A los pacientes crónicos pediátricos se les suele y debe atender desde atención primaria, ya que viven un proceso de salud y enfermedad que debe encontrar respuesta en ambos niveles asistenciales por aquellos profesionales que se encuentra preparados y formados para tal fin. Pero no siempre es así. "Desde el desarrollo de la especialidad de Enfermería Pediátrica en 2010 hasta la actual convocatoria de plazas EIR, se han formado un total de 1.276 enfermeras, de las cueles 266 lo han hecho en Andalucía. Sin embargo, seguimos siendo la única comunidad autónoma que no atiende a esta población en el primer nivel asistencial", lamenta Concepción Vellido, especialista en Enfermería Pediátrica y gestora de casos en el Hospital Virgen de Las Nieves (Granada).
Recuerda que la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía informó en mayo de 2020, a través del Plan Normalizado de Trabajo publicado por la Dirección General de Asistencia Sanitaria y Resultados en Salud, su intención de incluir la Enfermería Pediátrica como pieza clave en la atención primaria pediátrica, coincidiendo con el inicio del proceso de desescalada. "En el documento se indicaba que este colectivo de profesionales retomará la atención pediátrica con la asignación de enfermera pediátrica con papel específico en los programas de salud en la infancia y seguimiento de pacientes pediátricos crónicos y con tratamientos paliativos. La noticia fue muy celebrada por pediatras y enfermeras pediátricas, pero no se ha llevado a cabo, con la consiguiente frustración de estos colectivos".
Añade que las evidencias ponen de manifiesto que las consecuencias de una falta de atención coordinada y fragmentada se traducen en una alta frecuentación de los servicios sanitarios, insatisfacción, y repercusión negativa en su calidad de vida. "Por esas razones no entendemos que el Plan Estratégico 2020-2022 diseñado con el objetivo de definir e implementar las medidas estructurales sobre las que debe fundamentarse la atención primaria andaluza en los próximos años no haya tenido cabida la población pediátrica. De la misma manera en el desarrollo del proceso de atención al paciente crónico, no se tengan en cuenta a esta población pediátrica que también sufre problemas de cronicidad, y en muchas ocasiones converge en una cronicidad compleja porque al problema de salud se le añaden otros factores sociosanitarios que repercuten en la salud y calidad de vida del niño y sus familias".
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Hay que recordar que una de las principales reivindicaciones que ha venido realizando históricamente la Asociación Española de Enfermaría Pediátrica ha sido el reconocimiento de la especialidad para el ejercicio profesional y la creación de plazas de especialistas en todos los niveles de atención.
"En nuestra autonomía se han puesto en marcha iniciativas como las que se están llevando a cabo en las provincias de Granada o Málaga con la creación de la unidad de hospitalización a domicilio que viene a sumar en la atención a esta población. No viene a sustituir a la atención que se debe dar en AP sino a coordinarse con ella, a crear puentes de unión en el acompañamiento del niño y su familia en el proceso de salud y enfermedad que les ha tocado vivir. Estas intervenciones deben considerar la coordinación de la atención, garantizar la transición adecuada del hospital a la atención domiciliaria", añade.
¿Por qué los pacientes crónicos pediátricos no pueden ser tratados por la Enfermera Familiar y Comunitaria?
"La enfermera comunitaria o enfermera de AP da respuesta a toda la población, pero los niños y adolescentes deben ser atendido por profesionales especialista en pediatría, porque un niño no es un adulto en pequeño. Esto se pone de manifiesto, y me vienen a la cabeza momentos concretos, cuando un niño se va al domicilio con necesidades de cuidados y encontramos algunos obstáculos para llevarlos a cabo. No debe producirse el desplazamiento, a veces en ambulancia, de un paciente pediátrico a urgencias del hospital para ponerse una sonda nasogástrica o realizar el mantenimiento de un reservorio al hospital de día, porque no es atendido en su zona de referencia".
También aclara que este tipo de situaciones no son costo efectivo para el sistema ni para las familias, ni va en la línea de la humanización en la asistencia sanitaria.
Olvidados en el Plan de AP
Vellido recuerda que el Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria 2022-2023 propuesto por el Ministerio de Sanidad se olvida de los pediatras y de las enfermeras pediátricas, "por ello estamos realizando acciones conjuntas para reivindicar la necesidad de los profesionales especialistas en pediatría para proporcionar la mejor atención y cuidados a la población infantil y adolescente".
En su opinión, las consecuencias de llevar adelante este plan serían graves, ya que la población infantil y adolescente no estaría atendida adecuadamente al no contar con especialistas. "Puede tener repercusiones sobre la salud de esta población y generar sobrecarga de los hospitales".
En cuanto a Andalucía, explica que en una de las presentaciones del plan del Plan Andaluz de Atención Integrada a Pacientes con Enfermedades Crónicas (PAAIPEC), en el contexto del paciente crónico complejo, "no se abordó a la población pediátrica y, cuando se definieron los profesionales implicados, tampoco se contemplaron al pediatra o la enfermera especialista en pediatría".
Explica que el PAAIPEC no pretende redefinir una nueva estrategia integrada de salud, sino que aspira a ser una estrategia complementaria que contribuya a alinear los esfuerzos realizados en las diferentes estrategias y plantee cómo cubrir las áreas de mejoras detectadas, "y especialmente la integración de servicios para hacer frente a la atención de los pacientes con enfermedades crónicas complejas o pacientes pluripatológicos".
¿Enfermera pediátrica en el colegio?
Para Vellido, no hay que olvidar que otro entorno donde el niño desarrolla gran parte de su vida es en el ámbito escolar. "Es importante que estas enfermeras especialistas se encuentren también en los centros escolares, realizando su labor en la educación para la salud como factor importantísimo en la prevención de posibles problemas en el desarrollo del niño, así como atendiendo los problemas de salud de estos niños y favoreciendo la socialización y desarrollo en todas sus fases. En muchas ocasiones, los problemas crónicos e incapacitantes en estos niños les genera absentismo escolar y un aislamiento por la desconfianza generada en los padres de no ser atendidos por profesionales con competencias en salud".
En estos momentos en Andalucía hay 2.013 colegios públicos y 870 institutos de educación secundaria. "No se podría dar respuesta si no es desde la coordinación y el entendimiento. En caso de que no se pueda dar cobertura a todos los centros educativos, se podría encargar la enfermera pediátrica de AP como referente en el centro educativo, dando respuesta a las necesidades de educación sanitaria de los centros".
De hecho, recuerda que la pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de dar respuesta a la población pediátrica, también en este contexto escolar, "como ha ocurrido con las residencias, salvando siempre las distancias. Y es que, la población pediátrica necesita ser abordada por profesionales cualificados y preparados, y quien no contemple esta necesidad esta obviado o mirando hacia otro lado".
Faltan enfermeras pediátricas
En España hay 13.687 especialistas en Enfermería Pediátrica, según datos de los Ministerios de Sanidad y Educación). Desde que se publicó el programa formativo en 2010 han obtenido el título de especialista en Enfermería Pediátrica por la vía EIR 1.088 profesionales. Pero no son suficientes.
"Para atender a esta población, que según el INE suma 7 millones y medio, harían falta casi 68.000 enfermeras para cumplir las ratios de la OMS. Se trata de una cifra elevada y, aunque solo la mitad fuesen especialistas, se necesitarían 20.300 enfermeras pediátricas más de las que hay en la actualidad", asegura Vellido.
La evidencia científica demuestra que la falta de enfermeras pediátricas pone en riesgo la salud de los pacientes
Es consciente de que las cifras actuales son insuficientes para dar respuesta a toda la población pediátrica. "Deben ir creciendo en el futuro con el empuje de su reconocimiento, llevado a cabo un mejor aprovechamiento de este recurso, optimizando así su valor"
Añade que la población pediátrica de 0 a 14 años en España, por los datos proporcionados por el INE en 2018 es de 6.239.147. En Andalucía, en este mismo año, esta población es de 1.253.490. "No es una cifra insignificante para no tenerla en cuenta o ser pasada por alto. Somos una comunidad extensa y, si tenemos en cuenta las ratios consideradas adecuadas por la OMS, serían necesarias 11.281 Enfermeras, aunque solo el 50% fuesen especialistas. En Andalucía serían necesarias 5.640 más de las que hay en la actualidad y la distribución en centros de salud se realizaría en función de la población pediátrica que atienden. En la actualidad la reivindicación es que en AP la dotación de enfermeras pediátricas debe ser 1:1, con los pediatras formando un equipo para atender la población asignada".
La evidencia científica demuestra que la falta de enfermeras pediátricas pone en riesgo la salud de los pacientes. "En países desarrollados, la atención infantil y adolescente en manos de estas especialistas presenta un mejor cumplimiento de las recomendaciones de las guías de práctica clínica de enfermedades de elevada prevalencia en estas edades, demostrándose incluso que cuando los niños son atendidos por especialistas disminuyen la morbilidad y la mortalidad en esta población".
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