Es recurrente en este Laboratorio del lenguaje la figura de Gregorio Marañón, máximo exponente del humanismo médico en nuestro país. Su fama como historiador y ensayista llega hasta hoy, pero tengo la sensación de que se ha difuminado un tanto el renombre que gozó en vida como científico, investigador clínico de primera línea y, posiblemente, el endocrinólogo español más destacado de su tiempo.
De su extraordinaria proyección internacional da cuenta la lista interminable de premios, distinciones y reconocimientos académicos que recibió dentro y fuera de España. Destaco de entre ellos los premios Martínez Molina (1909) y Álvarez Alcalá (1914) y el nombramiento como académico numerario (1922) de la Real Academia Nacional de Medicina; la cátedra de endocrinología (1931) en la Facultad de Medicina de Madrid; los doctorados honoris causa por la Sorbona de París (1932) y las universidades de Cuzco (1939), Oporto (1946) y Coímbra (1959); los nombramientos como académico numerario de la Real Academia Española (1933), de la Real Academia de la Historia (1936), de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1947), y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1953); la distinción como miembro correspondiente o extranjero de la Academia de Ciencias y Letras de Cuba (1939), de la Academia de Ciencias Políticas y Morales de Francia (1956) y de la Academia de Ciencias de Nueva York (1956).
Fue Marañón, en todos los ámbitos, una figura central de su época, de esas que traspasan disciplinas, credos políticos y fronteras. Por su cigarral de Toledo, donde escribió la mayoría de sus libros, pasaron las más prestigiosas personalidades de la medicina, la ciencia, la literatura, las artes y la política: desde el primer presidente de la II República Española, Niceto Alcalá Zamora, hasta el pintor Zuloaga, pasando por Vicente Aleixandre, Marcelle Auclair, Manuel Azaña, Azorín, Pío Baroja, Juan Belmonte, Mariano Benlliure, Camilo José Cela, Jean Cocteau, Marie Curie, Rubén Darío, Charles de Gaulle, Fernando de los Ríos, Gerardo Diego, Eugenio D’Ors, Manuel de Falla, Alexander Fleming, Federico García Lorca, Ramón Gómez de la Serna, Teófilo Hernando, Édouard Herriot, el rey Humberto de Italia, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Victorio Macho, Salvador de Madariaga, Juan March, Martínez Barrios, André Maurois, Menéndez Pelayo, Menéndez Pidal, Ortega y Gasset, Ramón Pérez de Ayala, Benito Pérez Galdós, Indalecio Prieto, el conde de Romanones, Joaquín Sorolla, John Steinbeck, Miguel de Unamuno, Valle-Inclán, Selman Waksman, H. G. Wells…
Dejando a un lado su abundante producción periodística, literaria y humanística, Marañón dio a la imprenta también una extensa producción científica en revistas y libros especializados. La detallada y exhaustiva relación bibliográfica recogida por Antonio López Vega en su Biobibliografía de Gregorio Marañón (Madrid: Dykinson, 2009) registra, entre 1909 y 1960 la friolera de 1874 publicaciones con la firma de Gregorio Marañón, lo que arroja un promedio de 36 publicaciones anuales, que se dice pronto. ♦
[Continúa en: «El artículo más citado de Marañón (II)»]
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