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domingo, 13 de diciembre de 2020

“Era muy duro saber que algunos recursos no llegarían a tiempo”

Profesión
aliciaserrano
Dom, 13/12/2020 - 08:00
Enfermería de urgencias y emergencias extrahospitalarias
Sara Navarro, supervisora de Summa 112. FOTO: José Luis Pindado.
Sara Navarro, supervisora de Summa 112. FOTO: José Luis Pindado.

Antes incluso de que se saturasen los hospitales durante la primera ola de la pandemia, los profesionales del Summa 112 vivieron en primera línea la antesala del peligro al que se enfrentaban. Sara Navarro, supervisora de Enfermería del Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid, nunca olvidará cómo se disparó el número de llamadas en el centro coordinador de urgencias y emergencias, donde se tuvo que crear un nuevo call center, liderado por enfermería, para dar atención a las llamadas relacionadas con la covid-19. Recuerda que el peor día fue el 25 de marzo, donde se llegaron a recibir más de 9.500 llamadas.

Esta entrevista forma parte de la iniciativa #Admirables, un homenaje con el que Diario Médico y Correo Farmacéutico, quiere rendir homenaje a la respuesta de los profesionales sanitarios ante la pandemia.

-PREGUNTA: En esta pandemia los sanitarios han trabajado en condiciones muy precarias, pero parece que las supervisoras de enfermería han sufrido mayor estrés y desgaste emocional. ¿Cuál ha sido su experiencia?

-RESPUESTA: La situación vivida ha sido muy estresante para todos los profesionales que trabajan en el sistema de salud, tanto los sanitarios como los no sanitarios. En el caso de las supervisoras, aunque la mayor parte de las veces no tienes el estrés que provoca la atención directa al paciente, sí tienes otros elementos estresantes como pueden ser la adecuada cobertura de recursos humanos, que todo el mundo disponga de sus EPI y llevar la carga emocional de los profesionales que tienes a tu cargo. Hemos tenido que gestionar equipos muy tensionados, con mucha presión asistencial, enfrentándose a una situación nunca vivida. Han sido jornadas maratonianas en las que resultaba imposible desconectar del trabajo.

-P: Desde el inicio de la pandemia ha estado en primera línea de coronavirus como supervisora de Summa 112. ¿De todas las experiencias vividas, hay alguna que le haya impactado especialmente?

-R: Cada fase de la pandemia ha tenido sus situaciones duras. Cuando estábamos en la primera ola, incluso antes de que se saturaran los hospitales, se disparó el número de llamadas que se recibían en el centro coordinador de urgencias y emergencias del Summa 112. Se llegaron a recibir más de 9.500 llamadas en un solo día, el 25 de marzo. Muchos profesionales se veían desbordados emocionalmente por la situación, y ahí estábamos nosotros para intentar darles apoyo. Eran muchas las llamadas y algunas eran muy duras. Había mucha gente enferma y era imposible llegar a todos tan rápido como nos hubiera gustado. Eran momentos muy duros cuando llamabas a personas que estaban esperando un recurso para ver si su estado había empeorado y escuchabas su miedo o la soledad que sentían. Era muy duro saber que algunos recursos no llegarían a tiempo…

“Las supervisoras de Enfermería hemos tenido que gestionar equipos muy tensionados"

Para mí el peor día fue cuando empezaron a verse en redes sociales las primeras fotos del pabellón 5 de Ifema, con esas camillas en el suelo y las botellas de oxígeno al lado, en ese edificio de hormigón… Ese día no pude parar de llorar.

-P: ¿Qué destacaría de la primera ola de la pandemia? ¿Cómo lograron adaptarse en su servicio?

-R: Si hay algo que desatacar, tanto en la primera ola como en la segunda, es la gran capacidad de adaptación de los profesionales del Summa, concretamente de los enfermeros que han sido reubicados en distintos dispositivos, sacados de su zona de confort (algunos varias veces) y que siempre han estado a la altura.

Durante la primera ola el nivel de actividad que tuvimos aumentó hasta niveles impensables un año antes. Desde el inicio de la pandemia, hemos colaborado con Salud Pública de manera muy estrecha, por lo que poco a poco vimos cómo iba creciendo la demanda. Donde primero se notó fue en el centro coordinador, donde se reciben todas las llamadas. Se triplicaron con respecto a años anteriores.

Los primeros días fueron muy duros, porque por más que se reforzaba el centro no llegábamos a todas. Para adaptarnos a la situación dentro del centro coordinador, se creó un nuevo call center, liderado por enfermería, que daba atención a las llamadas relacionadas con la covid. Además, creamos nuevas unidades para dar respuesta a las necesidades que la situación estaba generando: tomas de muestras domiciliarias, recursos específicos para el traslado interhospitalario de pacientes covid, aumentamos las unidades de atención domiciliaria de enfermería…

Fruto de nuestra colaboración con Salud Pública, hemos organizado la realización de test masivos en las zonas más afectadas de la segunda ola. Teniendo en cuenta que somos un servicio de emergencias, esto fue un cambio de paradigma para nosotros.

-P: ¿De qué manera gestionó su servicio para intentar dar asistencia al mayor número de personas en los momentos álgidos de la pandemia?

-R: Lo principal fue el refuerzo del centro coordinador, ya que la mejor forma de llegar a todos es recoger las demandas de asistencia y vertebrar la ayuda asistencial. Los primeros días desplazábamos a profesionales de unidades sin actividad a reforzar el centro, mientras formalizaban las contrataciones y se formaba a los refuerzos. Además, la creación de recursos específicos para traslados interhospitalarios dejaba a las unidades estructurales mayor tiempo disponible para atender urgencias y emergencias.

Sara Navarro es supervisora de Summa 112. FOTO: José Luis Pindado.
Sara Navarro es supervisora de Summa 112. FOTO: José Luis Pindado.

-P: ¿Qué diferencias encuentra entre la primera y segunda ola desde un punto de vista asistencial y de gestión?

-R: La primera ola fue muy explosiva, se produjo un gran número de contagios y afectó principalmente a personas mayores o con comorbilidades previas, viéndose muchos casos muy graves. Esto hizo que hubiera más problemas para garantizar la asistencia a todos los niveles, principalmente en los hospitales, ya que las estancias eran prolongadas. En la extrahospitalaria, aunque seguíamos atendiendo otras emergencias, la mayoría de las asistencias eran por covid.

Esta segunda ola ha tenido un comienzo más progresivo y parece que afecta a grupos de edad que tienen menos riesgo de complicaciones graves. Igualmente, para nosotros ha cambiado, ya que como dicen las unidades asistenciales, no todo es covid.

A nivel de gestión la primera ola supuso implementar una nueva manera de trabajar: a medida que aparecían problemas, implementábamos soluciones. En esta segunda ola se ha empezado a actuar antes, no nos ha pillado de sorpresa, la estábamos esperando... Tenemos la experiencia de la primera ola y sabemos que nos funcionó y que no. Muchas de las medidas que implementamos entonces se han mantenido en el periodo posterior.

-P: ¿Le preocupa la situación actual? ¿Cómo cree que van a afrontar los sanitarios una tercera ola?

-R: Sí, me preocupa bastante. Estamos en una situación de calma tensa, en el momento que nos relajemos en las medidas de prevención la situación puede cambiar a peor, repitiéndose la situación vivida en la primera ola.

Los sanitarios estamos muy cansados. Por un lado, tenemos una gran carga te trabajo, tanto a nivel físico como emocional; por otro hemos visto cómo se ha pasado de aplaudirnos en los balcones a convertirnos en los malos de la película, acusándonos de abandonar a los pacientes y en otras ocasiones de inventarnos la situación.

En cuanto a estar preparados, podemos tener más medios, más conocimientos, más experiencia, pero lo cierto es que no podemos más. Si viene la tercera ola, nos enfrentaremos a ella, porque como sanitarios no nos permitimos abandonar, pero nos pasará factura a nivel personal.

-P: El déficit de enfermeros en España se ha hecho más que patente en esta pandemia. ¿Faltan enfermeros en el Summa 112?

-R: Una ventaja que tiene el Summa es que siempre ha resultado muy atractivo para Enfermería, por lo que nuestra cobertura es del 100%. Además, pudimos contratar refuerzos que aún permanecen con nosotros. Las características de nuestro servicio hacen que sea difícilmente comparable con otros países europeos, ya que nuestra estructura es única y las ratios son difícilmente aplicables. Obviamente con más profesionales se trabaja mejor, pero no solo son necesarios profesionales, también infraestructuras, recursos materiales…

"Si viene la tercera ola, nos enfrentaremos a ella, pero nos pasará factura a nivel personal"

-P: El Sermas no encuentra enfermeras para contratar y dice que las bolsas están vacías. ¿De qué manera cree que Madrid podría fidelizar a estos profesionales para evitar que se marchen a las provincias limítrofes o incluso al extranjero?

-R: Hay distintos factores que hacen que la gente se vaya de Madrid. Por un lado, están las condiciones laborales en sí mismas y, por otro, la poca estabilidad en el trabajo. Además, la falta de reconocimiento profesional influye notablemente.

En cuanto a las condiciones laborales, los enfermeros -como empleados públicos- fuimos perjudicados por los ajustes de la crisis económica previa, y 10 años después no se ha recuperado el nivel retributivo, ni parece que a corto plazo se vaya a recuperar. Mientras, la vida sigue subiendo, siendo una de las comunidades donde el costo de la vida es mayor. En algunas autonomías se ha recuperado la jornada laboral previa a la crisis; aquí aún no. Las posibilidades reales de conciliar vida familiar y laboral son escasas en general.

Igualmente, cuesta encontrar un trabajo estable. En el mejor de los casos, se encadenan contratos de suplencias de meses, cambiando de servicio constantemente, lo que también conlleva cambio de turnos, horarios…

El número de profesionales que se gradúa cada año no está regulado como en otras profesiones. Hubo años en los que salían más profesionales nuevos de los que el mercado era capaz de absorber.

En cuanto al reconocimiento profesional, vemos cómo otros colectivos consiguen mejoras en sus condiciones cuando ejercen presión y son tenidos en cuenta para la planificación de cuestiones que les atañen a nivel profesional o en el desarrollo de políticas sanitarias. Los enfermeros vemos cómo otros quieren imponer lo que debemos hacer sin tener en cuenta nuestra opinión como colectivo profesional. En resumen, faltan mejores condiciones laborales, más estabilidad y reconocimiento profesional.

-P: ¿Cree que la política se ha convertido más en el problema que en la solución a la pandemia?

-R: La política siempre me ha parecido complicada. En este caso, había que encontrar el equilibrio entre protección de la salud y mantener la economía (que, por mucho que nos duela, es un condicionante de la salud). Es fácil hablar de lo bien o mal que se ha gestionado algo con la perspectiva del tiempo, pero tomar decisiones en los momentos críticos es difícil y nunca son del agrado de todos, ya que siempre habrá algún colectivo perjudicado. Creo que en situaciones como la que estamos viviendo este año es fundamental que se escuche la opinión de los expertos para la toma de decisiones.

Sara Navarro, supervisora de Enfermería de Summa 112, explica que las llamadas al centro coordinador se triplicaron respecto a años anteriores y que solo el 25 de marzo recibieron más de 9.500. coronavirus Admirables Off Alicia Serrano Off

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