Calmantes, antiedad, hidratantes, antiojeras… El cuidado del contorno de ojos debe enfocarse de manera específica para cada persona. Para dar respuesta a ese cuidado, existen numerosos cosméticos que se han ido especializando en el tratamiento de esa zona del rostro, donde la piel es diez veces más fina que el resto de la cara y contiene menor número de glándulas sebáceas, por lo que tiende a irritarse con facilidad.
Esas características, unidas a que es una zona muy vascularizada que cuenta con un menor número de fibras de colágeno, conducen a un peor drenaje linfático y una renovación celular más lenta; además, está sometida al parpadeo y la gesticulación diaria, lo que convierten al contorno de ojos en una de las zonas más sensibles y delicadas que envejece antes que el resto de la piel de la cara. Ese es el principal motivo por el que los expertos recomiendan cuidarla con cierto mimo.
Carlos Morales, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y dermatólogo del Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid) y del Grupo de Dermatología Pedro Jaén, subraya que para su cuidado básico se recomienda una higiene con limpiador específico o jabón syndet, ambos con un aclarado posterior. Y recuerda que, en caso de que se use maquillaje, se debería eliminar primero con un limpiador de base oleosa.
Tras la higiene llega el momento de la hidratación, para lo que el dermatólogo indica que la mejor opción es una crema específica para el contorno de ojos, ya que son cosméticos que tienen un pH diferente así como la propia concentración de los activos, siempre menores que otras que se suelen utilizar para el resto de la zona facial.
Partiendo de este cuidado básico, Gema Herrerías, farmacéutica especializada en dermocosmética y vocal de Dermofarmacia del Consejo Andaluz del Colegios de Farmacéuticos, recalca que antes de elegir un cosmético para el contorno de ojos es importante tener en cuenta las necesidades específicas, ya que hoy en día contamos con productos capaces de adaptarse a las bolsas de líquido o grasa, las ojeras vasculares o pigmentarias, deshidratación, falta de elasticidad, arrugas de expresión, etcétera.
Activos específicos
Pese a existir un producto para cada necesidad concreta, Herrerías señala que las novedades en cuanto al desarrollo de cosméticos para el contorno de ojos “se centran en formulaciones con ingredientes con función global para tratar todos los signos de la zona en un mismo producto”. En cualquier caso, ambos expertos coinciden en señalar que el contenido de los activos de los cosméticos depende de las necesidades concretas para cada usuario.
En este sentido, Morales hace un repaso de los activos más utilizados y su principal uso. Así, destaca la vitamina K y la cafeína, que son compuestos que se recomiendan en pacientes con tendencias a la conocida como ojera morada o azulada. “Por un lado, la cafeína favorece el drenaje linfático y venoso por su efecto vasoconstrictor y, por otro, la vitamina K actúa como quelante de la hemoglobina, disimulando progresivamente el color morado de la ojera”.
Otros destacados son el ácido hialurónico, la vitamina E y los ácidos grasos, indicados para “personas con piel seca y tendencia a la descamación e irritación en la zona periocular, ya que aportan hidratación y evitan la pérdida transepidérmica de agua”.
El retinol, la vitamina C y el ácido azelaico se utilizan en ojeras marrones-oscuras y en pacientes con arrugas perioculares, puesto que activan la renovación epidérmica aclarando la piel de la zona por su acción despigmentante y favorecen la producción de nuevo colágeno. “No obstante, se debe limitar su aplicación en pacientes con piel sensible o reactiva porque pueden producir irritaciones”, advierte el dermatólogo.
Están de moda las mascarillas y los parches de silicona o carbono para mitigar arrugas, bolsas y ojeras
A esta lista se suman los péptidos tensores, colágeno y extractos de algas con activos que, aunque su capacidad de penetración en la piel es muy baja, producen un efecto tensado inmediato que ayudan a reducir las bolsas y las arrugas finas en el momento de su aplicación.
Y otro compuesto novedoso que también se ha empezado a utilizar en esta zona es el ácido tranexámico, que genera una acción despigmentante. “Sin embargo, los cosméticos actuales que lo contienen no son capaces de penetrar en la capa más superficial de la piel”, explica el especialista.
La vocal autonómica de Dermofarmacia remarca que no se debe olvidar que “el contorno de ojos sirve de límite protector, por lo que el cosmético específico se debe aplicar después de la higiene y antes de otros tratamientos más irritantes, como los retinoides con posible pH más ácido, como es el caso de los que llevan ácido glicólico o la vitamina C pura”.
Para las bolsas de los ojos
Las bolsas que aparecen debajo de los ojos constituyen un motivo de preocupación estética por su hinchazón, que suele ser más visible o pronunciada a medida que envejecemos. Y es que, con la edad, los tejidos de alrededor del ojo se van debilitando y la grasa infraorbitaria que ayuda a sostener los ojos puede trasladarse a los párpados inferiores. También pueden ser acúmulos de líquido en esa zona, aumentando la inflamación.
Para mitigarlas se pueden utilizar ingredientes cosméticos específicos “con una función descongestiva, como son los extractos de hamamelis, castaño de indias, manzanilla, caléndula, té verde, ginkgo biloba o péptidos, como el acetiltetrapéptido-5”, indica Herrerías.
Como novedad, se han puesto de moda las mascarillas y los parches de silicona o de carbono que pueden ayudar a mejorar la zona y mitigar las arrugas, las bolsas y las ojeras. “Son recomendables siempre y cuando se acompañen de una adecuada rutina cosmética y sus activos estén correctamente compensados para evitar irritaciones en la zona periocular”, indica Molares.
Tratamientos no cosméticos
Sin embargo, es importante tener presente que, a juicio de Elena Manubens, miembro del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la AEDV, “hablamos de un problema anatómico que difícilmente se puede arreglar con un cosmético”. La solución se valoraría en función del origen de la propia bolsa: si es un exceso de piel, una protusión de la grasa, retención de líquido…, y vendría dada de la mano de tratamientos dermatológicos, que abarcan desde las inyecciones de ácido hialurónico a cirugías, como la blefaroplastia.
Entre los tratamientos no quirúrgicos más novedosos para las bolsas de los ojos, Morales apunta al uso de la radiofrecuencia y, sobre todo, de los ultrasonidos focalizados, denominado Ultherapy. “Peelings químicos y láser de pocos segundos (Picosure) para aclarar la zona en caso de ojera oscurecida; y en pacientes con arrugas, fotodaño y piel redundante podemos recurrir al uso del láser de CO2, el láser de plasma y la radiofrecuencia fraccionada”, añade.
Cuidado de los párpados
Pero el contorno de ojos es más que la zona inferior. También están los párpados que igualmente son muy delicados. De hecho, “los productos cosméticos para la zona del contorno de ojos no están formulados para su aplicación en el párpado móvil porque pueden migrar al ojo e irritarlo”, indica Herrerías.
“Bien es cierto que es una zona menos visible y, al ser una zona móvil, el envejecimiento se evidencia más tarde, pero es una piel igual de delicada y fina que la de la zona inferior, por lo que los cuidados del área periocular son aplicables y recomendables en el párpado superior”, subraya el dermatólogo.
El problema más frecuente que se puede encontrar en los párpados es la blefaritis o inflamación de los párpados, normalmente por la zona en la que crecen las pestañas, y suele aparecer tras la obstrucción de las glándulas sebáceas que se encuentran en esa área. Para su tratamiento, la farmacéutica recomienda la higiene diaria de la zona con toallitas palpebrales y en personas susceptibles se aplica un cosmético palpebral con función hidratante, calmante y reparador como terapia de mantenimiento.
¿Cuándo debe empezar a cuidarse?
La delicadeza del contorno, tanto de la parte superior como de la inferior, hace que su cuidado deba tenerse en cuenta de forma específica frente al resto del rostro. La pregunta que surge a continuación es cuándo se debe empezar a hacerlo. Existe la creencia de que se debe hacer a partir de los 40 años; sin embargo, los especialistas consideran que la respuesta está condicionada al tipo de piel y los hábitos de cada persona.
Por lo general, se recomienda empezar a partir del comienzo de la edad adulta, “sobre todo si se usan productos de maquillaje, ya que al limpiarlos estamos retirando al mismo tiempo la grasa de la propia piel que ofrece protección natural de la zona”, indica Herrerías. “Además –añade–, en personas con piel seca y tendencia alérgica, el rascado más frecuente de la zona puede agravar la irritación, producir descamación, eccema y oscurecimiento de la zona”.
Los males de una zona muy delicada
El cuidado del contorno de ojos está a la orden del día y cada día salen nuevos cosméticos especializados en su cuidado; sin embargo, los dermatólogos coinciden en afirmar que hay que tener cuidado con su aplicación para evitar encontrarnos con diversos problemas dermatológicos.
A juicio de Elena Manubens, el problema más frecuente es la dermatitis irritativa por una excesiva limpieza de la piel que elimina la capa más superficial, la que tiene la piel para su autoprotección. “Pese a estar compuesta por células muertas, nos protege contra las agresiones, por lo que eliminarla es un error”, subraya. También son frecuentes las dermatitis alérgicas por una exposición repetida a un cosmético. Así, la piel se inflama cada vez que se ve expuesta a un producto que, anteriormente, toleraba. “Estamos hablando de una zona muy delicada y hay que vigilar mucho qué cosas se ponen en contacto con esta piel porque lo absorbe todo más rápidamente que en otras áreas”, indica Manubens.
Para Carlos Morales, las dermatitis o eccemas “ocurren, especialmente, en personas con piel seca y asociado al uso de cosméticos no adecuados”. Este especialista apunta a otros problemas, como la “dermatitis seborreica en personas con tendencia a seborrea y caspa, que se caracterizan por rojez y descamación, sobre todo en la zona del párpado superior y cejas”.
El oscurecimiento de la zona periocular por el rascado crónico en pacientes con rinoconjuntivitis crónica y alérgica y las hiperplasias sebáceas y quistes de millium (crecimientos de las glándulas sebáceas y acúmulo de queratina relacionados con el uso de cosméticos grasos en personas con piel grasa y predispuestas genéticamente) son otras afecciones derivadas del uso de cosméticos, según el especialista.
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