Carolina Darias, ministra de Sanidad, ha anunciado que el Consejo de Ministros extraordinario de este viernes ha dado luz verde a la nueva Estrategia de Salud Mental 2022-2026. El documento ya fue aprobado por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud este jueves, y llevaba doce años sin actualizarse. Una de las novedades de última hora fue que en el último borrador se incluyó ya un apartado dedicado a la prevención de los problemas de salud mental en el entorno laboral, como gran novedad respecto a documentos de trabajo previos.
"Este documento es una hoja de ruta con diferentes metas para las personas con problemas de salud mental, como mejorar la autonomía, reducir estigma y limitar al máximo las intervenciones involuntarias", ha descrito la ministra de Sanidad durante la rueda de prensa posterior al consejo.
La titular de la cartera sanitaria ha precisado que, para la elaboración de la estrategia, se ha contado con un comité multidisciplinar "que ha permitido incorporar las miradas desde la Psiquiatría, la Psicología Clínica, la Enfermería, el Trabajo Social, los pacientes y sus familias. También hemos contado con un comité institucional, representado por todas las CCAA, y con la participación de 25 entidades, incluyendo asociaciones, federaciones, agrupaciones, sociedades científicas y consultoras independientes".
Además, la ministra ha destacado que la estrategia ya cuenta con una partida de los Presupuestos Generales para 2022, que asciende a unos 30 millones de euros.
Choque de posturas
Sobre la nueva Estrategia de Salud Mental 2022-2026, Celso Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, ha reconocido que "no es la estrategia de salud mental que nosotros habríamos escrito, desde luego". Con todo, el presidente de la Sociedad de Psiquiatría reconoce queel texto ha mejorado en los últimos meses y que desde el Ministerio de Sanidad se ha hecho un esfuerzo de consenso. “Es una estrategia mejorada y mejorable”, ha dicho Arango al respecto.
En su opinión el documento sigue “alejado de los estándares internacionales de lo que debe ser una estrategia basada en el conocimiento actual, pero hay que entender que es una estrategia de consenso en la que, como suele suceder con estos documentos, hay muchas fuentes de presión y se intenta escuchar a todas las partes. Es una estrategia que sigue plagada de eufemismos y de vaguedades y de muchos aspectos que son obviedades. Pero también es cierto que ha ido mejorando en las últimas versiones”.
Entre sus principales problemas Arango cita “la ausencia de estándares” a los que aspirar, como ratios de profesionales de salud mental por habitantes, número de plazas de hospital infanto-juvenil, de listas de espera… Se han incluido finalmente indicadores para medir, pero no estándares a conseguir”, explica. También lamenta “que finalmente no se hayan incluido puntos como la psicogeriatría que es acuciante”. Con todo, valora en positivo que se haya dotado de financiación y se haya hecho un esfuerzo de consenso en los últimos meses.
Con peros también se pronuncia la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD). Néstor Szerman, presidente de la Fundación de Patología Dual de la SEPD, aclara a este periódico que la Estrategia no ha recogido ninguna de las propuestas expuestas en la consulta, tales como considerar el problema de la patología dual -que no se menciona- o cómo abordar el suicidio sin considerarlas -teniendo en cuenta que más del 40% de las personas con patología dual tienen ideas suicidas-, y en cambio aparecen entidades que no están validadas ni recogidas en clasificaciones clínicas internacionales, como la compras compulsivas, que son alteraciones de la conducta, pero no que se asimilan a un trastorno mental, al menos no lo hace aún la comunidad científica.
Pasos del plan, detección y atención
El plan pone el foco en la prevención, detección precoz y atención a las personas con conductas suicidas, mejorando las capacidades de los sanitarios en la detección del riesgo de suicidio y la coordinación entre los recursos y los niveles asistenciales.
Para ello, también se pone a disposición de la ciudadanía un teléfono de información 24 horas, gratuito y confidencial, de atención profesional y apoyo ante la conducta suicida, con capacidad de derivación rápida a los servicios de emergencia correspondientes ante una situación de crisis.
También se pretende combatir los mitos para acabar con las creencias equivocadas en torno al suicidio, contar con testimonios en primera persona, sensibilizar a los medios de comunicación para el tratamiento de las noticias relacionadas con el suicidio, promoción de una red de colaboración entre el Ministerio de Sanidad y otras instituciones o la implantación de protocolos de prevención en colegios, lugares de trabajo, entre otros.
Recoge también una línea específica de apoyo e intervención familiar, así como un análisis de las consecuencias de la pandemia en la salud mental. De hecho, en ella se recoge el Plan de Acción en Salud Mental y covid-19, que contará con un presupuesto de 100 millones de euros para los próximos tres años.
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