Han pasado ya casi dos meses desde que la Comunidad de Madrid lo planteó por primera vez, y un mes desde que hizo formal su petición de la realización de pruebas rápidas de antígenos en las farmacias como sistema para ampliar los puntos de realización de test y facilitar la detección rápida de casos asintomáticos, una cuestión fundamental a las puertas de la Navidad y en lo que, probablemente, constituye ya la tercera ola de la epidemia.
Tras semanas de silencio por parte del Ministerio de Sanidad, y reticencias del colectivo médico y enfermero por dejar en manos de farmacéuticos la realización de estas pruebas y por la falsa sensación de seguridad que podría generar su uso masivo, hace apenas una semana el Gobierno central se mostró dispuesto a que las boticas pudieran realizar estas pruebas, que a partir de un exudado nasofaríngeo detectan en apenas 15 minutos la presencia de proteínas virales (antígenos) y pueden utilizarse para identificar una infección activa por SARCoV2.
Se informaría de todos lo resultados al sistema público
El Ministerio de Sanidad dejó la semana pasada por primera vez la puerta abierta a un sí a su realización en farmacias y solicitó un informe a Madrid en el que detallara su propuesta, y advirtió ya que sólo contemplaba la realización de esta clase de test en boticas en zonas con una alta incidencia de contagios y en el marco de un cribado masivo de la población, pero no su uso privado por parte de ciudadanos que voluntariamente y a su costa decidieran realizarse estos test, tal y como reclamaba también la Comunidad de Madrid.
La Comunidad de Madrid ha remitido ahora su propuesta definitiva al Ministerio de Sanidad, el plan para poder comenzar a usarlos cuanto antes en las boticas. Y en ella propone de nuevo tanto su uso para cribados masivos con carácter gratuito y bajo citación de la sanidad pública como su venta privada para uso de particulares en zonas de alta incidencia de coronavirus o por parte de personas de alto riesgo que opten por realizarse y pagar el test por voluntad propia.
En cualquiera de los dos casos, según la propuesta remitida por Madrid, se mantendría la trazabilidad de los datos y todos los casos, tanto positivos como negativos, se comunicarían al sistema público.
Hay ya 500 farmacias interesadas y casi 900 farmacéuticos formados
Así al menos queda recogido en el documento que la Comunidad de Madrid ha remitido al Ministerio de Sanidad y al que han tenido acceso Diario Médico y El Mundo. Según el documento, de las 2.800 farmacias de Madrid habría ya unas 500 que se habrían ofrecido para realizar esta clase de test y casi 900 farmacéuticos habrían superado ya el curso de formación de 17 horas que se ha preparado ad hoc para la realización de estas pruebas y todo lo que llevan aparejado, como la gestión de residuos biológicos, y que resulta imprescindible para acreditar a la farmacia y el farmacéutico para la realización de los test.
La propuesta madrileña explica que las pruebas de antígenos ofrecen la ventaja de ser más rápidas que las PCR, más baratas y más sencillas de realizar y argumenta que “es igualmente adecuado utilizarlas en enfoque de prueba dirigidos a toda la población ya que, en circunstancias de transmisión comunitaria, el riesgo de no detectar todos los casos, falsos negativos, se compensa con la puntualidad de los resultados y la posibilidad de pruebas recurrentes en individuos inicialmente negativos”.
Madrid ha hecho ya 600.000 pruebas de antígenos en la red pública
Esta clase de pruebas, de hecho, se están utilizando ya en la Comunidad de Madrid que ha hecho ya más de 600.000 de estos test en atención primaria y urgencias desde septiembre y se han utilizado dentro de la sanidad pública en las zonas básicas de salud con alta transmisión comunitaria para detectar precozmente a los asintomáticos.
Por eso, Madrid propone ahora extenderlas a la red de boticas “para ampliar de una manera significativa la capacidad de llevarlas a cabo” y acercarlas a poblaciones rurales o hacerlas más accesibles por la gran disponibilidad horaria de estos establecimientos.
Según detalla el documento, la realización de estas pruebas en boticas se dirigiría “exclusivamente a personas que no muestren síntomas de infección, ya que en los casos de que presenten síntomas, el circuito al que deben dirigirse los ciudadanos es el asistencial: centro de salud, urgencias, SUMA, etc.”, como habitualmente.
Gratuitas para cribados y previo pago para particulares
En cuanto a la población que podría realizarse estas pruebas, además de tener que ser asintomática, Madrid contempla dos supuestos: “ciudadanos que acudirán a la oficina de farmacia en respuesta a una convocatoria realizada por el Servicio Madrileño de Salud desde Salud Pública, sin coste para los seleccionados, y cualquier ciudadano que acuda a una oficina de farmacia acreditada para la realización de estas pruebas y que resida en una zona de alta incidencia y/o pertenezca a un grupo de riesgo, que podrá acudir a realizarse la prueba, debiendo cumplir las mismas condiciones en cuanto a realización, comunicación de resultados a Salud Pública, etc., que si hubiera sido citado por la Sanidad Pública”, si bien en este último caso el coste será a cargo del ciudadano.
En todos los casos, Madrid propone que sea un farmacéutico habilitado, previo curso de formación, quien realice la prueba.
Si el resultado de la prueba fuese negativo, el farmacéutico tendrá que informar sobre todas las medidas de prevención de la infección por covid-19 y advertir en cualquier caso al ciudadano que un resultado negativo no garantiza no estar infectado por el virus.
En caso de que el resultado fuese positivo se lo comunicaría al paciente y le haría llegar recomendaciones sobre medidas de aislamiento, contacto con su médico, etc.
Y en ambos casos, tanto positivo como negativo, y tanto en las citaciones públicas como en las pruebas privadas que se hicieran los particulares, el farmacéutico deberá informar de los resultados al sistema sanitario.
La Unión Europea expresó ayer su apoyo a estos test
José Marían Antón, viceconsejero de Humanización de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, tiene confianza en que el Ministerio autorice al menos la extensión de estos test a las farmacias para la realización de test masivos, pero no tanta en que ceda finalmente ceda a permitir su uso de forma privada por particulares.
“En las conversaciones que tuvimos la semana pasada, el Ministerio se mostró ya favorable a su uso para cribados pero no para esa segunda opción que pedimos. Quizá viendo el detalle del plan que hemos enviado y la recomendación que publicó ayer la Unión Europea, que cada vez es más fuerte a favor del uso de estos test, cambie de opinión el Ministerio pero a fecha de hoy no tengo noticias de que vaya a hacerlo”.
Si Sanidad no cambiara de opinión, Madrid seguirá adelante con su plan aunque sea sólo a medidas, “porque lo que nos interesa en este momento es poder incorporar a las farmacias a la estrategia de detección “ y no desperdiciar todos los 500 puntos extra de realización de test que esto permitiría, explica Antón.
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Madrid ha detectado ya un 1% de asintomáticos en zonas de riesgo
El viceconsejero insiste en que “todo nos avala, sobre todo, la experiencia ya en el uso de estas pruebas, que han servido para identificar en los cribados masivos que hemos hecho en las zonas de alta incidencia al menos un 1% de población asintomática pero que era positiva y que gracias a esas pruebas lo ha sabido y ha evitado contagiar a otros”.
Antón insiste en cualquier caso en lo que constituye el principal recelo de Ministerio y colectivo médico, que estas pruebas puedan acabar generando una sensación de falsa seguridad para la población: “En eso insistimos mucho: estas pruebas sirven para detectar positivos, no para garantizar un negativo y relajar las medidas de seguridad. Pero creemos que es mejor que sea un farmacéutico quien le explique esto a los ciudadanos que dejar que la población, que está demandando pruebas, acabe comprándolas en mercados alternativos, sin garantías y sin una explicación de para qué sirven realmente. Esperamos que el Ministerio sea sensible a esta visión a pie de calle que tenemos nosotros”, concluye Antón.
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