La falta de médicos de atención primaria es más palpable en las zonas rurales, donde las vacantes son cada vez más complicadas de cubrir y, cuando ocurre, suele ser por poco tiempo. Cómo conseguir que los jóvenes accedan a ser el médico del pueblo es uno de los temas abordados en el 43º congreso nacional de Semergen en el debate de la mesa "¿Le quedan oportunidades a la Medicina Rural en la España vacía?". Para ello, es necesario una incentivación económica, formativa, social y tecnológica, con esquemas imaginativos que vayan más allá del contrato fijo o de larga duración, que ya no interesa tanto cuando se ponen en la balanza las condiciones de la vida rural.
"Es fundamental flexibilizar la jornada y organizar turnos deslizantes. La Medicina se está feminizando mucho y necesitas conciliar", defiende en declaraciones a DM Laia Homedes, médica rural en Teruel y miembro del grupo de trabajo de Diabetes de Semergen. "Además de eso, habría que incentivar las plazas de difícil cobertura con dinero y con puntos; cubrir los kilometrajes... la gente joven quiere más reconocimiento, formarse a nivel profesional, pero en zonas rurales tienen menos posibilidades tecnológicas y de tiempo, pues la mayor parte de tu jornada estás viajando".
Para Francisco Martínez García, presidente de Semergen en Castilla y León, la situación de la medicina rural “es un problema que se nos ha echado encima sin que la Administración hiciera caso a los avisos que le llegaban de todos los estamentos médicos".
Respecto a los futuros especialistas, opina que "hay que facilitar que haya más centros rurales que formen residentes relajando los requisitos, que son exagerados, y fomentando que el MIR cumpla con la rotación rural de uno a tres meses y vean que se puede hacer ecografías, dermatoscopias, cirugía menor, etc., con medios técnicos asequibles. Otra medida es alternar la consulta urbana con la rural, que puede ayudar a engancharle".
Reconoce que esta medida, que ya se aplica en los hospitales, podría valer también para los médicos de atención primaria adjuntos cuando hubiera problemas de cobertura en algunos centros rurales, si bien es un arma de doble filo, porque "eso haría que se perdiera transversalidad y continuidad en la atención".
El resultado de la acción médica es más visible
"El problema no es que los jóvenes no se vayan a trabajar al pueblo, sino que muchos directamente no eligen primaria, sino el hospital", lamenta Antonio Martínez Barseló, presidente de Semergen en Aragón, quien señala que los incentivos económicos tendrían que ser muy altos, porque "de lo contrario no les compensan los gastos ni la inseguridad que supone viajar por carretera".
Además de la flexibilidad horaria, plantea que se concedan ayudas al alquiler "o como se hacia antiguamente, ofrecer una casa del médico, con el consultorio debajo...". En su opinión, al premiar con puntos el tiempo en plazas rurales "lo que al final ocurre es que facilita el desplazamiento a la zona urbana y confortable".
Javier Marzo Arana, médico de familia y Asesor Técnico de la Dirección General de Asistencia Sanitaria en Aragón, considera que hay que tener “una visión de esperanza en la medicina rural, que tiene que seguir siendo de calidad. Hay que cambiar el paradigma actual para que las jóvenes generaciones de MIR se forman en nuestra especialidad y la vean como un punto de desarrollo profesional atractivo.”
La medicina rural es, por lo general, más cercana, donde se atiende al paciente de una forma longitudinal. De igual forma, tienes la oportunidad -y eso es un hecho diferenciador- de practicar una medicina comunitaria, “ya que atiendes desde los abuelos hasta los nietos. El resultado de la actuación médica es directamente visible y, muchas veces, te conviertes en el apoyo y referente de tus pacientes”, argumenta Homedes. No obstante, hay que incrementar el presupuesto “tanto en las infraestructuras como en las instalaciones de los consultorios y debe mejorarse el material clínico y tecnológico de dichas zonas”.
Las medidas en cualquier caso "deben ser globales, porque hay pocos médicos y al final se van de unas zonas a otras", apunta Martínez Barseló, quien cree que la situación actual “es bastante mala y el futuro se presenta todavía mucho peor a no ser que la Administración se implique y se comprometa a explorar todos los caminos posibles para dar una solución satisfactoria tanto a los pacientes como a los profesionales sanitarios”.
Su homólogo de Castilla y León tenemos cree que "tenemos la obligación de intentar solucionar el problema de la despoblación en las zonas rurales y qué servicios das. Si hay ayudas para fijar población, para los agricultores, ganaderos, autónomos...si quieres un médico en consulta, la sanidad también deberá formar parte del plan".
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