Sin olvidar a tantas víctimas de esta terrible crisis sanitaria y aún en medio de la incertidumbre de qué ocurrirá en los próximos meses, estamos obligados a mirar adelante y tratar de extraer el máximo conocimiento de esta experiencia dura para responder mejor en el futuro a desafíos sanitarios similares.
Hay quizá dos grandes lecciones principales de la lucha contra la pandemia en España. Una es la necesidad urgente de reforzar nuestro sistema sanitario. Todos nos hemos visto sacudidos por la visión de nuestros hospitales colapsados y nuestros profesionales sanitarios desbordados; coincidimos en la necesidad de dotarles de los medios necesarios.
La segunda lección es la necesidad de promover la investigación en medicamentos y, por tanto, la industria que está detrás de ella. La sociedad ha mirado a los investigadores, a la industria farmacéutica, en busca de respuesta a una pregunta: ¿cuándo tendremos un tratamiento o una vacuna eficaces?
Nuestros profesionales sanitarios han respondido. Y también, creo francamente, nuestras compañías farmacéuticas. Primero lo hicieron garantizando el suministro de medicamentos. Era un riesgo muy alto, tanto por los cambios repentinos de demanda (por ejemplo, de medicamentos para las saturadas UCI) como por la situación compleja creada dentro y fuera de España, con las tensiones en las fronteras y la tentación de hacer acopio, porque 25 millones de personas en España toman, al menos, un medicamento cada día para tener controlada su enfermedad.
Nuestras empresas, sin embargo, han respondido. Se han aplicado planes de contingencia que han logrado que las 80 plantas productivas de medicamentos de uso humano de nuestro país y sus miles de trabajadores no hayan dejado de funcionar. Incluso muchas han ampliado turnos para duplicar o triplicar la producción de ciertos fármacos críticos contra la Covid-19. Junto a ello, hemos trabajado con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), distribuidores y farmacéuticos para compartir información y anticipar los problemas que pudieran producirse.
Y estamos respondiendo en cuanto a la investigación. Vivimos una movilización sin precedentes de recursos, y a ello se suma la colaboración, entre compañías y entre éstas e instituciones públicas de investigación. En tres meses hay en marcha mil ensayos clínicos sobre la enfermedad, con unos 150 medicamentos o combinaciones y unas 130 potenciales vacunas en investigación.
El protagonismo de España
Hemos de sumar el protagonismo de España en investigación. Somos el primer país de Europa en ensayos de medicamentos contra el coronavirus. Y no es casualidad. Es el resultado de años de trabajo colaborativo entre Administración sanitaria, hospitales, investigadores, pacientes e industria farmacéutica, que han convertido a España en una referencia internacional en investigación clínica.
Por aquí ha de empezar la solución. Tenemos que reforzar nuestro sistema sanitario público, y eso implica analizar en profundidad si invertimos en él lo suficiente (destinamos apenas un 6% de nuestro PIB, mientras que los países de nuestro entorno superan el 7%) y si lo estamos orientando a los desafíos urgentes: envejecimiento, cronicidad, prevención, innovación farmacoterapéutica; profundos cambios sociales que alteran la tradicional red de cuidados que generaban las familias.
Pero tenemos que asumir que no cabe un sistema sanitario moderno sin investigación, y en el caso de los centros asistenciales, especialmente clínica. Ésta permite al profesional sanitario estar en vanguardia científica y aplicar ese conocimiento a su labor asistencial. Además, los ensayos clínicos atraen inversión a los hospitales por parte de los laboratorios promotores y abren nuevas opciones a los pacientes.
En España, como decía, lo venimos haciendo bien. Para muchas multinacionales farmacéuticas somos ya el segundo país, tras Estados Unidos, en actividad en ensayos. Somos el sector industrial líder en inversión en I+D, con el 20% del total de la industria en España, y casi la mitad de esa inversión se hace en contratos con terceros: hospitales, universidades y centros públicos y privados de I+D.
Tenemos que usar esta base sólida para seguir creciendo. Y hay margen para hacerlo. Podemos reforzar nuestra industria farmacéutica recuperando producción de principios activos y medicamentos esenciales que se ha ido deslocalizando en países asiáticos. Y en cuanto a la investigación clínica, se centra hoy en unas pocas comunidades autónomas y en hospitales; debemos extenderla a otras regiones y potenciar la participación de la Atención Primaria.
El sistema sanitario en España y la industria farmacéutica son sectores estratégicos. Generan salud, y la salud impulsa la economía. Si hubiéramos dispuesto de un tratamiento eficaz contra el coronavirus no estaríamos afrontando la crisis económica y social que tenemos encima.
Hemos de ver claro que el cuidado de la salud, el refuerzo del sistema sanitario y la apuesta por la innovación en medicamentos no son gastos, sino inversiones. Tenemos la lección de la actual crisis y palancas sólidas: profesionales sanitarios altamente capacitados, gestores experimentados, una población que confía en su sistema sanitario, una industria farmacéutica concienciada y un liderazgo internacional en investigación clínica. Construyamos juntos sobre ello.
coronavirus Off Humberto Arnés. Director general de Farmaindustria Industria Farmacéutica Empresas Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3iFTQ5Q
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