Un estudio publicado en la web de JAMA describe las características y la evolución clínica de los pacientes hospitalizados con covid-19 en Sudáfrica durante la última oleada con la variante ómicron en comparación con las olas anteriores. Los resultados del análisis avalan que la enfermedad causada por esta última variante de preocupación es mucho menos grave que con delta, beta y con el virus original.
Los nuevos datos muestran que los pacientes infectados por el SARS-CoV-2 e ingresados en esta ultima ola en el país africano son más jóvenes, con menos comorbilidades, requieren menos días de hospitalización y presentan menor afectación respiratoria. Son menos graves y la mortalidad entre los infectados es muy inferior.
El equipo de Caroline Maslo y Richard Friedland, del grupo privado de atención médica Netcare, compara la evolución de pacientes ingresados con diagnóstico confirmado, por PCR o test de antígenos, de infección por SARS-CoV-2. Netcare aglutina 49 hospitales de cuidados de agudos en Sudáfrica, con más de 10.000 camas en total.
Sudáfrica ha experimentado tres olas previas de covid-19: la primera de junio a agosto de 2020 (variante ancestral); la segunda de noviembre de 2020 a enero de 2021 (beta), y la tercera de mayo a septiembre de 2021 (delta).
Comparaciones
De nuevo, los casos comenzaron a aumentar a partir del 15 de noviembre, coincidiendo con la identificación de ómicron. Para el 7 de diciembre se alcanzaron tasas de positividad del 26% en la transmisión comunitaria del coronavirus.
Para su estudio, los investigadores identificaron el período en el que se alcanzaron el mismo porcentaje del 26% de positivos en las anteriores olas: en la primera, del 14 de junio al 6 de julio de 2020; en la segunda, del 1 al 23 de diciembre de 2020; en la tercera, del 1 al 23 de junio de 2021, y las compararon con la cuarta ola (del 15 de noviembre al 7 de diciembre de 2021).
A partir de la información de la bases de datos electrónicas de Netcare, se compararon las características de los pacientes, la necesidad de suministro de oxígeno y ventilación mecánica, el ingreso en cuidados intensivos, la duración de la estancia hospitalaria y las tasas de mortalidad. El seguimiento fue hasta el 20 de diciembre de 2021.
Resultados
Así se vio que el número de pacientes tratados en los hospitales durante el mismo período en cada una de las cuatro olas difirió (2.351 en la última frente a un máximo de 6.342 en la tercera ola). Mientras que durante las tres primeras olas ingresaron entre el 68% y el 69% de los pacientes que acudieron al servicio de Urgencias con un resultado positivo de covid-19, en la cuarta ola el porcentaje cayó al 41,3%.
Los pacientes hospitalizados durante la cuarta ola eran más jóvenes (la mediana de edad se situó en 36 años, frente a un máximo de 59 años en la tercera ola) con una mayor proporción de mujeres.
Además, la proporción de pacientes con comorbilidades fue significativamente menor en la cuarta ola, así como la tasa de los que presentaba una afectación respiratoria aguda (31,6% en la cuarta ola frente al 91,2% de la tercera ola).
También cayó significativamente la proporción de pacientes que requirieron oxigenoterapia (17,6% en la cuarta ola frente al 74% de la tercera ola), así como el porcentaje que recibió ventilación mecánica. La admisión a cuidados intensivos fue del 18,5% en la última ola frente al 29,9% en la tercera.
La mediana en la duración de de la estancia hospitalaria, situada entre 7 y 8 días en las olas anteriores, se redujo en tres días en la cuarta ola. La mortalidad, que alcanzó el 19,7% en la primera ola y el 29,1% en la tercera, disminuyó al 2,7% en la cuarta ola.
Limitaciones
Los autores advierten de las limitaciones del estudio, cuyo seguimiento concluyó el 20 de diciembre cuando el 7% de los pacientes aún estaban hospitalizados.
Asimismo, no se pudo distinguir entre pacientes asintomáticos ingresados por otros diagnósticos con un resultado positivo en una prueba de coronavirus. Esta podría ser una explicación de la menor proporción de ingresados con covid-19 sin afectación respiratoria.
Además, no se disponía de la genotipificación del virus. Se estimó que el 81% de las variantes aisladas en noviembre correspondió a ómicron, y subieron al 95% en diciembre.
Los investigadores sudafricanos reclaman más investigaciones para determinar si las diferencias entre las olas se explican por la menor morbimortalidad que se achaca a la última variante o por la inmunidad natural o adquirida de la población. En diciembre de 2021, el 44,3% de la población adulta sudafricana había sido vacunada y más del 50% de la población había estado expuesta previamente al virus.
En el estudio, de 971 pacientes admitidos en la cuarta ola, el 24,2% estaban vacunados, el 66,4% no estaban vacunados y el estado de vacunación se desconocía para el 9,4%.
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