Aunar un mejor tratamiento de las enfermedades con mayor comodidad para los pacientes y, además, a un coste menor, es el sueño de las instituciones sanitarias, profesionales y usuarios. Pero resulta que, en muchos casos, ya no se trata de un sueño.
Unidades específicas en que se tratan enfermedades concretas, con personal multidisciplinar y especializado, y para grupos de pacientes seleccionados en función de su dolencia, son cada vez más frecuentes en los hospitales españoles. Y lo serán más.
Valga un ejemplo: "Queremos que en 2022 existan unidades así en todos los hospitales con servicio de Oftalmología o, al menos, en la mayoría". Quien habla es Maximino J. Abraldes, oftalmólogo especializado en mácula, retina y vítreo del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla, en Santiago de Compostela. Y de lo que habla es de un proyecto nacido del acuerdo de un grupo de expertos de la Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV), coordinados por Abraldes, que busca optimizar el tratamiento de las enfermedades de la mácula.
El proyecto, que se definió en un documento de consenso clínico, cuenta con el aval de la SERV, la Sociedad Española de Oftalmología, la de Directivos de Salud (Sedisa) y la de Calidad Asistencial (SECA), con el apoyo del laboratorio Novartis, y consiste en la puesta en marcha de unidades de terapia intravítrea (UTIV), basadas en el modelo de acto único: "Funcionarán a imagen y semejanza de los hospitales de día donde se tratan otras especialidades, como la Oncología", explica Abraldes.
Es decir, el paciente será diagnosticado y tratado en el mismo día, recibiendo de forma ambulatoria -y a tiempo- un tratamiento intravítreo que actualmente se aplica en los quirófanos.
Las unidades estarán formadas por "oftalmólogos expertos en retina, enfermeras entrenadas y personal administrativo, si es posible, propio, porque las citas para los tratamientos sucesivos tienen que darse con pautas muy concretas".
Tratamiento precoz
El principal beneficiado por estas unidades será el paciente, que "no puede esperar para tratarse al ritmo en que se dan citas en un servicio de Oftalmología que atiende todo tipo de patologías oculares; el diagnóstico y el tratamiento deben ser lo más precoces posible para mejorar el pronóstico de la enfermedad".
Además, al reducir el número de visitas "disminuirán los costes para el paciente y para el sistema, ya que las unidades relajarán las consultas externas y los quirófanos, que se estaban saturando porque la terapia intravítrea no deja de aumentar".
La terapia intravítrea ha permitido que enfermedades maculares como la DMAE no desemboquen irremediablemente en ceguera
Principalmente, esta terapia, aprobada hace poco más de diez años, se empezó a administrar a pacientes con degeneración macular asociada a la edad (DMAE), principal causa de ceguera en personas mayores, pero cada vez "hay más patología de la mácula que se trata de esta forma", como el edema macular diabético y las oclusiones venosas derivadas de patologías como la uveítis, dolencias todas ellas que pueden derivar en ceguera.
Además, estas últimas cuentan con la particularidad de que afectan a personas más jóvenes.
Por ello, "un mejor abordaje evitará la generación de dependencia en mayores y pérdidas laborales en jóvenes", ya que la terapia intravítrea consigue que enfermedades que hasta hace no mucho resultaban incurables se puedan convertir en crónicas, manteniendo e incluso recuperando la visión.
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