A mediados del mes de julio el Gobierno aprobó la venta directa sin receta a particulares desde las farmacias de los test de antígenos para el autodiagnóstico de la covid-19, una prueba muy ansiada que ha impulsado el ascenso del sector del autocuidado, pero no la venta cruzada ni por impulso de otros productos.
“La persona que viene a por un test de este tipo no realiza otra compra”, comentan desde el COF de Las Palmas. Algo que corroboran fuentes de los COF de Murcia, Tenerife y Cantabria. “Como mucho, puede adquirir productos relacionados con la prevención de la pandemia, como mascarillas o gel de manos”, añade Eduardo Satué, vicepresidente segundo de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac).
En cualquier caso, su entrada en el mercado fue meteórica: con unas ventas de más de 20 millones de euros y 1,5 millones de unidades solo en España en sus primeros diez días. Y ya, en el mes de agosto y con un escenario más estable, superó los 17,5 millones de euros y se acercó a los dos millones de unidades vendidas, según los datos facilitados a CF por la consultora especializada Iqvia.
En los primeros diez días de su comercialización se registraron unas ventas de 1,5 millones de unidades
En opinión de algunas de las fuentes consultadas, esa rápida escalada vino propiciada por la responsabilidad de los propios pacientes en plena cresta de la quinta ola. Fueron muchas las personas que tenían la necesidad de saber de una forma rápida y económica si se habían contagiado con el Sars-CoV-2, bien porque tenían síntomas, bien porque se iban de vacaciones o a visitar a familiares en pleno verano.
Hay que tener en cuenta que, en esos primeros momentos, los test de autodiagnóstico tenían un precio medio de unos 13 euros frente a los, aproximadamente, 80 euros que tiende a costar una PCR. Este coste cayó ligeramente en el mes de agosto hasta los 9 euros de media por unidad y parece mantenerse a día de hoy.
Pasados esos primeros días de aluvión, las compras empezaron a normalizarse a mediados de agosto, a medida que la población regresaba de sus vacaciones y que la incidencia de contagiados iba cayendo, como asegura Carlos Díaz, farmacéutico miembro del COF de Tenerife.
Impacto en el sector del autocuidado
Los datos de Iqvia indican que la facturación en el mercado del autocuidado creció más de un 12% en julio hasta llegar a superar los 637 millones de euros, un 14% si atendemos al número de unidades (67,5 millones). Este ascenso fue en parte impulsado por los test de autodiagnóstico, cuyas ventas en farmacias durante solo doce días supusieron el 3,2% del total de la categoría Personal Health en ese mes.
Sin embargo, aunque las cifras de ventas también son elevadas y el número de test vendidos bastante superior, en el mes de agosto al completo no se alcanzaron las mismas cotas. Las compras de test se acercaron a los 2 millones de unidades por un valor de 17,5 millones de euros., mientras que la facturación de los productos de autocuidado cayó hasta los 528 millones de euros y los 57,3 millones de unidades, las cifras más bajas de todo el año hasta ese momento.
La comunidad en la que mayor número de test se vendieron durante el verano fue Cataluña, que entre los dos meses dispensó más de 845.000 unidades y facturó 8,8 millones de euros solo con ese producto. Le sigue Andalucía, con 700.000 unidades y más de 7 millones de euros facturados. Y en tercera posición se sitúa la Comunidad de Madrid, con cerca de 400.000 unidades vendidas y hasta 4,6 millones de euros facturados.
Aunque a cierre de este número no se conocían los datos del mes de septiembre, todo parece indicar que reflejarán una nueva caída de las ventas de test de autodiagnóstico. “A medida que han ido pasando las semanas, la demanda ha ido bajando notablemente y se ha estabilizado”, comenta el portavoz del COF de Tenerife.
Apoyo al paciente
La gran demanda inicial y la entrada en las boticas de estas pruebas ha traído asociados servicios de autocuidado, “fundamentalmente, la realización del servicio de cribado de covid-19 en la farmacia, ya sea de detección de antígenos o de anticuerpos”, afirma Eduardo Satué.
Este experto asegura que la farmacia comunitaria debe estar preparada para ayudar a los pacientes con covid persistente a sobrellevar los síntomas, como fatiga, disnea, pérdida de memoria, anosmia, etc. “Si bien todavía no disponen de tratamiento, pueden aliviarse con algunos productos. En este sentido, la comunidad sanitaria tiene un reto por delante para ayudar y paliar en lo posible estos efectos y la farmacia debe aportar su granito de arena”, apunta el vicepresidente segundo de Sefac.
Además de la dispensación de los test, han sido varias las comunidades autónomas que han aplicado un plan de colaboración para que las farmacias puedan comunicar de forma oficial los resultados obtenidos en la prueba a sus respectivos sistemas sanitarios. Aragón, Canarias, Cantabria, Cataluña, Galicia, La Rioja Murcia y Navarra han sido las primeras en ponerlo en marcha, acelerando, así, la detección de casos positivos.
En el caso de Cantabria, las farmacias ofrecen acompañamiento durante la realización de la prueba y la comunicación del resultado positivo puede realizarse por el propio paciente o por la farmacia a través de un entorno web, que envía los datos al Servicio Cántabro de Salud. “Lo realmente novedoso es que las farmacias cuentan, además, con la nueva aplicación móvil denominada Cañía para la lectura automatizada de test de antígenos a través de teléfonos inteligentes. Es de uso exclusivo para profesionales sanitarios y va a representar una importante mejora en el sistema de vigilancia epidemiológica para la covid-19 en Cantabria”, explica Arantza González, farmacéutica del COF de esta región.
Según explica, esta nueva aplicación permite, mediante el uso de visión artificial, la lectura automatizada del resultado de test, captura la identidad del paciente a partir del DNI o tarjeta sanitaria y lo comunica directamente al sistema de rastreo de contactos gestionado por la Dirección General de Salud Pública, citando al paciente para una prueba confirmatoria del resultado. Respecto a los resultados, desde el 22 de julio y hasta los primeros días de septiembre, la Consejería de Sanidad ha recibido la comunicación de 1.976 resultados positivos a través de esta vía.
En el caso de Murcia, la prueba se realiza también bajo la supervisión del farmacéutico y, si es positiva, se emite un informe con el resultado y se notifica al Servicio de Salud “a través de una aplicación informática con la que, directamente, se pide cita con el médico para confirmar el resultado a través de una prueba PCR”, explican desde el COF regional. En este caso, se han llevado a cabo más de 2.000 test y se han notificado cerca de medio centenar de positivos.
Sin descanso para primaria
A pesar de esta colaboración, en la mayoría de los casos no se ha evitado la duplicidad en la realización de pruebas ni ha servido para descongestionar la atención primaria. “Al no considerarse como prueba diagnóstica en el sentido estricto, el paciente positivo tiene que pasar por su centro de referencia para realizarse un nuevo test y que conste de forma oficial en su historia clínica”, explica Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
“Teníamos el miedo de que aquellos que salieran positivos iban a venir de una forma masiva a los centros de salud, pero, afortunadamente, no se ha producido. De la misma manera, nos preocupaba que se diesen falsos negativos, teniendo en cuenta la menor fiabilidad de estos test en los pacientes asintomáticos y que aumentase la transmisión, pero no hemos detectado ningún tipo de impacto negativo en este sentido”, reconoce Salvador Tranche, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc).
Para Armenteros, lo que sí han aportado es un “beneficio epidemiológico muy claro, porque se han detectado casos asintomáticos que, en otras circunstancias, no habrían salido a la luz, evitándose esa vía de contagio”. Desde su punto de vista y del de Tranche, sería muy útil que los test realizados en las farmacias tuvieran una validez en igualdad de condiciones que los que se llevan a cabo en un centro de salud.
“Todas las farmacias comunitarias deberían haber formado parte de un circuito perfectamente definido para que desde ellas se pudieran haber confirmado todos los casos o vigilar los falsos negativos”, comenta el presidente de Semfyc. Además, esta medida también habría sido eficaz, en su opinión, para medir cuál es el impacto de estos test de autodiagnóstico de venta libre en farmacias.
El primer test que llegó a la farmacia
La compañía farmacéutica española Cinfa fue la primera que consiguió una distribución en exclusiva para las farmacias del primer test de autodiagnóstico de covid-19 sin necesidad de prescripción. La corporación lo anunció en el mes de mayo, tras llegar a un acuerdo con la proveedora IES Medical para comercializar estos productos en nuestro país.
Sin embargo, no sería hasta julio cuando se pudieron dispensar. “La modificación de la norma que permitía la dispensación sin receta de los test en la farmacia llegó tarde. Había una gran demanda por parte de la ciudadanía y eso, junto con las fechas de aprobación a finales de julio, previo a la salida vacacional, hizo que en los primeros momentos la demanda fuera muy grande”, explica a este medio Enrique Ordieres, presidente de Cinfa.
Desde su punto de vista, la espera de casi dos meses hasta la modificación de la norma fue una “oportunidad perdida de identificación de positivos”, sobre todo de personas jóvenes que tenían previsto salir de viaje. “Afortunadamente, en pocos días se normalizó la situación. No obstante, es importante que se mantenga este recurso en manos de profesionales sanitarios que sepan informar a los pacientes de la necesidad de comunicar y establecer las medidas oportunas en caso de ser positivos”, advierte.
Según Ordieres, la presencia en el mercado de este producto ha servido para recordar al paciente que la farmacia y sus profesionales siguen siendo “una herramienta cercana y profesional fundamental para el cuidado de su salud”. Y añade: “No podemos olvidar que, incluso en los momentos más críticos de la pandemia, las más de 22.000 farmacias comunitarias españolas han permanecido abiertas, con sus profesionales al frente, para que a los pacientes no les faltase no solo medicamentos, sino también cualquier tipo de producto y servicio relacionado con su salud. Y la información que han facilitado en todo momento ha sido esencial. La cruz de la farmacia ha permanecido siempre encendida, incluso cuando las ciudades y pueblos estaban apagados. Y, como ciudadanos, lo tendremos que recordar y agradecer siempre”.
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