La infección por SARS-CoV-2 podría afectar al sistema reproductor masculino (en forma de orquitis o alteración de los parámetros seminales) en menos del 10% de los pacientes menores de 40 años de edad, como respuesta a la inflamación sistémica producida por el virus. “Se necesitan más estudios para evaluar si esta afectación tiene un impacto a largo plazo en la capacidad reproductiva”, concluye la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitaria de Cataluña tras revisar 8 estudios específicos de la literatura internacional.
La infección por el coronavirus causante de la covid-19, y la consiguiente pandemia que azota el mundo oficialmente desde marzo de 2020, afecta especialmente al aparato respiratorio, pero también causa complicaciones cardíacas, tromboembólicas, neurológicas e inflamatorias. Además, se ha detectado ARN del virus en riñones, hígado, corazón y cerebro, lo que indica que el virus se disemina por todo el cuerpo. Y se ha descrito también afectación de los órganos urogenitales masculinos, ya que el SARS-CoV-2 utiliza el receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) como vía de entrada.
Esta enzima está asociada a la proteína serina proteasa transmembrana (TMPRSS2), lo que hace que el testículo, y especialmente el espermatogenonesis, sean potencialmente vulnerables, ya que este tejido tiene una alta expresión del receptor ACE2. Por ello, se considera necesario conocer si la infección por SARS-CoV-2 podría tener un impacto negativo en la salud sexual y reproductiva, en este caso, de los varones, explica la agencia en su informe, destinado a apoyar la toma de decisiones por parte del Departamento de Salud de la Generalitat y el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut).
Otro informe de posicionamiento previo de la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA), publicado el 15 de junio de 2020, pocos meses después de iniciarse la pandemia, concluyó que “a pesar de que la información de la que disponemos hasta el momento se basa en tamaños de muestra pequeños, que ofrecen informaciones contradictorias, la posibilidad teórica de que SARS-CoV-2 pueda producir daño testicular y sus posibles efectos sobre la fertilidad y la función endocrina testicular, así como la posibilidad de transmisión sexual, no debe minimizarse”.
“Cabe la posibilidad de que el virus pueda atacar el tejido testicular inicialmente, pero se elimine de los testículos más tarde, durante el curso de la enfermedad. Alternativamente, y merced al privilegio inmune del testículo, podría ser que el virus no infecte los testículos directamente y que se trate de una orquitis autoinmune o bien, relacionado con los trastornos de coagulación asociados con covid-19, que la sintomatología de orquitis sea consecuencia de una endotelitis. Por otro lado, la hipertermia, la infección secundaria, la hipoxia y los esteroides pueden desempeñar un papel en el daño tisular observado en los testículos de pacientes con covid-19. Todo ello podría conducir al daño de los conductos seminíferos y a la anormalidad endocrina y eventual reducción o ausencia de espermatogénesis en pacientes que se han recuperado de covid-19”, añadió.
Poco después, la Fundació Puigvert de Barcelona, centro de referencia en urología, nefrología y andrología en Cataluña, anunció que investigaría si la covid-19 puede comprometer la fertilidad masculina dentro de un proyecto de financiado por la Fundació La Marató de TV3 y liderado y coordinado por Rafael Oliva, del IDIBAPS-Hospital Clínic de Barcelona.
¿Hay transmisión sexual del SARS-CoV-2?
Daniel Moreno, coinvestigador en este trabajo y adjunto del Servicio de Andrología de la Puigvert, manifestó entonces que “sabemos que la covid-19 no se transmite a través del semen, pero el efecto del mismo sobre la espermatogénesis es aún un misterio”. El estudio, que actualmente está en curso, pretende comprobar si la infección por covid-19 provoca un deterioro de la producción espermática y, en última instancia, si puede poner en riesgo y comprometer la fertilidad masculina, algo relevante puesto se calcula que actualmente un 15% de los hombres en edad fértil ya presentan problemas de reproducción.
Los testículos no solo producen espermatozoides. Éste es el órgano principal del esteroide génesis, produciendo el 95% de la testosterona. Diferentes estudios han determinado, entre posibles secuelas de la covid-19, una alteración en la producción de testosterona, aunque, según destacó Moreno entonces, “aún no sabemos si este hipogonadismo es transitorio o permanente; por tanto, con este estudio también determinaremos si la infección provoca en determinados individuos un descenso de los niveles de testosterona”.
En este estudio, en el que también participan el Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), la Universidad Autónoma de Barcelona y el Hospital de Barcelona-SCIAS, la Puigvert proporciona muestras testiculares de pacientes seleccionados.
Lluís Bassas, andrólogo, experto en fertilidad masculina y director del Banco de Semen de la Puigvert, ha explicado a este diario que en urgencias del centro, durante la pandemia, sí han atendido casos de orquitis en hombres que han superado la covid-19, pero no en mayor volumen que antes de la pandemia.
Los casos registrados entre marzo y junio de 2020 comparados con los de los mismos meses de 2017, 2018 y 2019 demuestran que no ha habido más casos de los habituales, pero sí, curiosamente, más orquitis con fiebre (algo considerado raro) y asociadas al diagnóstico de covid-19. Se trata de pacientes que acuden por disconfort o dolor leve en escroto o testículos, que se tratan como suele hacerse en estos casos, aunque aún no hay evidencia concreta sobre, si hay inflamación, cómo se recuperan.
Bassas ha apuntado que él ha visto dos casos, en pacientes, seguidos antes y después de la covid-19, en los que la producción de espermatozoides bajó a cero tras la infección y luego se recuperó. Este experto, con la evidencia de que dispone, no cree que vaya a producirse una bajada persistente de la fertilidad masculina estadísticamente significativa a causa de esta pandemia, y sugiere que los casos de afectación de las hormonas masculinas en casos graves de covid-19 (hipogonadismo) pueden ser indicativos de una defensa del propio organismo a la infección.
Respecto al documento que emitió la Asociación Española de Andrología, en el que él participó, cree que ahora hay más conocimiento al respecto, especialmente sobre las implicaciones en la fecundación asistida. “El testículo expresa receptores AC2 y enseguida saltó la liebre sobre una posible transmisión sexual del SARS-CoV-2”, ha relatado.
Pero ese extremo no se llegó a demostrar, lo cual tranquilizó a los especialistas. No obstante, ante la sospecha, se publicaron recomendaciones de organismos internacionales, la Sociedad Española de Fertilidad, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, y los programas de donación de esperma se paralizaron durante seis meses. Posteriormente, se comenzaron a hacer PCR a los donantes, hubiesen tenido diagnóstico previo de covid-19 o no, y esto sigue ahora vigente, aunque Bassas considera que no tardará en relajarse esta medida.
Sus principales mensajes al respecto son: “Transmisión sexual parece que no hay, aunque aún no se ha dicho la última palabra”; “repercusiones sobre la reproducción a largo plazo seguramente que no habrá”, y “hay que dilucidar si el efecto agudo es sobre el testículo u hormonal”.
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