En estas fiestas navideñas que ponen broche final a un año tan infausto el mejor regalo posible es disponer de una primera vacuna contra el SARS-CoV-2, la de Pfizer / BioNTech, que, si todo va según lo previsto, a partir de hoy empieza a ponerse masivamente en España.
Y eso, para sorpresa de muchos pesimistas, entre ellos yo misma, que creíamos imposible poder disponer de una tan pronto. Pero ahí está; y resulta que vendrán más. Quién nos diría cuando empezó esta pesadilla hace poco más de diez meses que íbamos a ver al mismísimo nuevo presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, vacunándose contra la covid-19 días antes de Navidad.
Es increíble, y lo nunca visto, cómo investigadores de todo el mundo, de los sectores público y privado, y sus financiadores, se lanzaron de inmediato a una carrera contrarreloj por lograr vacunas efectivas y seguras contra este letal virus desconocido y cómo las agencias evaluadoras las han aprobado con tanta agilidad. Esperemos que los decisores públicos y privados nacionales hayan tomado nota y valoren como deben que la inversión y el trabajo científico previo para buscar vacunas para otras enfermedades infecciosas hayan servido para ésta.
Ahora habrá que ver si los resultados de esta primera vacuna son los esperados porque es muy innovadora - dispone de ARN mensajero para generar una respuesta inmunitaria preventiva - y, además, no permite que se rompa por ningún punto su compleja cadena de distribución a muy baja temperatura.
También habrá que esperar a que haya un acuerdo internacional para hacerla más asequible -posiblemente sea la más cara de todas- y que llegue lo más rápidamente posible a todo el mundo, no sólo a países occidentales. ¿De qué nos sirve que esta vacuna esté disponible en Estados Unidos y Europa si no llega a muchos otros países (por precio, falta de sistemas sanitarios robustos o por las dificultades añadidas de su logística) donde el SARS-CoV-2 sigue extendiéndose con fuerza e, incluso, mutando para ser mucho más dañino de lo que ya es?
Mientras todo eso se resuelve no nos queda otra que confiar en que la vacunación y la paciencia con las medidas de protección (habrá que mantenerlas por bastante tiempo) nos permitirán recuperar en buena parte la normalidad social y laboral y la economía y concienciarnos de que es muy importante que TODOS, sin excepción, nos vacunemos para protegernos a nosotros mismos y a todos, incluyendo a los que por diversas causas (inmunodeprimidos, etc.) no puedan hacerlo.
Ante la duda, por las campañas de desinformación: consultemos a nuestros médicos, enfermeros y farmacéuticos. ¡Vamos allá!
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