El imparable avance de la atención farmacéutica protocolizada tiene en la Guía para el abordaje de la hipertensión arterial desde la farmacia comunitaria un nuevo exponente. Este documento, publicado este mes, ha sido elaborado por el Consejo de Colegios Farmacéuticos de Cataluña y el Departamento de Salud de Cataluña, y cuenta con el aval de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac). Su objetivo, además de servir como punto de consulta, va más allá: busca protocolizar una correcta medición de la tensión arterial, registrar esas mediciones, digitalizarlas, hacerlas visibles a todo el equipo asistencial que trabaja con el paciente y establecer criterios consensuados de derivación.
"Lo primero que hemos querido conseguir con esta guía ha sido crear una herramienta útil, que sea de aplicación práctica en el día a día de la oficina de farmacia" explica a CF Guillermo Bagaría, vocal de Oficina de Farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona. Su finalidad, añade, es "protocolizar" un servicio que se presta de forma mayoritaria en las oficinas de farmacia, realizar una correcta medición y extraer de ella datos que sean fiables y extrapolables. "Estos datos son un importante indicador de salud, por lo que deben ser reproducibles, ya que suponen una fuente de información muy útil tanto para el propio usuario como para el sistema sanitario", añade.
Para recopilar toda esa información, la guía cuenta con un registro telemático de los datos que se obtienen (a través de un software), que quedan recogidos en la plataforma de registro de intervenciones profesionales de las farmacias de Cataluña (denominada Farmaserveis). "Antes, cuando el paciente venía a la farmacia, escribíamos la información en un papel que terminaba en su bolsillo o extraviándose, por lo que se perdía tanto el seguimiento histórico de esa medición como el valor de la intervención profesional. Lo que hemos hecho con esta guía es digitalizar esa información y dotarnos de un repositorio con datos de todas las farmacias que participan en este proyecto", señala Bagaría.
Junto a esto, y para que todo este proceso se realice también de un modo común, la guía lleva asociados un proceso de acreditación y una formación que garantizan que los farmacéuticos adheridos a esta iniciativa actúan conforme a lo recogido en el documento.
Derivación consensuada
Otro de los aspectos destacables de esta guía es que, tal y como detalla Bagaría, establece criterios consensuados de derivación: "En el caso de que encontremos una medida que está fuera de los indicadores estándar, se analizará cuándo debemos derivar al médico de Atención Primaria sin criterio de urgencia, cuándo debemos hacerlo con criterio de urgencia; o cuándo, en lugar de a Atención Primaria, debemos derivar a Urgencias del hospital. Todas estas decisiones vienen definidas, consensuadas y protocolizadas en esta guía, de tal forma que el profesional de AP sabrá perfectamente qué hacer, a quién derivar y cómo derivar a un paciente que tiene unas medidas de hipertensión arterial (HTA) que están fuera de las recomendaciones de normalidad".
Junto a esto, el vocal de Oficina de Farmacia del COF de Barcelona asegura que esta guía permite poner en valor la labor asistencial que realiza el farmacéutico y compartir los resultados de ese trabajo con el resto de profesionales del equipo asistencial. Esto, afirma, supone además un excelente manera de tangibilizar los resultados en salud que generan los servicios profesionales protocolizados que se ofrecen desde las oficinas de farmacia. "Nuestro anhelo es hacer que este datos de HTA queden registrados en la historia clínica del paciente. Sería una excelente manera de extender de eficaz y útil el seguimiento de indicadores de salud de la población que realizamos desde las farmacias; es algo que esperamos poder lograr en un futuro próximo", añade Bagaría.
Crear una base de datos sólida
Sobre las bondades de esta guía también habla con CF Montse Iracheta, farmacéutica comunitaria y miembro del grupo de trabajo de Hipertensión Arterial y Riesgo Cardiovascular de Sefac. Iracheta fue una de las profesionales que trabajó en los orígenes de este documento y conoce bien sus puntos clave. Por ello, además de la acreditación y de permitir que los datos sean compartidos con el resto de profesionales, destaca otro aspecto que considera fundamental: "Crear una plataforma como ésta, en la que se aportan datos de muchas farmacias, nos permitirá tener una muestra considerable de pacientes de cara a la creación de evidencia sobre HTA y a la divulgación de conocimiento".
Además, Iracheta pone de relieve cómo esta herramienta realza el papel esencial que juega el farmacéutico en el abordaje de la hipertensión arterial. "Esta guía muestra la importancia que tiene poder tener un farmacéutico que haga seguimiento dentro de la cadena de atención al paciente", asegura.
Y es que, a su juicio, la farmacia comunitaria puede ser crucial, no solo en la detección de casos, sino también en el seguimiento a pacientes crónicos; y más aún en tiempos de pandemia como los actuales, en los que la presencialidad en los centros de AP se ha visto reducida.
Por último, Iracheta reivindica la importancia que tiene esta labor colectiva de registrar y compartir datos, ya que considera que es fundamental que quede constancia de aquello que se hace en la farmacia y que, además de aportar valor asistencial, se traduce en resultados en salud. "Uno no consigue gran cosa si no registra lo que hace, y es más limitado trabaja solo con datos propios que compartiéndolos. Esa es la esencia de esta herramienta: crear un formato común de datos que se comparten y que llegan tanto al paciente como al resto de profesionales", concluye.
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