Todo el mundo debería medirse la lipoproteína a o Lp(a) al menos una vez en la vida, advierte un estudio que ha investigado los niveles de esta molécula en individuos de Polonia, uno de los países más poblados de la Unión Europea.
La investigación se presenta en el en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC 2024), que se celebra esta semana en Londres, y se publica en dos revistas: Progress in Cardiovascular Disease y Archives of Medical Sciences.
La Lp(a), descrita hace 60 años, se produce en el hígado y tiene efectos aterogénicos, protrombóticos y proinflamatorios. Es sabido que un nivel alto de Lp(a) es un factor de riesgo cardiovascular independiente de la concentración de colesterol LDL, y se asocia a infartos de miocardio, ictus, cardiopatías y otras enfermedades cardiovasculares.
Como explicaba a este medio José López Miranda, jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Reina Sofía de Córdoba, “la Lp(a) está involucrada en todas las fases de la arteriosclerosis: en el inicio del deterioro de la función del endotelio, en la génesis de la formación de las placas de ateroma y su crecimiento, y hasta en la fase en la que se produce el evento cardiovascular, porque cuando se rompe la placa de ateroma, inhibe la normal lisis del coágulo".
Determinada genéticamente
La presidenta de la Asociación de Cardiología Preventiva de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), María Rosa Fernández Olmo, apunta a este periódico que “se consideran niveles elevados por encima de los 50 mg/dL”, aunque ya a partir de los 30 mg/dL pueden ser ya susceptibles de vigilancia. “Cuanto mayor es el nivel de Lp(a), más riesgo de ECV, pero también peor es la progresión de la enfermedad”.
La cardióloga recuerda que, a diferencia de lo que ocurre con el colesterol LDL, el nivel de Lp(a) no se modifica con el ejercicio o la alimentación, pues viene determinado por el gen LPA. “El nivel puede variar en un 15% ante determinadas situaciones inflamatorias o infecciosas, y en algunos casos con una dieta muy estricta, pero sin apenas superar ese margen”, matiza la experta.
Análisis de tres grupos de pacientes polacos
El estudio que se presenta en el congreso ESC 2024 parte del análisis realizado en tres grupos de población polaco, donde se detectaron niveles de Lp(a) elevados entre el 20 y el 34% en las personas que recibían atención preventiva o tratamiento para enfermedades cardiovasculares (ECV). También demuestran que la prevalencia de esos niveles elevados dependía del riesgo inicial de enfermedad cardiovascular de los pacientes.
Los grupos poblacionales analizados eran de pacientes con riesgo alto o muy alto de ECV; uno de esos grupos estaba formado por pacientes (el 66% eran mujeres) con los factores de riesgo, pero sin enfermedad establecida. En ese análisis, se les realizó una angiografía coronaria por tomografía computarizada (TAC) para determinar el calcio arterial coronario y evaluar así la relación entre los niveles elevados de Lp(a) y el riesgo de desarrollar arteriosclerosis.
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