Oficina Virtual GRATIS 2 MESES

Oficina Virtual GRATIS 2 MESES
CONSIGUE TU OFICINA VIRTUAL GRATIS

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Cáncer de riñón: vigilar la pérdida de peso y de apetito es clave para evitar la desnutrición

Autocuidado
gemasuarez
Mié, 16/12/2020 - 12:07
Consejos a pie de mostrador
Riñones
Algunas enfermedades raras, como la de Fabry, pueden sufrir afectación renal.

Las fundaciones Alcer España y Más que ideas e Ipsen presentaron ayer por vía on line la guía Cáncer de Riñón & Alimentación. Manual para pacientes y familiares, que ayudará a los afectados y a su entorno a conocer mejor esta enfermedad, a entender cómo afecta al estado nutricional y a prevenir o abordar complicaciones nutricionales.

Alberto Hernando, del Servicio de Urología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, de Madrid, y coautor de la guía, recordó que el cáncer riñón, al igual que cualquier otro tumor, "es una proliferación celular descontrolada y, por tanto, implica un elevado consumo de energía y nutrientes”, por tanto, defendió que es necesario "mantener un adecuado estado nutricional durante el proceso de la enfermedad para afrontar mejor cualquier tratamiento que precise el tumor diagnosticado". De la misma opinión es Alberto Caverni, de la Academia Española de Nutrición y Dietética y participante en el documento, quien dijo que mantener un correcto estado nutricional repercutirá de manera favorable en la evolución de la enfermedad así como en la tolerancia y efectividad de los tratamientos".

Por ello, Concepción Vidal, de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), defendió la necesidad de que los profesionales sanitarios y el propio pacinte esté alerta ante la pérdida de apetito y de peso. Y es que como hizo hincapié Hernando, el cáncer renal.

Efectos secundarios

Hernando recordó que el cáncer de riñón representa el 3% de todos los tumores y su prevalencia es de entre 6 y 8 personas por cada 100.000 habitantes al año, siendo más frecuente en hombres que en mujeres (el doble).

Y añadió que esta patología lleva asociado un cuadro clínico provocado por el propio tumor, como el cansancio, la disminución del apetito, la pérdida de peso..., y efectos secundarios derivados de los tratamientos, entre ellos, la cirugía, que implica una herida, dolor, inmovilidad..., y los tratamientos médicos, que provocan náuseas, vómitos, hipertensión arterial (ocasionados por las terapias sistémicas) y autoinmunidad e inflamación de los órganos (generadas por la inmunoterapia).

Por todo ello, Vidal insistió en que hay que detectar de forma precoz un estado nutricional negativo, poniendo especial atención en la pérdida de peso y de apetito.

De la misma opinión es Caverni, quien aboga por realizar una valoración del estado nutricional a la par que se efectúa el diagnóstico, de tal manera que se pueda plantear una actuación dietética. Esta valoración, a su juicio, debe realizarse durante el seguimiento del paciente, ya que la enfermedad evoluciona y pasa por distintas fases en las cuales los requerimientos nutricionales son distintos y esas pautas dietéticas tendrán que adaptarse.

La guía explica que el equipo sanitario encargado de realizar esa valoración nutricional tendrá en cuenta los  siguientes aspectos:

  • Si ha tenido una pérdida de peso, grasa o músculo, o acumulación de líquido en el cuerpo.
  • Si experimenta síntomas como pérdida de apetito o ha realizado cambios en la cantidad y tipo de alimentos que toma y los motivos que le han llevado a ello.
  • Si le cuesta más que antes caminar o realizar actividades cotidianas, como vestirse, asearse,
  • levantarse de la cama…
    Asimismo, se realizará un examen físico y analítico con el fin de evaluar el estado general de salud y nutricional.

Tan importante es el estado nutricional, que si el paciente que se va a someter a una cirugía sufre desnutrición, los especialistas sugieren posponer esa intervención hasta que alcance un estado óptimo en cuanto a peso y masa muscular, ya que, como señaló, Vidal, tener una adecuada masa muscular está relacionada con una mejor supervivencia. Por otra parte, un enfermo con cáncer de riñón desnutrido tiene más riesgo de sufrir complicaciones infecciosas y de hospitalizaciones más largas.

Como confirmaron los expertos y como así se recoge en la guía, el mejor consejo que se puede dar a estos pacientes es que "para alcanzar un estado nutricional óptimo es incorporar al menú diario una amplia variedad de alimentos", e insistir en que "no existen ni el alimento milagro ni anticáncer”.

Los autores del documento recomiendan seguir las pautas contempladas en el llamado Plato para Comer Saludable que se encuentra en la guía, creado por la Escuela de Salud Pública de Harvard, pues "servirá de guía para preparar comidas saludables y equilibradas".

Antes y después de la cirugía

La guía también contempla consejos nutricionales para antes y después de una nefrectomía. Así, si el estado nutricional es óptimo se pueden dar los siguientes consejos:

  • Seguir una dieta sana, variada y equilibrada. Esto implica introducir en el menú una amplia variedad de alimentos, preferiblemente de temporada. Es importante cuidar la dieta en su conjunto, sin centrarse en ningún alimento en particular.
  • Realizar entre cuatro y cinco comidas al día.
  • Vigilar que la hidratación sea adecuada (beber entre un litro y medio y dos litros de agua al día).
  • Realizar ejercicio físico diario, según tolerancia.
  • Utilizar técnicas de cocinado al vapor, al horno, papillote, plancha y guisos suaves.
  • Evitar las frituras, rebozados y empanados.
  • Se desaconseja cocinar a la parrilla, ya que esta forma de cocción de los alimentos a altas temperaturas, expuestos directamente a las llamas, provoca la liberación de compuestos perjudiciales para la salud.
  • Condimentar con especias o hierbas aromáticas, mejor que con sal, y restringir el consumo de alimentos procesados (sometidos a algún proceso tecnológico, como los congelados, cocidos, enlatados…), así como la comida rápida y la repostería industrial.
  • No consumir tabaco ni alcohol.

Tras la intervención quirúrgica, el documento explica que en el posoperatorio inmediato se recomienda la introducción temprana de la alimentación. "Se realiza, a través del habitual modelo hospitalario, el paso desde una dieta líquida a semilíquida, blanda y finalmente a una dieta basal o normal, todo ello de forma guiada y con la ayuda del personal sanitario. Cuando por algún motivo esta opción no permite alcanzar el estado nutricional deseado y la ingesta es inferior al 60% de la cantidad recomendada, se recurre, como complemento de la dieta, a los suplementos energético-proteicos, que se toman entre las comidas; por ejemplo, suplementos orales, con los que se consigue una mejoría en posibles complicaciones infecciosas posquirúrgicas". También es posible que en algunos casos se de el alta hospitalaria y la persona se marche a casa, donde continúa tomando sus suplementos orales
durante unos meses, según la evolución clínica.

Algunas de las recomendaciones dietéticas que se ofrecen para el paciente cuando está ya en casa son las siguientes:

  • Consumir batidos de frutas o cereales con leche entera, helados o yogures. Se pueden preparar con frutas, miel, frutos secos, semillas o nata.
  • Añadir queso en los sándwiches, pastas o pasteles de carne.
  • Agregar a los purés, cremas o sopas: aceite de oliva virgen extra, patata, maicena, pan, arroz o queso rallado.
  • Aumentar el consumo de aceite de oliva virgen extra. Se puede añadir al pan, las tostadas y los
  • purés. También puedes incluir queso en crema, mantequilla, crema de frutos secos y aguacates.
  • Cocinar las verduras rehogadas, salteadas o con salsas de tipo bechamel, mayonesa, rosa u
  • holandesa.
  • Preparar con salsa los platos de pasta, pollo, carne, pescado y pavo.
  • Tomar las frutas en almíbar.

Y en el caso de que la desnutrición haya producido pérdida de masa muscular (desnutrición proteica) la guía aconseja:

  • Agregar huevos troceados a las ensaladas, verduras, guisos, sopas, pastas y patatas. Y huevo pasteurizado a los purés de patatas o verduras.
  • Incluir carnes y pescados en tortillas, suflés, bocadillos, verduras y guisos.
  • Añadir proteína vegetal texturizada a salsas, guisos o rellenos.

Los pacientes con cáncer renal también pueden consultar los tipos de menús que proponen, consultar la tabla de distribución de raciones con consejos prácticos, algo que Jon Onaindia, paciente con cáncer de riñón y participante en el debate valoró especialmente.

Insuficiencia renal crónica

Pero, ¿qué hacer si el paciente con cáncer de riñón sufre, además, insuficiencia renal crónica? El documento también trata de responder a esta cuestión. Así, como recomendaciones generales destaca:

Ingerir la cantidad adecuada de proteínas, evitando un exceso, que podría favorecer la proteinuria (presencia en la orina de proteínas en una cantidad superior a la normal) o el avance de la ERC.
Vigilar las cantidades de azúcar y sal.
Evitar comidas procesadas o semiprocesadas, ya que son muy ricas en fósforo.
Moderar el consumo de alimentos con alto contenido en potasio, como verduras, legumbres,
frutas, frutos secos, chocolate y alimentos ultraprocesados.

Respecto al fósforo, los autores aclaran que este mineral trabaja en la formación de los huesos y son los riñones los encargados de eliminar el que sobra del organismo. Ahora bien si existe una enfermedad renal crónica "puede ser que no se esté eliminando de manera adecuada". Si se diera el caso, proponen lo siguientes consejos:

  • Limitar el consumo de lácteos, sobre todo los desnatados. Es preferible elegir los semidesnatados.
  • Las carnes aconsejadas son: pollo, pavo, conejo o carne magra de cerdo.
  • Se desaconseja el consumo de ternera, ternasco o caballo.
  • Los pescados y mariscos aconsejados son: raya, pulpo, bacalao, jurel, boquerón, atún, dorada, congrio, perca, mero, calamar, chipirón, sepia, palometa, caballa, trucha, salmón.
  • En cambio, se desaconseja el consumo de emperador, anguila, centollo, vieira, lenguado, rape, mejillón, percebe, ostras, sardinas.
  • Evitar el consumo de frutos secos y alimentos integrales.
  • Limitar el consumo de alimentos ultraprocesados, fundamentalmente los que tengan los siguientes aditivos: E 338, E 339, E 340, E 341, E 343, E 451 y E 452.

El documento ofrece más consejos dietéticas y menús útiles en caso de sufrir úlcera orales o molestias en la boca, mucositis, disfagia, trastorno del gusto y del olfato, xerostomía, náuseas y vómitos, falta de apetito y pérdida de peso, hipertensión arterial, diarrea y estreñimiento.

Interacciones entre alimentos

Una de las preguntas que surgió en el debate fue cuáles son las interacciones más frecuentes con alimentos y que pueden afectar a las personas con cáncer de riñón. Precisamente, la guía incorpora un capítulo sobre esta cuestión, en el que se dice que en el caso de la terapia dirigida, los fármacos que son administrados por vía oral "pueden verse afectados por la administración conjunta con alimentos en los procesos de absorción y de eliminación del fármaco. Por ello, se debe tener en cuenta:

  • Que algunos fármacos deben administrarse en ayunas, es decir, al menos una hora antes de comer o al menos dos horas después de haber comido, porque algunos alimentos pueden incrementar o disminuir la absorción de determinados medicamentos.
  • Que la toma de ciertos medicamentos junto con algunos alimentos, como el pomelo, pueden afectar a su eliminación y a que la cantidad de fármaco en el organismo sea mayor de la deseada y, por tanto, aparecer más efectos adversos.
  • Que algunos medicamentos de este grupo pueden administrarse sin restricciones en cuanto a alimentos, con el estómago lleno o vacío, aunque es aconsejable tomarlos todos los días de la misma forma

La gestión de las emociones durante la enfermedad cierra este documento elaborado por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), el Grupo Español para el Desarrollo de la Farmacia Oncológica (Gedefo), la Asociación Española de Urología (AEU), el Grupo Español Multidisciplinar de Ejercicio Físico en el Enfermo Renal (Gemefer), la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la Academia Española de Nutrición y Dietética, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la Sociedad Española de Nefrología (SEN), la Sociedad Española de Oncología Radioterápica
(SEOR),
y el Grupo Español de Oncología Genitourinaria (Sogug).
 

Las fundaciones Alcer España y Más que ideas e Ipsen presentaron ayer una guía sobre pautas alimentarias adecuadas para que estos pacientes puedan afrontar mejor la enfermedad y los efectos secundarios de los tratamientos. Off Gema Suárez Mellado Oncología Nefrología Off

via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/37ovTw1

No hay comentarios:

Publicar un comentario