Ahinara, con sólo seis años, llegó en plena pandemia de Covid. En España, hace tres meses estábamos a punto de iniciar el confinamiento que nos ha limitado la vida estos últimos casi cien días. Pero, ella necesitaba una terapia para eliminar un tipo de sarcoma cerebral, poco frecuente en Europa, pero común en Latinoamérica. En concreto, la pequeña vino con su familia desde Ecuador. Cuando viajo a nuestro país en el suyo la pandemia apenas había llegado al suyo.
Hoy sonríe feliz. La terapia de protones ha ‘borrado’ el tumor de su pequeño cerebro y podrá tocar la campana, al más puro estilo estadounidense, lo que significa que deja atrás al tumor. Como explica Felipe Calvo, codirector del Departamento de Oncología Radioterápica de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), “hemos copiado este hecho porque nos parece muy emotivo que así se ponga fin a un tratamiento que ha tenido éxito y tras el cual los pacientes regresan a sus casas”.
Salto de continente
El recorrido de Ahinara comenzó en Guayaquil, ciudad ecuatoriana donde la niña fue intervenida quirúrgicamente de su sarcoma cerebral de alto grado, “con una resección impecable”, indica Elena Panizo, pediatra de la Unidad de Oncohematología Pediátrica de la CUN de Navarra .
Un tiempo después, y gracias a la ONG Niños contra el Cáncer, un programa colaborativo de la CUN, la pequeña se traslada a Pamplona donde recibió el tratamiento quimioterápico estándar con citostáticos, que tendría que completar aún, para recibir posteriormente, ya en la CUN de Madrid, 30 sesiones de protonterapia, repartidas de lunes a viernes, e indicadas en este tipo tumoral, una novedosa técnica de oncología radioterápica que es una de las opciones más adecuadas para tumores de estas características, de alto riesgo de recidiva, y mucho más en la población pediátrica, señala Calvo.
El especialista subraya que la terapia con protones es una buena opción en casos como el suyo, con un tumor periférico .“No provoca efectos secundarios, tiene efectos tóxicos residuales y es precisa. Su futuro neurocognitivo es muy bueno, al igual que el pronóstico oncológico, ahora se abre un nuevo camino: el de evaluar y analizar los patrones de supervivencia funcional de la protonterapia que, de entrada, son muy satisfactorios”, indicaba este especialista mientras adelantaba que tenía que irse rápido porque “celebramos su alta en Madrid con una tarta de ‘Nutella’, que la encanta” y con un regalo: una bata que le ha confeccionado el equipo".
Junto a la pequeña, ocho niños también han empezado su tratamiento en mitad de la crisis, a los que se suman 22 adultos.
El cáncer de cada uno de ellos es diferente, aunque predominan los del sistema nervioso central. Lo que tienen en común es la necesidad un arma terapéutica tan minuciosa capaz de eliminar el tumor escondido al bisturí quirúrgico sin dañar los tejidos y órganos aledaños. “Hay que ver los protones como una medicina más, un tipo de radioterapia exacta que aporta muchas ventajas”, insiste Calvo.
En este sentido, y concretamente en el caso de Ahinara, Panizo señala que la pequeña cumplía los requisitos para ofrecer un abordaje más diferencial, después de la estrategia habitual de cirugía más quimioterapia.
“Los protones añaden un ‘plus’: las secuelas derivadas del tratamiento radioterápico disminuyen, con respecto a la radioterapia convencional. Se trata de mejorar la supervivencia oncológica, pero también de mejorar la calidad de vida sin efectos secundarios a largo plazo”.
La coordinación y el trabajo que realizan diferentes organismos sin ánimo de lucro se refleja en el caso de Ahinara. Así, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) le gestionó una vivienda para Ahinara y su familia en la capital hasta la finalización del tratamiento. Y también, como muchos taxistas durante la pandemia en Madrid, cabe subrayar el apoyo de Rafael Ferrándiz, que conoció su situación y, de forma desinteresada se ofreció para realizar de forma segura los traslados de la recién llegada.
El codirector del Departamento de Oncología Radioterápica de la CUN pone en valor la puesta en marcha de este recurso terapéutico en mitad de la crisis y el compromiso de todos los que han intervenido en ella. “Hemos diseñado circuitos seguros anti Covid, pero como muchos centros hospitalarios. Los oncólogos somos consciente de que el cáncer no permitía ese ‘impass’ al que se ha sometido la sociedad. Los tratamientos en curso se han seguido administrando en muchos centros, no sólo nosotros”, recalca Calvo, que recuerda que el cáncer no “se pone en modo pausa”.
Aunque desde un punto de vista técnico, la protonterapia es compleja, Calvo insiste en la versatilidad y la robustez del equipo. "Junto a nuestros primos -haciendo referencia al equipo que tiene Quironsalud en Pozuelo-, hemos ampliado la oferta terapéutica en España y esto es dar un paso adelante en el campo de la Oncología muy importante. Son dos tecnologías distintas, pero con un mismo fin”.
Una pequeña de seis años ha sido la primera paciente pediátrica de una estrategia que ofrece buen pronóstico oncológico y funcional. Off Pilar Pérez/Raquel Serrano Pediatría Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/2VAZoEv
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