Oficina Virtual GRATIS 2 MESES

Oficina Virtual GRATIS 2 MESES
CONSIGUE TU OFICINA VIRTUAL GRATIS

lunes, 3 de diciembre de 2018

Ayuda para los que ayudan

Epidemias, enfermedades olvidadas, desastres naturales, conflictos bélicos, caravanas de desplazados y refugiados, sequías y hambrunas… la retahíla de crisis humanitarias que exigen una respuesta urgente se acumula. Sólo en 2018, Acnur contabilizó un nuevo récord de 68 millones de personas forzadas a huir de sus casas fruto de los más de 30 conflictos bélicos abiertos, el doble que hace dos décadas, encabezados por las crisis humanitarias desatadas en Yemen, Libia, Rohingya, Siria, Irak, Congo, República Centroafricana, Somalia, Sudán del Sur,Ucrania… Un éxodo mayor que el de la II Guerra Mundial. Y en lo que va de año se han desatado, entre otras, epidemias de cólera en Haití, Niver, Camerún y Uganda; de polio en Somalia; de difteria en Bangladesh; de Ébola en Congo; de sarampión en Chad y Madagascar….

Lea otras noticias de este reportaje:

“¿Miedo? Reabrir el hospital atacado en Yemen claro que da respeto”

Pablo Álvarez compatibiliza su trabajo como pediatra en el Hospital de La Fe con su actividad en Médicos sin Fronteras, acudiendo a dos misiones al año sobre el terreno en países con crisis humanitarias como Yemen.

A estas emergencias que exigen una respuesta inmediata de ayuda humanitaria pero que empiezan a cronificarse se unen los problemas más de fondo que trata de atajar la cooperación al desarrollo para luchar contra la pobreza, las desigualdades, garantizar un crecimiento económico y social equitativo… y que implican la creación de sistemas sanitarios sostenibles y acceso a fármacos a precios asequibles en todos los países pero que muchas veces no tienen más remedio que comenzar por cuestiones tan básicas como infraestructuras para el saneamiento de aguas.

Tras fuertes recortes en la financiación durante la crisis, los presupuestos de acción humanitaria tanto internacionales como los españoles han crecido en los últimos dos años, pero basta observar cómo sólo se han conseguido movilizar 12.400 millones de los 20.500 reclamados por la ONU para las emergencias humanitarias para entender que no es suficiente. En España la Ayuda Oficial al Desarrollo se desplomó durante la crisis un 73 por ciento, según el último informe de Oxfam, haciendo descender a España en el ránking de países por ayuda humanitaria desde el puesto 11 al 26. Y dentro de esta ayuda oficial al desarrollo, el presupuesto público para ayuda humanitaria apenas representa un 1,3 por ciento del total (alrededor de 55 millones de euros), frente al 7-10% de otros países.

Protección laboral

El crónico e innegable problema de financiación no es, con todo, el único que afronta la ayuda humanitaria española. Las principales ONG sanitarias advierten de la falta de protección laboral real de los sanitarios que, como voluntarios o como cooperantes contratados, acuden a realizar tareas humanitarias o de cooperación al desarrollo en otros países.

Según explica Carlo Ugarte, responsable de relaciones externas de Médicos Sin Fronteras, “Con el estatuto del cooperante de 2006 surgieron ya muchas quejas porque cuando los profesionales salían a prestar ayuda humanitaria sobre el terreno a efectos de currículum en la práctica era como si se hubieran ido de vacaciones al caribe. Si estabas en una bolsa de empleo te echaban y si tenías una plaza y pedías un permiso para ir a una misión no se te consideraba el tiempo de antigüedad ni te daban trienios, ni te lo valoraban en el baremo. Era una situación injusta”.

Las ONG critican que quienes acuden a tareas humanitarias no tengan garntizada en la práctica la reserva de plaza en las bolsas de trabajo ni se les contabilice el tiempo a efectos de antigüedad, trienios, carrera profesional o baremos para OPE

Lea otras noticias de este reportaje

FOTO: Laurin Schmid/SOS MEDITERRANEE

¿Quieres ayudar? Qué perfiles sanitarios buscan las ONG

Por eso se decidió en 2007-2008, en la Ponencia de Estudio de la normativa aplicable al cooperante, solucionar este problema. “La solución -continúa Ugarte- no vino hasta años más tarde, reflejada en la Ley del Voluntariado [de 2015], que en su disposición adicional tercera incluyó el derecho a solicitar permisos, la contabilización de ese tiempo de antigüedad a efectos de carrera profesional, la reserva de plazas en las bolsas de empleo y el permiso no retribuido o retribuido parcialmente” de tres meses ampliables a seis.

Sin embargo, “y aunque esa medida tiene rango de ley estatal, las autonomías no la están cumpliendo en la práctica. Son ellas las que tienen que trasladarlo a sus normas y hacerlo realidad en su día a día y sus convocatorias y ofertas de empleo público, pero salvo Valencia [que lo ha hecho a principios de este mismo año con un decreto que incluso prevé retribuir con un 50-70% el tiempo de permiso] ninguna ha sacado un decreto que plasme en su norma estos derechos de forma clara”, dice el portavoz de Médicos sin Fronteras.

La reivindicación de estos derechos es para Ugarte “especialmente importante para los médicos expatriados”, esto es, para los que trabajan contratados por ONG durante periodos de varios meses destinados en países en guerra y crisis humanitarias.

Voluntarios y profesionales

El responsable de Médicos Sin Fronteras explica que “aunque todo es útil, nosotros creemos que la ayuda humanitaria hay que profesionalizarla porque no es lo mismo tener tu trabajo en un hospital español y acudir quince días al año a una escuela en Guatemala, que operar en un hospital bajo tierra en Siria entre bombardeos. Lo último requiere estar especialmente preparado para esa situación, requiere profesionalización y hace falta reconocer esa situación a todos los efectos”.

Detalla que se trata “normalmente de personas jóvenes, que trabajan sobre el terreno unos cinco años cobrando por debajo de lo que lo harían aquí y que a continuación dejan de trabajar sobre el terreno porque tienen familia o están más establecidos”. Esta rotación obliga a buscar continuamente trabajadores humanitarios “y la situación actual no permite atraerlos. Ellos están al inicio de su carrera profesional y no pueden arriesgarse a demandar en los tribunales a su servicio de salud por no cumplir la norma estatal, ni tampoco se van a animar a hacer ayuda humanitaria si cuando quieran trabajar de vuelta en España nadie les reconoce el trabajo que han hecho”.

Valencia ha publicado un decreto que regula los permisos para hacer ayuda humanitaria  y hasta los retribuye parcialmente

En línea parecida se expresa Raúl Torres, director de Programas Internacionales de Médicos del Mundo que explica que, “aunque es algo que cada vez se está cuidando más, no está homogeneizado entre las autonomías la posibilidad de hacer misiones cortas y compatibilizarlas con tu trabajo habitual”. De hecho, en su opinión “el principal problema que afronta la cooperación sanitaria actualmente es la falta de financiación y la falta de políticas que favorezcan que los médicos/sanitarios puedan salir a hacer cooperación sin tener que optar entre su trabajo habitual y la cooperación”.

Lea otras noticias de este reportaje:

“Lo más duro es saber que siempre te quedas corto”

Tomás Pellicer, oftalmólogo de la Clínica Ruber Internacional, dedica 20 días al año de sus vacaciones desde hace dos décadas a ayudar al pueblo saharaui operando en los campos de refugiados en Argelia.

El responsable de Médicos del Mundo, insta a mejorar la situación de los cooperantes, trayendo a la memoria el agridulce recuerdo de la experiencia de la epidemia de Ébola “que soló Liberia, Guinea y Sierra Leona. Fue una experiencia negativa porque no hubo un esfuerzo por contener la epidemia hasta que los primeros casos llegaron a Europa, pero positiva porque una vez que esto sucedió se demostró que con una cooperación eficaz y un esfuerzo coordinado se pueden lograr los retos que parecían imposibles… Lástima que nos olvidemos siempre muy rápido y no aprendamos de experiencias pasadas”, reflexiona.

Desde Cruz Roja se matiza, con todo, que la casuística es muy variada. “En el caso de las misiones de emergencia el tiempo de despliegue suele ser corto, normalmente de un mes, por lo que es más factible compatibilizarlo con el trabajo habitual. Existen diferentes mecanismos que posibilitan la salida a misiones de emergencia y que dependen fundamentalmente de las regulaciones de cada servicio de salud, en lo que se refiere a permisos sin sueldo, excedencias, permisos por cooperación, vacaciones, pero cada vez más los servicios de salud contemplan la posibilidad del sanitario como cooperante y en algunos casos han regulado su actividad”. En el caso de misiones a más largo plazo, sin embargo, “es más frecuente que las personas que participan hayan decidido dedicarse a la cooperación internacional, por lo menos durante un tiempo prolongado” de sus vidas.

La Fundación de los Colegios de Médicos para la Cooperación Internacional ha creado un registro de médicos cooperantes y canaliza ofertas de trabajo en ayuda humanitaria y voluntariado

Con cierto optimismo sobre los pasos que están dando las autonomías se expresa Tomás Cobo, presidente de la Fundación de los Colegios Médicos para la Cooperación Internacional, que detalla el ejemplo de lo conseguido no sólo en Valencia “sino también en Cantabria para que en las OPE cuente el tiempo trabajado como cooperante”, y también el esfuerzo que se está haciendo para garantizar los permisos. Sobre este asunto, pone el ejemplo de autonomías como Cantabria o Andalucía “donde si la misión está contrastada, la Administración concede la mitad del tiempo. Para facilitar aún más esta cuestión queremos que se marquen en las autonomías las misiones prioritarias”.

Canalizar el entusiasmo

Cobo detalla que la Fundación colegial de hecho se trabaja también “en tener un feedback de las misiones a las que se acude para saber si son útiles. Aunque en ocasiones exista la mejor voluntad puede faltar formación la propia actividad puede colisionar con otras, o cuando se llega a allí se carece del material o la infraestructura necesaria para desarrollarla, o no hay continuidad…. Desde la Fundación intentamos tener ese feedback, garantizar que se va a ayudar y no a molestar. Se trata de ayudar a vehiculizar el entusiasmo para evitar errores como los que se produjeron en los campamentos de Grecia o Lampedusa”.

La AECID ha puesto en marcha este año el cuerpo de ‘chalecos rojos’, constituido por sanitarios del SNS formados para desplegar un hospital de campaña y desplazarse a cualquier lugar del mundo con una emergencia humanitaria en el plazo de 72 horas. FOTO: AECID.

Para tener un poco de control sobre esta situación “y a raíz del incidente que surgió en Senegal hace algunos años con dos médicos cooperantes que acabaron en prisión por no tener su titulación en regla en el país al que acudieron y por la tendencia cada vez mayor de los países en desarrollo de exigir sus propios criterios de titulación, decidimos crear un registro de médicos cooperantes”. El registro tiene ya más de 1.000 médicos inscritos (54% de mujeres y la mayoría de entre 35 y 45 años), a los que se les plantean ofertas de trabajo o voluntariado de cooperación y ayuda humanitaria.

En paralelo a la mejora de las condiciones laborales de los cooperantes españoles, Cobo explica que la fundación colegial está trabajando en reforzar la formación del personal local, con un proyecto para crear una Facultad de Medicina Africana, una idea en el que queremos implicar a la Agencia Española de Cooperación Internacional y a la Comisión Europea y para la que estamos ya en contacto con Cuba por su larga experiencia en formación en África.

 

 

 

The post Ayuda para los que ayudan appeared first on Diariomedico.com.



via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/2APitYD

No hay comentarios:

Publicar un comentario