Cansancio, malestar general, dolor muscular y articular, mareos, fiebre, trastornos del sueño, tos, sensación de falta de aire, falta de memoria, dolor de cabeza, 'niebla mental', dificultad para concentrarse, pérdida de gusto y olfato, diarrea, pérdida de apetito, erupciones, caída del pelo, debilidad en las uñas, dificultad para tragar, pitidos en los oídos, ojos secos o conjuntivitis, palpitaciones, cambios de la tensión arterial... Y hasta 200 síntomas identificados y reconocidos por la OMS son posibles en la covid persistente o long covid.
Como su nombre indica, es una enfermedad que afecta a algunas personas que han sufrido la infección por el virus SARS-CoV-2 y mantienen síntomas de covid semanas o meses después de la infección inicial. No se puede predecir cuánto puede durar la persistencia de síntomas en cada persona, algunas se recuperan en semanas, otras necesitan meses e incluso algunas llevan años, desde esas primeras olas de la pandemia. Según un estudio de la unidad de covid persistente del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, menos del 10% de los pacientes long covid se han curado desde que se empezaron a visitar en 2021.
A estas alturas siguen existiendo numerosas incógnitas en torno a esta enfermedad. Al calvario de sufrirla y la dificultad en muchos casos para su diagnóstico, los pacientes se han tenido que enfrentar, por esa falta de diagnóstico entre otras razones, a cierto descreimiento por parte de la sociedad y hasta de la profesión médica. Afortunadamente para ellos, tan persistentes como esta covid son muchos investigadores que no se dan por vencidos y continúan intentando descifrar todos los misterios de esta enfermedad.
Los Servicios de Medicina Interna de los hospitales universitarios Infanta Leonor y 12 de Octubre de Madrid, en colaboración con la Facultad de Fisioterapia de la Universidad Rey Juan Carlos, han liderado dos estudios que aportan información importante sobre la patogenia y posibles vías de tratamiento para pacientes con covid persistente.
Por un lado, el estudio VIPER, publicado recientemente en Journal of Medical Virology, analiza la presencia de ARN del SARS-CoV-2 en muestras de plasma, orina y heces de 112 pacientes de covid persistente con síntomas durante dos años de media desde la infección inicial, comparados con un grupo control que pasaron la covid y no tenían síntomas.
"Las teorías más aceptadas o más probables de las causas de la covid persistente apuntan a la persistencia viral, que básicamente es que hay restos del virus, vivo o muerto, en el organismo y sobre todo en el intestino y el sistema nervioso central, y esto produce una reacción inmune que es la que genera los síntomas de la covid persistente. Esta es una de las hipótesis más en boga. Algunos artículos en las primeras épocas de la pandemia, sobre todo uno de Francisco Tejerina, internista del Gregorio Marañón, midieron en diferentes fluidos del organismo (sangre, orina y heces) si había restos virales, pero en pacientes que habían pasado la covid aguda hace poco. Casi el 20% daban positivo en las muestras", explica Juan Torres Macho, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Infanta Leonor.
Un biomarcador para diagnosticar covid persistente
Con esa idea en la cabeza, Torres indica que cogieron una cohorte de pacientes que habían tenido covid hace más de dos años y seguían con síntomas. "Y medimos lo mismo en sangre, orina y heces, es decir, la presencia de restos de virus, y no encontramos. Eso no quiere decir que no haya persistencia viral, pero no es fácil de obtener en esos fluidos, con el paso del tiempo parece que va a negativizar. Parece que donde más se esconde el virus es en el sistema digestivo, hay varios estudios que toman biopsias de pacientes con covid persistente a través de una colonoscopia que se les hace por otro motivo y ahí sí hay restos de virus, así que no se tira por tierra la hipótesis de la persistencia viral, pero cierra la puerta a esta vía de diagnóstico con una muestra de sangre u orina".
El especialista continúa: "Nuestra idea con esto era conseguir un diagnóstico más objetivo, ya que en la covid persistente no hay ningún marcador biológico para diagnosticar, pero no hemos obtenido esos resultados. Se descarta, por tanto, esta vía para obtener respuestas sobre las causas de la covid persistente y para plantear una prueba diagnóstica sencilla y accesible para estos pacientes".
Cerrada esa puerta, ¿hay alguna alternativa? "Hay muchas investigaciones a nivel mundial de diferentes proteínas, la más en boga es con la proteína S del virus y lo están haciendo en Harvard (EEUU). La vía de la biopsia, es decir, hacerte una colonoscopia para hacer una biopsia y diagnosticar covid persistente, ya es una cosa mucho más cruenta. A día de hoy la búsqueda del biomarcador es un poco el santo grial por dos motivos: primero porque nos permitiría diagnosticar con más facilidad y segundo porque rompería ese mito de enfermedad invisible, que hay muchos profesionales aún que piensan que la enfermedad no es real porque no hay ahora mismo un biomarcador, una analítica que te lo pueda diagnosticar. Pero ese problema seguimos sin resolverlo", reconoce Torres.
Efecto protector del remdesivir
El segundo estudio, publicado en la revista Viruses, analiza el impacto del tratamiento con el antiviral remdesivir en 216 pacientes hospitalizados con covid agudo y el desarrollo posterior de síntomas compatibles con long covid. Los resultados sugieren un efecto protector del tratamiento antiviral durante la fase aguda de la enfermedad, lo que aporta evidencia a la hipótesis que indica que la reducción de la carga viral en covid agudo podría disminuir el riesgo de tener posteriormente síntomas persistentes.
"Aunque todavía no hay tratamientos para el covid persistente, lo que sí que hay son varios estudios que demuestran que tratar bajando la carga viral en el episodio agudo disminuye el riesgo de covid persiste. Por ejemplo, hay un ensayo clínico en el que a pacientes con covid agudo les daban metformina, que es un clásico fármaco para la diabetes, se consigue bajar la carga viral del covid y esa bajada de carga viral disminuye el riesgo de desarrollar covid persistente", apunta Torres, quien explica que este segundo estudio es "un poco menos potente porque no es un ensayo clínico, sino un estudio retrospectivo".
"Cogimos cohortes de pacientes hacia atrás, revisando las historias clínicas y llamándolos. Se igualaron las muestras en cuanto a edad y sexo, para que fueran poblaciones homogéneas, y vimos que en los pacientes que habían sido tratados con remdesivir, frente a un grupo control que no había recibido esos fármacos, la probabilidad de desarrollar covid persistente era más baja. Depende de los estudios, pero la metformina disminuye el riesgo más de un 50% y otros datos con antivirales también. Nuestro estudio, aunque sea un estudio retrospectivo y de forma un poco indirecta, pero también muestra datos a favor de esta hipótesis", señala Torres.
Y agrega: "Es una vía prometedora que refuerza la hipótesis de que reducir la carga viral en covid agudo podría bajar el riesgo de covid persistente, pero a día de hoy existe un problema: no tenemos herramientas para saber qué paciente tiene altas probabilidades de desarrollarlo. Sabemos que es más frecuente en mujeres de mediana edad, pero no tenemos bien definida la población que va a mantener los síntomas posteriormente, por lo que tendríamos que tratar a todos los pacientes enfermos con ese antiviral u otro, como Paxlovid (o con la metformina, que también tiene efecto antiviral pero con la que tenemos el mismo problema), lo que tendría bastante riesgos de efectos secundarios".
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