"La tecnología ha venido para quedarse, pero necesita una inversión económica, técnica y de recursos humanos. La relación médico-paciente debe ser el eje sobre el que se asiente la asistencia sanitaria y que la tecnología empleada para la misma ha de estar encaminada siempre a la mejora de la humanización de la medicina", apunta Carlos Fornes, presidente de la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunidad Valenciana (ADSCV).
Una de las principales consecuencias en materia jurídico sanitaria de la pandemia de la covid es la llegada de la telemedicina, de acuerdo con el documento balance del año que está preparando la ADSCV. Sin embargo esta práctica no se está haciendo con todas las garantías.
Fornes asegura que "invertir en tecnología no es suficiente. El personal que trabaja en los hospitales ha de contar con los medios tecnológicos necesarios, pero también deben acceder a formación específica en nuevas tecnologías para poder realizar un correcto diagnóstico y seguimiento de otras patologías".
En este sentido, la ADSCV propone que la Atención Primaria integre todas las patologías en una historia clínica, a la que se añadirían los aspectos clínicos de los otros especialistas y así se ofrecería una atención integral al paciente.
La ADSDV pone también el foco en el marco legal del nuevo escenario: la telemedicina necesita una normativa para otorgar cobertura a los nuevos elementos de la propia asistencia (tiempos de respuesta, tipos de actos, historia clínica, etc.) para impedir los riesgos legales, asignar las responsabilidades a cada interviniente y cumplir con los principios y derechos de confidencialidad, seguridad y protección de datos.
Por último, Carlos Fornes ha lamentado que "ahora mismo, los médicos están haciendo una media de 70 u 80 consultas telefónicas al día, que además son más largas que las presenciales. La Administración debería informar de esta situación a los pacientes para que no se genere la frustración y confusión que deriva en muchos casos en agresiones verbales o físicas al personal sanitario".
Informe de Aegon
En 2020, el principal uso de la telemedicina ha sido para consultas con el médico de cabecera (73%) y consultar información (15%), por ejemplo, sobre la covid-19 (síntomas, tratamientos...). También, se ha empleado para demandar ciertas especialidades, como Dermatología (7%), Pediatría (7%), Digestivo (6%), Ginecología (6%) e, incluso, asistencia psicológica (5%), según los datos del III Estudio de Salud y Vida Aegon, que se presentaron a mediados del mes de octubre.
Este informe, realizado durante el mes de julio con mil entrevistas a individuos de más de 18 años de ambos sexos, constata que el 35,6% de las mujeres ha hecho uso de la telemedicina este año, frente al 28% de los hombres. En el caso de ellas, el 78% la ha usado para citarse con el médico de cabecera (78%), mientras que ellos han mostrado más interés en consultar información (25%) o establecer consultas con el digestivo (10%).
Analizando los datos por comunidades autónomas, Castilla-La Mancha y Galicia han sido las que mayor uso de telemedicina han hecho, con un 42,2% y un 40,7% respectivamente. Por el contrario, los cántabros (13,9%) y los extremeños (17,5%) han sido los que menos la han usado.
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