Grupo Italfarmaco ha presentado Dizinel, una novedad terapéutica en España para el tratamiento de los vértigos o trastornos del equilibrio, tanto centrales como periféricos. Se trata de una asociación de cinarizina y dimenhidrinato, dos principios activos ya conocidos de forma individual, que se muestra eficaz en el 86,7% de los pacientes, según estudios publicados en diversas plataformas, como Clinical Therapeutics. Es compatible con otros fármacos, como los utilizados para cefaleas y migrañas, y se desaconseja su uso en mujeres embarazadas.
Según Carlos Asensio, otorrino y jefe de Servicio en el Hospital de Talavera de la Reina (Toledo), tiene un mecanismo de doble acción. Es un tratamiento eficaz y seguro, tanto para pacientes con vértigos de tipo periférico (el mal reside en el oído interno y sus áreas anatómicas) como de tipo central (localizado en el sistema nervioso central, que suele llevar otros síntomas acompañantes, como cefaleas intensas, visión doble o alteración en el lenguaje).
“Es eficaz en la reducción de los síntomas y no es necesario un ajuste de dosis en personas de edad avanzada, cosa que sí ocurre con otros tratamientos para los vértigos que venimos utilizando hasta ahora. Por otra parte, el efecto sinérgico de ambos principios activos permite que la concentración de los fármacos sea menor que si los usáramos por separado y, por tanto, los efectos secundarios que pueden provocar son menores”, aseguró Asensio.
Tratamiento de elección en fase aguda
Aunque se trata de un tratamiento nuevo en nuestro país, lleva ya tiempo utilizándose en algunos países del centro de Europa y Países Bajos. “Allí es un fármaco de elección en el tratamiento del vértigo en fase aguda”, apuntó el ponente.
El otorrino del hospital toledano explicó que este nuevo tratamiento es la primera novedad que surge en este campo en los últimos treinta años y viene a ampliar el arsenal terapéutico con el que ya se contaba. Hasta ahora se estaban utilizando fármacos con cierto poder sedativo sobre el sistema nervioso central para las fases agudas, como la sulpirida, el diazepam, la piperazina o el dimenhidrinato. Y pasada esa fase aguda, se han utilizado otras terapias como la betahistina, el extracto de gingko biloba, algunos diuréticos o la restricción de sal.
“Hay que tener en cuenta que las posibilidades diagnósticas pueden ser muy amplias: podemos encontrarnos con un vértigo provocado por un cambio postural, el más común, puntual y benigno, o por una enfermedad del sistema nervioso central, que va a derivar en un problema más grave de salud”.
“Tiene una repercusión muy negativa en la calidad de vida del sujeto, en su actividad laboral y social. Y no existen tratamientos preventivos para aquellos que ya han sufrido algún episodio, ni factores de riesgo, síntomas o signos que nos permitan predecir su aparición”, aseguró.
Es un mal que puede provocar trastornos psicológicos y psiquiátricos en quienes lo padecen y viceversa. “Un trastorno del equilibrio no te deja hacer absolutamente nada, ni si quiera vestirse y, mucho menos, ir al trabajo y hacer vida normal”, comentó el ponente. Algo que deriva en discapacidad, dependencia y solicitud de prestaciones en aquellas personas que lo sufren de forma continua.
Motivo de consulta en atención primaria
Según datos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (Seorl), el 80% de la población ha sufrido algún episodio de vértigo en algún momento de su vida, una dolencia incapacitante que impacta de lleno en sus actividades diarias. “Constituye uno de los motivos más frecuentes de consulta en atención primaria, unos 2 millones al año, y se estima que su prevalencia oscila entre el 3% y el 7% en España. Aunque si hablamos de trastornos del equilibrio en general, estas cifras aumentan”, puntualizó Asensio.
Éste comentó además que es un mal que puede afectar a cualquiera, aunque es poco frecuente en población infantil y más habitual en mujeres. También que va aumentando con la edad, llegando a afectar hasta al 20% de la población mayor de 65 años. Esto implica un mayor riesgo de caídas y de morbilidad en edades avanzadas.
Causa vascular
“La persona que tiene un vértigo tiene la sensación ilusoria de movimiento de uno mismo o de su entorno, como si estuviera en un tiovivo dando vueltas”, afirmó Asensio. Pero ¿qué puede producirlo? Los de tipo periférico vienen provocados por enfermedades que afectan a la parte del oído que se encarga del equilibrio: virales, autoinmunes, vasculares o traumáticas.
“En cuanto a las causas que afectan al sistema nervioso central, podrían ser también de tipo vascular, como una hemorragia cerebral o un trombo. Acompañar a enfermedades desmielinizantes, como la esclerosis múltiple, o a tumores primarios o secundarios que tengan su origen en el cerebro o hayan hecho metástasis en esta zona”.
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