollado nuestros documentos por consenso y muy pocas veces hay discusiones, que suelen ser más técnicas que éticas.

P. 

¿Y en el caso del Comité Permanente de Médicos Europeos?

Ole Johan Bakke: 

Bueno, nuestro alcance es algo distinto al de la AMM porque no trabajamos específicamente en ética o derechos humanos. Tenemos cuatro clústeres políticos: e-salud, productos farmacéuticos, práctica profesional y ética, y salud pública. Compartimos algunas con la AMM y otras son más específicas para la CPME porque trabajamos más en nombre de nuestra organización ante instituciones europeas como la Comisión y el Parlamento en cuestiones de política sanitaria. Como principio, cuando elaboramos nuestros documentos de políticas sobre diferentes temas, tratamos de buscar el consenso y lo logramos en la mayoría de temas, pero a veces hay desacuerdo y tenemos que votar, aunque no sigue un patrón específico: no puedo decir que el sur, el norte, el este o el oeste de Europa difieran en un patrón determinado. En algunos temas no estamos de acuerdo dentro de la comunidad médica de un país a otro, pero también dentro de un mismo país, aunque en la mayoría de los casos solemos encontrar consenso.

P. 

Existen problemas particulares por regiones, pero a nivel global ¿podemos hablar de problemas comunes que enfrentan los médicos en todo el mundo? ¿Cuáles son?

O.Kloiber: 

Vemos cambios demográficos muy fuertes, especialmente en las sociedades occidentales, donde hay un pico de médicos de edad muy avanzada jubilándose y no entran suficientes médicos en la profesión. Esto produce un ‘factor de atracción’ hacia los países pobres, donde estamos ‘pescando’ médicos. Esta escasez global es un problema muy grande. Desafortunadamente, esto se une a una fuerte mercantilización o comercialización de la medicina que produce presiones adicionales y nos distrae de la atención al paciente, a lo que se suman presiones económicas que son bastante perjudiciales para la salud. Es una tendencia global, no importa si el sistema de salud es nacional o completamente privado, esta mercantilización existe en todas partes y hace la vida mucho más difícil a quien trabaja en salud. También nos preocupan cuestiones como la preparación ante pandemias: lo hemos visto con el covid-19, no estábamos preparados y todavía no lo estamos, así que tenemos mucho que hacer en esa cuestión. Y la digitalización en salud, que a menudo genera más problemas que soluciones: registros electrónicos que no se hablan entre sí, más carga administrativa y estrés adicional. Con mucha frecuencia, los médicos estamos solicitando jubilarnos antes de lo previsto, estamos hartos y cansados. Hay mucho burnout a nivel mundial y esos son los principales problemas que predominan ahora mismo.

O.J. Bakke: 

Comparto las mismas preocupaciones, especialmente en cuanto a la fuerza laboral y la digitalización. Trabajamos ahora en el Espacio Europeo de Datos de Salud y tememos que añada cargas adicionales y que sistemas de registro electrónicos que hoy funcionan bien lo hagan peor tras la implementación. Si se hace bien, puede mejorar capacidades; si se hace mal, será lo contrario. En este tema se busca realmente hacer que la regulación sea lo mejor tanto para la población como para los sistemas de salud. Quisiera añadir un par de temas más que nos preocupan: la violencia contra los médicos y otros profesionales de la salud, no sabemos de dónde viene, pero es un problema creciente. También vemos ataques y limitaciones a la autonomía de los médicos y las organizaciones médicas en muchos países, también en los europeos que se vuelven más autocráticos, y cuando se ataca la autonomía de los médicos, que es lo que asegura el derecho y la accesibilidad del paciente al sistema de salud, tenemos un gran problema.

P. 

En España en particular los médicos se enfrentan a sobrecarga laboral, guardias de 24 horas, sufren agresiones de forma creciente, faltan médicos en algunas especialidades y en zonas de difícil cobertura, y existe fuga de talento: a veces a otros países, a veces del sector público al privado, a veces a otros sectores. ¿España es diferente o estos problemas se dan en otros países? ¿Estamos ante una crisis de los modelos de salud occidentales o universales? Y si es así, ¿qué iniciativas se están poniendo en marcha con éxito para algunos de esos problemas en otros países, si puede poner ejemplos?

R. 

Es difícil decir si sois muy diferentes. Hay distintos niveles del problema según el país, pero no veo un patrón concreto. Estamos ante problemas que muchos países enfrentan. Hay que tener en cuenta que tenemos una nueva generación de médicos, afortunadamente con mucha más presencia femenina, que tienen razones legítimas para pedir condiciones distintas a las que tuvo mi generación. El sistema debe organizarse diferente, con menos horas de trabajo, tanto totales como de continuidad durante los turnos para permitir una conciliación aceptable. Es una cuestión de organización y de remuneración por supuesto porque gran parte de los ingresos de los médicos venía de trabajar muchísimas horas, y cuando no quieres trabajar tantas horas todavía quieres tener una economía decente para tu familia. Es un reto para casi todos los estados miembros de Europa. España es uno de los países más ricos y desarrollados del mundo. Pero en lo que respecta a sus médicos jóvenes tiene un modelo del siglo pasado. Tras estudiar seis años y hacer la especialización, necesitan un salario digno. No es comprensible que en España un médico gane mucho menos que otro licenciado en otra área de la administración pública o la industria, por ejemplo. No entendemos esa discrepancia. Sí, cobran por las horas extra, pero eso no cuenta: las guardias son tiempo dedicado al empleador y deben pagarse, pero el salario base no es bueno y esto va en detrimento del sistema público porque necesariamente lleva a la decepción y al abandono. El desarrollo de ese sistema sanitario público no ha ido a la par del desarrollo de la sociedad y la economía general del país en las últimas cinco décadas, se ha quedado atrás. Si España quiere mantener un sistema público fuerte, y es mi opinión, tiene que asegurarse de que los médicos -incluyendo los jóvenes- tengan contratos asegurados y estables, y un pago digno. Y en eso queda mucho trabajo por hacer. Sé que el Gobierno está tratando de mejorar la situación, pero tiene que seguirse ese camino y hacer más. En cuanto a iniciativas de éxito, la mayoría de los países han adoptado sistemas en los que se establece un nivel comparativo de pago. Por ejemplo, si eres un abogado joven en la administración pública, tienes un salario que respeta la duración de tu formación y tu profesionalismo. Con los médicos debería ser igual y si trabajas más horas por guardias nocturnas para servir a la comunidad recibir un pago extra por ello y eso debería ser lo mismo para otras personas que hacen lo mismo, puede que no sea 100% igual, también puede haber trayectorias profesionales un poco diferentes, pero el entendimiento general es que debe haber cierta justicia en eso y no es el caso aquí. En ciudades como Madrid, Valencia o Barcelona, donde el coste de la vida es como en París o Múnich, dar esos salarios a los médicos es un chiste. No funciona. Si esperas de tu sistema público de salud un servicio excelente, también tienes que pagar correctamente a quien lo presta. Si no, las deficiencias son inevitables.

 

Off Rocío R. García-Abadillo Política y Normativa Off

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