El Congreso de los Diputados ha continuado este lunes con la Comisión de Investigación relativa a la gestión de las vacunas y el Plan de Vacunación en España. Tras la comparecencia de Marc Botenga, eurodiputado del Grupo de la Izquierda en el Parlamento Europeo, reclamando la necesidad de liberalizar patentes, aumentar donaciones de vacunas a los países del Tercer Mundo y dotarles de tecnología para su propia producción, ha sido el turno de Juan Carlos Gil Rubio, director general de Moderna, que ha sido muy claro sobre nuestro futuro más inmediato: "El 2022 va a ser el momento más crítico de la pandemia". ¿La razón? "Hoy por hoy no existe capacidad de fabricación de ARN en el mundo, no siendo limitado por el acceso de las patentes", ha recalcado.
"Si sacamos al personal que está produciendo la vacuna para enseñar a otros, realmente no tendremos la vacuna con la urgencia necesaria" (Juan Carlos Gil Rubio)
¿Cuáles son entonces los motivos? "Hace falta personal. Si sacamos al personal que está produciendo la vacuna en los sitios para enseñar a otros, realmente no tendremos la vacuna con la urgencia necesaria. No hay empresas que hayan desarrollado procesos de fabricación, de purificación y procesos analíticos que nos permitan poner en marcha rápidamente ensayos clínicos y que aprueben los mecanismos reguladores necesarios y que también puedan ser capaces de suministrar cientos de millones de vacunas de ARN. Desgraciadamente, es así. Es una tecnología que limita el conocimiento".
Aun así, en línea con lo denunciado por Botenga sobre la falta de acceso a las vacunas en otros países, se ha referido a un plan de la compañía para construir una instalación de ARN de última generación para producir 500 millones de dosis en África: "Aunque está en fase de desarrollo, debemos ir más allá y empoderar a los países para la fabricación local de medicaciones basadas en ARN y pasar de las palabras a los hechos. Para ello destinaremos más de 500 millones de euros".
Donaciones a terceros países
En ese sentido, Gil Rubio ha recalcado el objetivo de suministrar vacunas al mayor número de países posibles: "No es una crisis española, sino global; y solo global y solidariamente podremos superar entre todos con garantías".
Igualmente ha comentado que ya en octubre de 2020 y antes de tener los datos en fase III de su vacuna, anunciaron que no ejercerían ningún derecho sobre sus patentes durante toda la pandemia. Aun así, también ha sido rotundo al afirmar que "la renuncia de la patente tampoco ayudará a suministrar más vacunas de ARN a todo el mundo más rápidamente, ni hoy ni en 2022".
Sobre su compromiso con terceros países, se ha referido a los acuerdos ya firmados, como el de mayo de 2021 para suministrar 500 millones de vacunas durante el cuatro trimestre de 2021-22, "y estamos colaborando con gobiernos de EEUU y de otros países para facilitar que se donen a terceros países, con más bajos ingresos, bien a través de Covax o mediante acuerdos bilaterales".
"En el marco de Covax se habían prometido 2.000 millones de dosis a final de año, la previsión se ha reducido a 1.400 millones de dosis y ni siquiera llegaremos a esa cifra" (Marc Botenga)
Precisamente sobro Covax, Botenga ha sido especialmente duro con las compañías y ha criticado su falta de transparencia: "La solidaridad es fundamental, pero es insuficiente. Yo sé que España ha hecho un esfuerzo, pero en el marco de Covax se habían prometido 2.000 millones de dosis a final de año y la previsión se ha reducido a 1.400 millones de dosis, y ni siquiera llegaremos a esa cifra. La Comisión Europea habló de 250 millones de dosis de vacunas en cuanto a donaciones, y no se va a llegar ni a 150. Está bien fijarse objetivos, pero si se realizan. Y el problema es que no se realizan". A su vez, ha considerado "inaceptable que las empresas farmacéuticas hayan establecido condiciones a los Estados antes de donar las dosis".
También ha sido duro con la propia Comisión Europea, al afirmar que no partió de una idea de vacuna universal para todos, más allá de los países de la Unión Europea (UE): "La UE planteó que habría escasez de vacunas y que habría que vacunar a su población". Incluso dentro de la UE hubo un acuerdo inicial de cuatro países (Alemania, Francia, Italia y Países Bajos) con AstraZeneca, "que no tenía nada de inclusivo".
Sobre la universalización de la pandemia, Amós José García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV) y representante de España en el Comité Regional de la OMS para Europa, ha ahondado en el carácter global de esta crisis sanitaria -"un problema global requiere recetas globales"-, y ha aportado el dato de que "los países desarrollados gestionan el 80% del total de vacunas covid y el resto llega a países en vías de desarrollo".
Sin embargo, García Rojas ha roto una lanza en favor de la "poderosa" política de donación de vacunas por parte de España hacia países de Latinoamérica y de África, hasta el punto de que nuestro país ha sido felicitado por la OMS. Eso sí, ha admitido que se ha creado un "sistema injusto", que ha aumentado la brecha entre países y genera nuevas mutaciones y variantes.
El presidente de la AEV cree que el éxito de una estrategia vacunal como la desarrollada por España, que tiene la mejor tasas mundial, es una combinación de profesionales sanitarios, ciudadanos permeables a la evidencia científica y no a las fake news y un sistema sanitario público, "que debemos mimar".
A la estrategia de vacunación se ha referido Pilar Aparicio Azcárraga, directora General de Salud Pública, que la ha definido de éxito, con sus nueve versiones de estrategia según ha evolucionado la pandemia, y con datos muy positivos que, según ha recalcado, ha hecho disminuir las hospitalizaciones. De hecho, hasta el pasado viernes se han inoculado 82,5 millones de vacunas en España, con 37,7 millones de personas con pauta vacunal completa, un 89,5% de vacunados sobre población diana (a partir de 12 años).
"La central de compras de vacunas de la UE ha sido una ventaja indudable, pero hay procesos que no me gustan, porque no se han transparentado los contratos" (Amós García)
García Rojas ha aplaudido el programa Covax, surgido como compra centralizada por la OMS para países del Tercer Mundo, pero ha cuestionado el eurocentrismo que frena las donaciones de países.
No ha eludido el tema de la liberalización de las patentes, sobre la que piensa que debería reflexionarse, con algunos interrogantes: "Podemos liberalizar la patente, pero la tecnología, ¿hasta dónde llega? Igual también hay que plantearse la necesidad de negociar precios de manera seria y rigurosa. La central de compras de vacunas de la UE ha sido una ventaja indudable, pero hay procesos que no me gustan, porque no se han transparentado los contratos con las empresas farmacéuticas. Y hubiera sido un ejercicio noble".
Estrategia contra ómicron
Por su parte, Gil Rubio ha destacado también que están maximizando el suministro, yendo "a toda máquina" y adaptando su vacuna, "siempre centrada en el último refuerzo específico". No en vano, se trata de una compañía "pequeña" (con menos de 2.500 empleados en el mundo y un portfolio de 37 proyectos de investigación em marcha), cuya vacuna, Spikevax, ha sido ya inoculada a más de 250 millones de personas en el mundo, cuando, en el momento en que irrumpió la pandemia, no producía ningún fármaco, como así ha subrayado Gil Rubio.
Moderna está trabajando en una dosis adicional y en dos vacunas candidatas frente a ómicron
El director general de Moderna ha resumido las tres líneas paralelas en las que está trabajando la compañía para hacer frente a variantes como ómnicron:
-Evaluación de una dosis adicional de 100 microgramos, en lugar de los 50 actuales.
-Estudio de dos vacunas candidatas, que fueron diseñadas para anticiparse a las mutaciones, curos resultados se esperan en las próximas semanas.
-Candidato de refuerzo específico para ómnicron.
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