La LDH, la ferritina, las transaminasas, la interleucina 6, el dímero D y la proteína C reactiva han sido algunas de las pruebas más demandadas a los laboratorios clínicos de los hospitales durante la pandemia de la covid-19. El motivo de que estén éstas y no otras entre las determinaciones más solicitadas lo explica Laura Criado, farmacéutica especialista del Servicio de Análisis Clínicos del Hospital Universitario de Móstoles (Madrid): “Se ha demostrado que muchas de ellas son marcadores que dan información sobre el pronóstico de la enfermedad y que han ayudado a los clínicos en el análisis y la toma de decisiones”. Por esta razón, algunas de esas pruebas han pasado a analizarse con carácter de urgencia y otras, que antes no se realizaban en el ámbito intrahospitalario, han pasado a formar parte de la cartera de los servicios de Análisis Clínicos.
Ésta es una de las grandes conclusiones que ofrece una investigación de la que Criado ha sido coordinadora y que ha permitido ver cómo han trabajado estos laboratorios durante las primeras semanas de la pandemia. Se trata de un trabajo realizado a partir de una encuesta en la que han participado 71 laboratorios clínicos pertenecientes a diez regiones (Galicia, Cataluña, Andalucía, Madrid, Castilla y León, Aragón, País Vasco, Castilla La-Mancha, Murcia y Comunidad Valenciana) y a la ciudad autónoma de Melilla. Dicha encuesta se ha realizado desde el Comité de Calidad, Gestión, Seguridad y Evidencia de la Asociación Española de Biopatología Médica y Medicina de Laboratorio (AEBM-ML). Los resultados fueron expuestos durante el pasado Congreso Nacional de Laboratorio Clínico, que se ha celebrado de manera virtual del 8 al 14 de noviembre.
“El objetivo de esta encuesta, que lanzamos en mayo, era ver qué habíamos hecho los laboratorios en marzo y en abril y cómo nos habíamos adaptado a esta crisis sanitaria que cambió tanto la presión asistencial como nuestra manera de trabajar. La covid irrumpió de un modo inesperado, con muchas incertidumbres, obligando en ocasiones a trabajar en modo ensayo-error ante la falta de evidencia clínica. Por eso, lo que buscamos con este trabajo es ver si, ante la falta de protocolos, la actuación ha sido homogénea”, señala Criado.
Cambios en la demanda
Con las cifras en la mano de esta encuesta, un 74,6% de los laboratorios afirma que pruebas que antes eran de rutina han pasado a ser urgentes y un 69% refiere que han incluido nuevas pruebas en su cartera.
Un ejemplo claro, tal y como detalla la coordinadora del trabajo, es el de la interleucina 6 (IL 6): “Se trata de una prueba que marca la inflamación y que antes muchos laboratorios teníamos externalizada. Ahora, durante la pandemia, ha cobrado mucha importancia y un gran número de laboratorios la pusieron tanto de rutina como de urgencia. Eso implicó no solo tomar la decisión de hacerla, sino adquirir los reactivos apropiados para realizarla y ponerla en marcha”.
Otro caso es el de la ferritina, que ha pasado de realizarse solo en rutina a demandarse con carácter urgente. “Antes no tenía sentido clínico solicitarla de urgencia, pero ahora se ha visto su aportación frente a la covid y los clínicos quieren tenerla disponible a cualquier hora”, apunta Criado.
Perfiles analíticos
Otro aspecto relevante visto en la encuesta es que el 90,2% de los laboratorios cuenta con perfil analítico de paciente covid y que el 67,6% tiene más de un perfil. Cada uno de estos perfiles recoge un conjunto de pruebas preestablecido que busca ahorrar tiempo, mejorar el rendimiento y optimizar el estudio del paciente.
“Muchos laboratorios cuentan, por ejemplo, con un perfil de paciente con sospecha de covid, al que se le hacen unas pruebas determinadas, y otro perfil de paciente confirmado de covid, al que se le realiza otra serie de pruebas”, cuenta la coordinadora de la encuesta quien además subraya que lo ideal en estos casos es que dichos perfiles “se confeccionen de un modo consensuado” entre el servicio clínico y el laboratorio para poder poner en común criterios sobre qué pruebas podrían ser importantes y cuáles no. “Ha habido algún documento procedente de sociedades científicas que apoyaban la creación de perfiles en la realización de pruebas, no sólo por la optimización que suponen, sino también porque suponen una igualdad entre pacientes, más allá de que después, en casos concretos, se pudiesen solicitar pruebas complementarias”, añade.
Turnos y actividad
En cuanto a los cambios en las estructuras de los turnos de trabajo, un 80% de los laboratorios que han participado en la encuesta refiere que estas modificaciones se han dado entre su personal de Enfermería y entre los técnicos especialistas de laboratorio y que dichos cambios han ido dirigidos, en su mayoría, a reforzar el laboratorio de Urgencias. En el caso de los facultativos, un 69% de los laboratorios afirman que también han estado implicados en estos cambios de turnos, sobre todo para reforzar la realización de pruebas PCR de covid.
Además de esto, la encuesta también refleja que un 80,3% de los laboratorios han desempeñado un “papel proactivo” ante casos de PCR positiva. Dicha proactividad se ha reflejado de diversas maneras: notificando directamente los resultados a salud laboral, enviando un listado periódico con todos los positivos, recogiéndolo explícitamente en la historia clínica del paciente, etc.
Point of care
Otro factor en el que ahonda la encuesta es en el rol que han jugado los denominados sistemas point of care (autoanalizadores instalados en las propias unidades clínicas y que son utilizados directamente por los sanitarios que trabajan en ellas). A juicio de Criado, han sido de gran ayuda, ya que, además de permitir tener los resultados en el momento, han descongestionado en buena medida la vertiginosa tarea diaria de los laboratorios clínicos. “Un caso muy claro es el de las gasometrías. Se trata de una prueba con un volumen muy elevado de muestras y que además requieren ser analizadas en el momento. Contar con gasómetros en unidades como las UCI, a la cabecera del paciente, te permite agilizar su elaboración y la obtención del resultado”.
Sin embargo, asegura que los datos obtenidos por la encuesta invitan a una clara reflexión: “Desde el laboratorio, no podemos desentendernos de estos sistemas point of care. Debemos comprobarlos periódicamente, controlar su calidad, analizar cómo se realizan las muestras, cerciorarnos de que los resultados se procesan y se reflejan en la historia clínica, ofrecer apoyo logístico, asesorar en el cambio de reactivos y formar al personal que vaya a hacer uso de ellos”.
Colaboración
Más allá de información propia de la actividad que realizan los servicios de laboratorio, esta encuesta también ha permitido valorar cómo ha sido la colaboración durante los primeros meses de la pandemia entre los especialistas de estos servicios y los de otras áreas clínicas del hospital. Un 63,4% de los departamentos encuestados ha afirmado que dicha colaboración ha sido buena o muy buena, mientras que un 29,6% ha asegurado que es mejorable, e incluso un 7% ha indicado que la ausencia de ella ha repercutido negativamente en la atención recibida por los pacientes. “En general, se ha percibido la gran colaboración que ha habido entre los distintos profesionales, pero debemos hacer autocrítica, analizar a fondo los resultados obtenidos con esta encuesta, optimizar la comunicación entre servicios y abordar cualquier opción de mejora. Todo aquello que sea mejorar se traducirá en un beneficio en la atención que se ofrece”, concluye Criado.
En cifras
- El 74,6% de los laboratorios encuestados indica que hay pruebas de rutina que se han pasado a realizar con carácter urgente.
- El 69% señala que incluyeron nuevas pruebas en sus carteras.
- En el 80% ha habido cambios de turno que han afectado a enfermeros y técnicos. Esto, en el caso de los facultativos, se ha dado en el 69%.
- El 63,4% refiere que la colaboración entre el laboratorio y el resto de especialidades clínicas ha sido buena o muy buena.
- El 80,3% afirma que ha tenido un papel proactivo ante casos de PCR positiva.
- El 90,2% de los laboratorios cuenta con perfil analítico de paciente covid y el 67,6% tiene más de un perfil.
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