La inteligencia artificial (IA) –tecnología puntera capaz de emular las características o capacidades exclusivas del intelecto humano– se ha convertido en los últimos diez años, debido a destacados avances, en una gran aliada de la especialidad de la dermatología, y de la medicina en general, con la aportación de novedosas técnicas que facilitan el diagnóstico y tratamiento de los pacientes.
En el 48º Congreso de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), especialistas en IA aplicada a la dermatología han abordado las últimas novedades y las prestaciones que este tipo de herramientas ofrecen en el día a día de la práctica clínica. Su uso abarca desde “procesos complejos para diagnósticos, tratamientos médicos a intervenciones robotizadas”, remarca Julián Conejo-Mir, catedrático de Dermatología de la Universidad de Sevilla y jefe de Servicio y director de la Unidad de Gestión Clínica de Dermatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.
“La IA comenzó muy pronto a estar presente en nuestra especialidad, ya que el análisis por imágenes es uno de los puntos fuertes de esta tecnología”, apunta Conejo-Mir, quien, además, asegura que en el análisis de imágenes dermatoscópicas en lesiones melanocíticas “se ha conseguido llegar hasta un 98% de probabilidad de acierto en los diagnósticos” a través de esta innovadora práctica en auge.
Potenciales aplicaciones de la IA
Para los médicos de esta especialidad, la IA “ha llegado para quedarse”. Aseguran que será “imprescindible” en los múltiples procesos de diagnóstico clínico de la imagen, para establecer diagnósticos diferenciales adecuados, en la elección de tratamientos e, incluso, para determinar las opciones más convenientes en reconstrucciones quirúrgicas.
Ante la irrupción de este tipo de tecnologías versátiles y aplicadas al ámbito sanitario, en concreto a la dermatología, el catedrático subraya que “es relevante conocer hacia dónde queremos ir con la inteligencia artificial, adelantarnos, programar y protocolizar su uso. En definitiva, ser estratégicos para saber qué funciones nos interesan explorar dado que ahí estará el quid y supervivencia de muchas especialidades médicas”.
La aplicación de wearables -aparatos y dispositivos electrónicos que se colocan en alguna parte del cuerpo interactuando de forma continua con el usuario y con otros dispositivos con la finalidad de realizar alguna función concreta- ha sido también protagonista en el congreso.
“La piel, siendo el órgano más fácil de examinar del cuerpo humano, será en el corto plazo una ventana a través de la cual, aplicando un dispositivo, contemplemos de forma muy amplia qué pasa en nuestro organismo”, así se refiere Conejo-Mir a opciones como la aplicación de adhesivos o microchips que “indicarán constantes vitales, detectará de forma precoz patologías o cánceres incipientes”.
El especialista trasladó además que la IA “será fundamental, incluso, en el análisis de la gestión de todas la unidades médicas indicando qué se debe hacer y cómo mejorar”.
Asistencia robotizada
Con motivo de la pandemia por la covid-19 y debido a una importante demanda de las especialidades, hospitales como en el que trabaja Conejo-Mir han reforzado prácticas como la teledermatología. Esto se podría traducir como la punta de un gran iceberg tecnológico que ya está viendo resultados cualitativos en la atención a pacientes.
En este sentido, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla ha desarrollado un robot ayudante de consulta que funciona con algoritmos y que en un futuro próximo “cuando un paciente acuda a su cita lo recibirá primero esta máquina y registrará su historia clínica mediante un chatbot por IA. Posteriormente, analizará los datos y en unos segundos ofrecerá información para establecer el diagnóstico y determinar el tratamiento más adecuado”.
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