El paciente ambulatorio tiene una importante presencia en el Sistema Nacional de Salud. Este paciente cuenta un perfil muy variado y requiere que el profesional que le atiende conozca bien tanto sus múltiples particularidades como la asistencia que precisa. Estos fueron los motivos que impulsaron a Rosana Castelo, farmacéutica de Atención Primaria en el Centro de Salud de Ribeira (La Coruña), a obtener el BPS (board of pharmacy specialties) en Farmacia de Atención Ambulatoria -cuyo nombre completo en inglés es Board Certificated Ambulatory Care Pharmacist (BCACP)-. Se trata de una capacitación superior, una certificación internacional que concede la Asociación Farmacéutica Americana y que reconoce la cualificación y las capacidades del farmacéutico en un área específica.
Castelo es la primera farmacéutica en España que ha obtenido esta certificación, a la cual accedió a través de una beca concedida por el COF de La Coruña. En una entrevista con este periódico, explica qué proceso siguió para obtenerla y qué aplicaciones clínicas tiene.
Pregunta. ¿Cuáles son las cualificaciones y las capacitaciones profesionales que reconoce este BPS?
Respuesta. Se trata de una certificación para farmacéuticos que trabajan en el entorno de los centros de salud, como pueden ser, principalmente, los farmacéuticos de Atención Primaria (AP) o los farmacéuticos comunitarios. Lo que reconoce es que tienes los conocimientos clínicos y la experiencia suficientes para manejar el tratamiento de pacientes ambulatorios, especialmente de aquellos que tienen mayor complejidad terapéutica. Además, reconoce la capacitación para participar activamente en las decisiones clínicas dentro del equipo de Atención Primaria.
El farmacéutico, por su formación, tiene unas competencias curriculares muy centradas en el medicamento y la certificación que confiere este BPS va más lejos: otorga una capacitación clínica y ahonda más allá del manejo farmacológico del problema. Permite ampliar el conocimiento clínico de un problema de salud y traducir eso en educación sanitaria y en programas para optimizar la atención.
P. ¿Por qué decidió realizar el BPS centrado en la atención al paciente ambulatorio?
R. El paciente ambulatorio presenta un perfil muy diverso: puede ser un paciente que no tenga ninguna complejidad o puede ser un paciente muy complejo. Hay patologías que suponen una carga de enfermedad importante y que se manejan principalmente en el ámbito de AP, como pueden ser, por ejemplo, pacientes diabetes o pacientes con problemas cardiacos. Aunque estos pacientes, en un momento inicial, de descompensación o de patología aguda, se manejan en el hospital, toda la prevención y el seguimiento se realiza en Primaria. Son pacientes que pueden presentar escenarios terapéuticos muy complejos y muchos condicionantes de problemas de salud en sus tratamientos. Por lo tanto, en la medida en la que seamos capaces de optimizar todos sus tratamientos farmacológicos y hacer una educación sanitaria para trabajar en prevención, estaremos mejorando resultados en salud.
Un ejemplo para entenderlo mejor: aunque un paciente diabético vaya al endocrino (que es el especialista que le asiste en atención especializada), el cuidado de su diabetes, el seguimiento y la prevención se hacen en Primaria. Por lo tanto, los farmacéuticos de AP somos profesionales sanitarios que trabajamos en este entorno y que nos encargamos de proporcionar educación en salud, de participar en decisiones clínicas con otros sanitarios y de involucrarnos en otras actividades que pueden mejorar el tratamiento y los cuidados de estos pacientes.
P. ¿Cómo ha sido el proceso de obtención de este BPS?
R. Para obtener el BPS debes preparar un temario extenso y superar un examen de 175 preguntas. Gran parte del examen son planteamientos en formato de caso clínico y afectan a aspectos como, por ejemplo, la estadística y la adaptación de la literatura científica a la toma de decisiones.
P. Entiendo que este formato de examen responde a que, a pesar a tratarse de un contenido teórico, debe saber extrapolarse a la práctica asistencial, ¿verdad?
R. Efectivamente. Antes que nada debo apuntar que uno de los requisitos para poder acceder al examen es acreditar una experiencia previa. Yo, en mi caso, acredité que llevo más de cuatro años en mi puesto de trabajo. Pero además, el examen va orientado a que tú, esa teoría, sepas luego llevarla a la práctica.
P. ¿Qué vigencia o periodo de validez tiene esta certificación?
R. Tiene una vigencia de siete años. O bien vuelves a presentarte a una prueba de conocimiento pasado ese tiempo, o bien a lo largo de ese periodo de siete años vas adquiriendo formación actualizada que los responsables del BPS plantean (en formato on line).
P. Ahora que ha obtenido esta certificación y conoce bien las necesidades de este tipo de pacientes, ¿hacia dónde cree que debe ir orienta la mejora en la atención actual que recibe el paciente ambulatorio?
R. Realmente, creo que llevamos años hablando de que tenemos que profundizar en el paciente crónico y abordarlo de una manera global. Formaciones como ésta nos indican cómo debemos encaminarnos hacia ese objetivo. Enseña, por ejemplo, cómo implementar en el centro de salud el abordaje de un programa de atención farmacéutica dirigido a pacientes concretos; algo que es muy necesario potenciar y optimizar. Esta especialización, además, nos permite trabajar en colaboración con otros profesionales de AP y nos ayuda a minimizar los errores de medicación que puedan surgir con esos pacientes, proporcionarles educación sobre sus tratamientos y aclararles dudas.
P. Por lo que comenta, percibo que este BPS también va orientado a conseguir una mayor integración del farmacéutico dentro del equipo asistencial.
R. Sí, sin ninguna duda. Ese es uno de sus objetivos. Este BPS busca proporcionar una atención ambulatoria basada en el equipo asistencial y centrada en el paciente. Muestra que debemos tratar al paciente, no desde el punto de vista de cada profesional, sino desde una perspectiva global. Eso implica que debemos ser capaces de trabajar de una manera conjunta y tomar decisiones consensuadas y con enfoques multidisciplinares.
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P. ¿Ha supuesto la pandemia de la covid-19 un freno en el trabajo continuo que se estaba realizando para optimizar la atención que se ofrece en Primaria?
R. En este momento la situación epidemiológica y sanitaria que estamos viviendo lo desvirtua todo. Ahora mismo, tenemos una prioridad que es la que es: prevenir, detectar y tratar la covid. Estamos centrados en otros problemas y hemos perdido, en parte, el seguimiento del paciente crónico. Ojalá a corto plazo seamos capaces de retomar esto y podamos poner en marcha programas de atención farmacéutico centrados en perfiles de pacientes.
P. ¿Qué mensaje lanzaría a aquellos compañeros que decidan realizar esta especialización?
R. Pues que es una formación excelente para actualizar conocimientos, no solo para el farmacéutico de AP, sino también para el de oficina de farmacia. Además, es una oportunidad para optimizar la labor asistencial y para poder desarrollar servicios farmacéuticos.
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