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martes, 7 de diciembre de 2021

Suplementos ‘de diseño’ para envejecer con salud

Autocuidado
saradomingo
Mar, 07/12/2021 - 08:00
Envejecimiento saludable
Los laboratorios han desarrollado nuevas fórmulas específicas para combatir carencias nutricionales concretas
Los laboratorios han desarrollado nuevas fórmulas específicas para combatir carencias nutricionales concretas

Cuando se habla de la nutrición de los mayores hay que tener presente que, a medida que las personas se hacen mayores, necesitan un menor requerimiento de energía mientras que debe ser mayor el de proteínas, fibra, agua y micronutrientes. Por otro lado, la pérdida de olfato y gusto, la alteración en la dentición, la menor salivación o las enfermedades crónicas son factores que tienden a limitar la ingesta de alimentos y pueden llegar a provocar carencias.

Francisco Pita Gutiérrez, miembro del Comité Gestor de Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), explica a CF que hay un grupo de personas que tienen aumentadas sus necesidades nutricionales a causa de una enfermedad crónica que curse con inflamación, como puede ser el cáncer, la insuficiencia renal o la insuficiencia cardiaca: “En este caso, tenderemos que asegurar que los aportes sean adecuados para el aumento de esos requerimientos”.

El experto indica que hay un segundo conjunto con enfermedades o factores de riesgo cardiovascular en los que mantener una alimentación muy estricta va a producir más daño por desnutrición que por la propia patología. 

Un tercer grupo de personas mayores va a precisar adaptaciones dietéticas para poder seguir manteniendo los aportes nutricionales adecuados y una ingesta segura. “Lo vemos en personas que sufren enfermedades neurológicas en los que se produce una pérdida de la eficacia o seguridad de la deglución o disfagia”. 

Los suplementos deben formar parte de un plan nutricional que esté integrado en una estrategia clínica

Tampoco hay que olvidarse de los diferentes aspectos psicológicos y sociales del adulto mayor que pueden llegar a afectarle, añade María José Cachafeiro, farmacéutica comunitaria en Asturias. Así, ciertas patologías, como la depresión o el deterioro cognitivo, o aspectos sociales, como la pérdida de familiares y amigos, se relacionan con la pérdida del apetito y de compartir una comida. Otras patologías o situaciones se relacionan más con la pérdida de autonomía o la dificultad física o anímica para poder cocinar una dieta variada.

Muchas de ellas son situaciones que obligan a recurrir a suplementos nutricionales para prevenir o paliar las posibles deficiencias nutricionales que puedan presentarse, asegura la farmacéutica y nutricionista, cotitular de Farmacia La Pomar, situada en La Felguera, Asturias.

Soporte nutricional de vitaminas y calcio

La suplementación nutricional, pese a ser una gran aliada para las personas que la necesitan, no se debe administrar de forma indiscriminada. En este sentido, en la Guía Envejecimiento y Nutrición, de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), los expertos especifican la necesidad de suplementar con complejos vitamínicos a los mayores que no alcancen unos aportes dietéticos de 1.500 kilocalorías diarias, por posible riesgo de déficits de vitaminas y minerales. “Siempre -apuntan los autores- con la supervisión periódica del médico”.

Por su parte, la Guía de Alimentación en Personas Mayores, coordinada por el tristemente fallecido Manuel Serrano Ríos, que fuera catedrático de Medicina Interna de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), hace un mayor hincapié en la suplementación de algunos micronutrientes, como la vitamina D, y calcio. “En los últimos años, las evidencias de unos niveles bajos de vitamina D en la mayoría de los ancianos son abrumadoras, lo que ha condicionado que se eleven las recomendaciones al respecto”, dice el portavoz de la SEEN.

Esta vitamina junto con el calcio (se recomienda una ingesta de al menos 400 miligramos diarios) son fundamentales en la prevención de la osteoporosis y las fracturas por fragilidad, y el cuidado de la masa ósea. La suplementación con vitaminas C y E pueden retrasar el envejecimiento, y se debe estar atento a las deficiencias de hierro, magnesio, folatos o vitamina B12, según se concreta en el documento.

Nuevos formatos y formulaciones con AOVE  

Las novedades que nos encontramos en el campo de la suplementación nutricional de los mayores las observamos en los preparados “parecidos a los potitos o papillas de cereales de los bebés”, pero específicos para adultos mayores, ajustándose a sus necesidades nutricionales, indica Cachafeiro. 
También hay productos específicos “enriquecidos con nutrientes concretos, como es el calcio, la vitamina D, los ácidos grasos omega 3, la vitamina B12, el magnesio, etc., que pueden ser necesarios en diferentes patologías o circunstancias”, añade.

En cuanto a las presentaciones, “existen en el mercado muy diversas formulaciones: papillas, potitos, batidos, polvos para preparar batidos o natillas, purés, aguas gelificadas, espesantes... Una amplia variedad de productos y marcas con las que resulta bastante sencillo cubrir las necesidades específicas de cada caso concreto”, concluye la farmacéutica.

Por su parte, Pita indica que los esfuerzos se están dirigiendo a hacer aún más específico su empleo para situaciones concretas. “En los últimos años se ha modificado la composición de aminoácidos de algunos suplementos para conseguir mejor recuperación y función muscular, que se ve deteriorada en las personas mayores”.

También destaca que en España se están desarrollando suplementos nutricionales orales con aceite de oliva virgen extra (AOVE) como grasa principal. Esto es, a su juicio, un ejemplo de cómo “la investigación y la ciencia también ayudan al progreso de la salud, en este caso en el campo de los suplementos nutricionales orales”.

Los más utilizados y para quién

En cuanto a los compuestos más utilizados están los que se prescriben a aquellas personas de edad más avanzada con problemas de masticación que suelen tener cierta deficiencia de proteínas. Los suplementos ricos, en proteína son adecuados en estos casos. Si el problema es la falta de apetito -indica la farmacéutica-, puede ser necesario el uso de suplementos o alimentos que aporten una combinación de nutrientes similar a una comida completa con cantidades adecuadas de todos los macronutrientes: hidratos de carbono, proteínas y grasas.
También son repetitivos los problemas para tragar, sobre todo en mayores que sufren deterioro cognitivo. Para este colectivo, incluso tomar líquidos puede volverse un gran problema. “En estos casos, el uso de aguas gelificadas o de gelificantes en polvo para añadir a los líquidos o semisólidos puede ayudar a evitar los atragantamientos”.

Parte de una estrategia nutricional

De lo que no debe quedar ninguna duda, asegura el especialista en Endocrinología y Nutrición, es de que los suplementos nutricionales deben formar parte de un plan nutricional integrado dentro de una estrategia clínica. “Estos suplementos son un tratamiento médico y requieren de una valoración, un diagnóstico y una prescripción, sino será poner un parche o correr riesgos de posteriores complicaciones”, explica.

“La idea básica es que no pueden ni deben sustituir a ninguna comida principal ni se deben tomar poco tiempo antes de una de estas para evitar saciedad”. Su recomendación es que se ingieran despacio y a pequeñas cantidades, asegurándose de que la textura y la viscosidad sean las adecuadas para que la deglución sea segura y eficaz. Por ello, la valoración médica es prioritaria, una idea que también comparte la boticaria: “En los casos leves puede ser el médico, la enfermera o el farmacéutico quien haga el seguimiento del paciente, aunque lo más correcto es que lo haga un nutricionista, imprescindible en los casos de problemas moderados o severos”. 

‘No son batidos que se compran en el super’

 Ante la pregunta de si todas las personas a medida que se van haciendo mayores van a necesitar suplementos nutricionales, el miembro de la SEEN no tiene dudas: no. “De hecho, la inmensa mayoría no los necesitaría si hubiese una mayor supervisión dietética y cribados nutricionales para la detección precoz de la desnutrición y su riesgo. No son batidos, no se adquieren en un supermercado”.

En general, Pita subraya que la alimentación debe seguir un patrón dietético variado, equilibrado y completo como lo es la dieta mediterránea. E insiste en que no tiene por qué ser distinta a la que podemos llevar en décadas previas, si es saludable; simplemente, hay que darle más importancia a algunos nutrientes frente a otros, que pueden ser más necesarios, asegurar el consumo de frutas y hortalizas por su alto contenido en fibra y vitaminas, así como el aporte de proteínas y el aceite de oliva virgen extra”, resume.

¿Qué papel juega  la farmacia?

En la suplementación de los mayores, la farmacia “puede y debe” realizar una importantísima labor de información, educación nutricional y detección de las primeras dificultades o problemas alimenticios, derivando a un nutricionista en caso necesario.
Para la farmacéutica asturiana María José Cachafeiro, en la farmacia se puede realizar, por ejemplo, un cribado nutricional mediante herramientas sencillas como el MNA (Mini Nutritional Assessment), detectando, así, el riesgo de malnutrición y facilitando la derivación al dietista-nutricionista. Además, cada vez es más frecuente que en estos establecimientos haya algún profesional con la doble titulación de Farmacia y Nutrición Humana y Dietética, (como es el caso de esta profesional), agilizando el diagnóstico y tratamiento.

Entre los consejos nutricionales generales para mayores que se pueden ofrecer a pie de mostrador de la farmacia, Cachafeiro destaca:
1. Repartir la ingesta en 4 o 5 comidas pequeñas, ajustando la cantidad a las necesidades energéticas específicas.
2. Beber agua sufciente.
3. Incluir dos raciones diarias de verduras y hortalizas y tres de fruta y lácteos o derivados.
4. Para las carnes y pescados, elegir preparaciones que faciliten la masticación (albóndigas, guisos con trozos pequeños, pescados sin espinas, purés…).
5. Consumir legumbres 2 o 3 veces por semana.
6. Incrementar el consumo de pescado y disminuir el de carne.  
7. Los huevos, dos o tres veces a la semana.
8. Dar preferencia a las opciones integrales en pastas y cereales.
9. Evitar los dulces, embutidos y el alcohol.
10. Como grasa, dar preferencia al aceite de oliva virgen extra, mejor si es en crudo.
11. Reducir la ingesta de sal.
12. Y realizar actividad física a diario.

Esta profesional concluye que, aunque el farmacéutico tiene una formación muy completa y en muchos casos amplios conocimientos sobre nutrición, el profesional especializado que puede realizar intervenciones nutricionales específicas es el dietista-nutricionista.

Papillas, batidos, polvos... Los profesionales sanitarios cuentan con diversas presentaciones para tratar determinadas carencias nutricionales en las personas mayores. En este sector, la innovación llevada a cabo por los laboratorios no se ha quedado atrás. Off Mónica M. Bernardo Autocuidado Off

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