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viernes, 18 de diciembre de 2020

Los tratamientos biológicos probados en adultos: una futura vía para el tratamiento de la dermatitis atópica grave infantil

Diario Médico
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Vie, 18/12/2020 - 11:03
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Los tratamientos biológicos probados en adultos: una futura vía para el tratamiento de la dermatitis atópica grave infantil
Los tratamientos biológicos probados en adultos: una futura vía para el tratamiento de la dermatitis atópica grave infantil

Los pacientes con DA tienen alterada la barrera cutánea y esto permite la entrada de agentes externos que provocan el inicio del proceso inflamatorio, el picor, rascado y el desarrollo y perpetuación de las lesiones...Es una enfermedad que empieza en el sistema inmunitario, relacionándose con otras enfermedades inflamatorias como el asma o la rinitis.

Muchos consideran la dermatitis atópica como una enfermedad infantil, ya que la mitad de los casos se diagnostica durante el primer año de vida1, y en un 25% progresa a la edad adulta. En la infancia afecta a entre un 15 y un 20% de los niños, por lo que es considerada la reina de la dermatología pediátrica.

Ana Martín Santiago, jefa de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Son Espases de Palma de Mallorca, destaca la genética y los factores ambientales como las principales causas que determinan que un niño tenga esta patología. “La etiopatogenia de la enfermedad es muy compleja, pero afortunadamente se ha ido estudiando y cada vez la conocemos más, lo que nos permite intervenir para mejorarla”.

Aunque la dermatitis atópica suele clasificarse en leve, moderada y grave, el nivel no es estático y puede cambiar con el tiempo. Un niño con dermatitis atópica leve puede dejar de tener manifestaciones o, por alguna circunstancia ambiental, evolucionar hacia un grado grave. Según la dermatóloga, “esto dependerá de la extensión, de la persistencia en el tiempo, de la respuesta al tratamiento y del tipo de lesiones en un momento dado”.

Una dermatitis atópica grave puede serlo cuando es muy extensa en un determinado momento, o cuando se produce una recidiva que obliga a mantener un tratamiento constante. Una de las características de la dermatitis moderada grave es que provoca un prurito intenso que impide al niño dormir. “El impacto en la dinámica familiar es tremendo”. Si un niño pequeño no duerme, la familia tampoco. Son niños más inquietos, con trastornos a nivel psicológico y que pueden tener problemas de socialización. Pueden incluso sufrir bullying. La enfermedad se asocia con muchas comorbilidades. Lo que vemos son los eczemas, pero detrás está un prurito que les impide hacer vida normal. Con brotes severos no pueden ir al cole, se sobreinfectan y a veces hay que ingresarlos. Todo esto afecta al rendimiento escolar y al desarrollo emocional del pequeño. También supone un coste económico para la familia, ya que los padres a veces no pueden ir a trabajar. Además, tienen que soportar el gasto que generan las cremas del cuidado diario de la piel, que no están financiadas por la Seguridad Social. Es una enfermedad con mucho impacto”, afirma Martín Santiago.

Los niños con dermatitis atópica faltan al colegio una media de 10 a 24 días al año por culpa de la enfermedad1. Además, más del 27% de los que tienen entre 8 y 17 años ha sufrido acoso escolar, un porcentaje que se eleva hasta el 38% en aquellos niños con enfermedad grave2. El 30% de los padres afirman que la enfermedad tiene un gran impacto en el resto de miembros del hogar que conviven con la persona afectada3. Más del 50% se siente infeliz o deprimido.

El impacto en la dinámica familiar es tremendo. Si un niño pequeño no duerme, tampoco la familia.

Es determinante que el seguimiento de esta patología la realice un profesional para que el niño tenga un control constante. Este control lo puede hacer desde un pediatra hasta un dermatólogo o incluso a veces un alergólogo, dependiendo de la evolución de la enfermedad. “Hay muchos bulos en las redes y muchos niños están infratratados. Los medicamentos prescritos son seguros si se siguen las recomendaciones de los profesionales. El miedo a usarlos hace que el paciente no esté tratado de manera adecuada y evolucione a una dermatitis atópica más grave”, destaca la especialista.

Para intentar mitigar los brotes de esta enfermedad hay una serie de pautas que los pacientes deben seguir. Se trata de cuidar la barrera cutánea con la hidratación a través de jabones y cremas especiales y utilizar ropa de algodón e hilo. También es importante evitar la sudoración excesiva y ducharse después de hacer ejercicio.

Los síntomas de la dermatitis atópica remiten en muchos casos cuando los niños llegan a la pubertad. Sin embargo, aquellos pacientes con dermatitis atópica grave, cuyos síntomas han empezado en edad temprana, que tienen antecedentes familiares y responden mal a los tratamientos, tienen más posibilidades de continuar sufriendo la enfermedad después de la adolescencia. Es en esta etapa cuando los adolescentes sufren un impacto psicológico importante, acompañado de rabia, pérdida de confianza y vergüenza. Cuando los síntomas son evidentes, les puede condicionar incluso en la elección de la ropa que se van a poner, no quieren llevar pantalones cortos, ni camisetas, y evitan ir a la playa o la piscina, afectando todo ello a sus relaciones sociales.

Existe una necesidad médica no cubierta en el tratamiento de la dermatitis grave y moderada en niños. Los tratamientos sistémicos que han estado disponibles hasta el momento son los fármacos inmunosupresores, utilizados a pesar de no tener aprobación en Europa en población pediátrica para esta enfermedad. “La experiencia nos dice que estos tratamientos son eficaces, pero no tienen un buen perfil de seguridad. Tenemos la necesidad de algún tratamiento que sea eficaz y seguro”, señala Martín Santiago.

Con la llegada de nuevos tratamientos la perspectiva de esta enfermedad, en la mayoría de los casos crónica, es esperanzadora. En un futuro cercano se espera que los biológicos, que ya han sido aprobados y que han evidenciado ser eficaces y seguros en adultos, puedan probar también su eficacia en niños.

“El futuro ya está aquí”, afirma la dermatóloga, “existen moléculas que actúan de manera específica en la base de la enfermedad e intervienen de manera directa en la etiopatogenia. Ya hay medicamentos biológicos para adultos y se espera que, en breve, su administración se extienda en niños, con lo que les cambiará la vida”.

 

1 International Study of Life with Atopic Eczema” (ISOLATE).
2 Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). (2015). Informe Alergológica.
3 Zuberbier (2006). Patient perspectives on the management of atopic dermatitis

 

Este contenido ha sido desarrollado por UE Studio, firma creativa de branded content y marketing de contenidos de Unidad Editorial, para SANOFI/a>.
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica, que se suele presentar en forma de lesiones cutáneas. Es producida por una inflamación subyacente en el organismo provocada por la hiperactividad del sistema inmunitario. Afecta a la mayor parte del cuerpo y va acompañada de picor intenso, persistente, sequedad cutánea, grietas, eritema y formación de costras y supuración. On Ofrecido por SANOFI On

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