Este 2020 hay una pandemia que ha ocupado todos los titulares, la covid-19. Sin embargo, hay otra gran olvidada que se dio a conocer hace ya 40 años y que aún no ha desaparecido, la infección por VIH y la enfermedad que provoca si no se controla, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. A principios de los años 80, los calificativos que acompañaban a esta infección eran pesimistas: imbatible, fatal,... El pronóstico a corto plazo era malo y no había tratamiento. Esta pandemia, con más de 35 millones de muertes a sus espaldas, en la actualidad ha cambiado y se ha convertido en una patología crónica. El héroe de esta batalla es el tratamiento antirretroviral (TAR), que ha equiparado la esperanza de vida de las personas infectadas con VIH con la de las no infectadas.
La asignatura pendiente es la calidad de vida de estos pacientes y conscientes de ello, Seisida y Gilead han puesto en marcha un programa de formación online, VIH ES 2.0: Ir más allá de la indetectabilidad, que ha celebrado esta semana su segundo ciclo centrado en las Enfermedades concomitantes en el VIH.
“La infección de VIH, si estás en tratamiento, no implica un riesgo de muerte a medio ni corto plazo”, ha recordado Juanse Hernández, activista del Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (GTT-VIH). Acompañado de María José Galindo, presidenta de Seisida y Eugenia Negredo, especialista del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona), han aprovechado esta formación para presentar datos sobre las comorbilidades en los pacientes que viven con VIH.
“La finalidad de esta formación es enriquecer las consultas y mejorar la calidad de vida del paciente”, han aclarado al comenzar la sesión. “Si hablamos de ir más allá de la indetectabilidad, hablamos del manejo de las comorbilidades. La supervivencia que facilitan los tratamientos está permitiendo que la edad de las personas con VIH sea cada vez más elevada, lo que permite conocer mejor las consecuencias tanto de la infección como del tratamiento”, ha destacado Negredo.
Comorbilidades
El aumento de edad en los pacientes va asociado a un aumento de comorbilidades. Patologías como el deterioro neurocognitivo, enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, osteoporosis o algunos cánceres.
“El propio virus y algunos tratamientos antirretrovirales pueden tener un impacto negativo sobre determinados valores básicos que intervienen en el envejecimiento como el acortamiento de los telómeros o la disfunción de las mitocondrias”, ha subrayado la especialista del Hospital Germas Trias i Pujol de Badalona.
“El número de personas que tienen una, dos o más comorbilidades, va aumentando a lo largo de los años, al igual que también hemos observado que esta condición está creciendo más en la población infectada por VIH. También, en su caso, las comorbilidades aparecen antes, dándose un envejecimiento acentuado y/o acelerado”, ha añadido Negredo
En concreto, Negredo ha expuesto la experiencia en su centro con una corte de 250 pacientes y 125 controles. Algunas de las patologías detectadas han sido la dislipemia, un aumento de casos de cáncer, osteoporosis, alteraciones hepáticas y síndromes geriátricos. Englobados en estos últimos estarían la disfunción sexual (impotencia o disminución de la libido), pérdida de oído, alteraciones en el sueño y riesgo de caídas. Para afrontar esta situación, aconseja tratar de forma correcta los factores de riesgo cardiovascular, recomendando una dieta saludable y la práctica frecuente de ejercicio.
Polifarmacia
Otra de las consecuencias señaladas durante la sesión ha sido la de la polifarmacia. Al aumentar el número de comorbilidades en los pacientes infectados por VIH, el número de fármacos que tiene que consumir, además de los antirretrovirales, es mayor.
“El 44% de nuestros pacientes toma cinco o más fármacos aparte de los antirretrovirales, en comparación al 14% de los pacientes control. Además, más de un tercio de los que superan los 50 años, reciben cinco fármacos o más”, ha explicado Negredo.
Los errores de prescripción son parte del problema de polifarmacia. Según señalan los expertos, en ocasiones, los fármacos para tratar las comorbilidades están prescritos por médicos distintos, lo que complica una evaluación global del tratamiento del paciente. “Esto hace que se suministren fármacos que no deberían de suministrarse o que no se recomienden vacunas como la neumocócica o suplementos de vitaminas”, ha aclarado Negredo.
Reducir la inflamación
Desde el ciclo recomiendan iniciar el tratamiento antirretroviral lo antes posible y mantenerlo sin interrupciones. “Es indispensable para reducir la inflamación sistémica que interviene en el desarrollo de algunas comorbilidades”, ha destacado la especialista del Hospital Germas Trias i Pujol de Badalona. “El uso de antirretrovirales menos tóxicos también ayuda a disminuir la prevalencia de algunas de las comorbilidades”, ha añadido.
Por su parte, Hernández ha señalado que es preciso redefinir el concepto de salud en el contexto de la pandemia de la Covid-19. “Es necesario incorporar una visión holística, donde se integren áreas tan significativas como la física, la mental y la social de los pacientes y su entorno”, ha destacado el activista del GTT-VIH.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3phEg2T
No hay comentarios:
Publicar un comentario