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viernes, 11 de diciembre de 2020

Vacunas covid en la recta final: al margen de su aprobación, deben seguir investigadas

Inmunología
soniamoreno
Vie, 11/12/2020 - 16:20
Vacunas contra la covid
vacuna gripe 2020
vacuna gripe 2020

El goteo de aprobaciones de las vacunas de covid que se espera en las próximas semanas dará paso a vacunaciones masivas en Europa y Estados Unidos con las que, si todo sigue adelante según la información disponible, empezará a controlarse la pandemia. Varios expertos en vacunas aportan su visión, en una conferencia seguida de un debate telemáticos organizada por el Grupo Aragonés del Capítulo Español del Club de Roma, sobre las que están más avanzadas en su desarrollo clínico. Mientras que en los países occidentales se ha apostado por la nueva tecnología -plataformas basadas en ARNm y los adenovirus- y por dirigirse a una proteína (S) del coronavirus, países que están en otra órbita geopolítica –China y Rusia- también están llevando hasta el final a vacunas de corte clásico (inactivadas).

Carlos Martín, director del Grupo de Genética de Micobacterias del CIBER de Enfermedades Respiratorias del Instituto de Salud Carlos III, y director del equipo de investigación de la Vacuna de la Tuberculosis (MTBVAC) de la Universidad de Zaragoza desde el año 1992, ha repasado los candidatos vacunales con los que la Unión Europea ha firmado contratos de compra anticipados, o está en negociación para ello. Son las vacunas basadas en vector viral, que vehiculizan la proteína S de AstraZeneca/Oxford y J&J/Janssen; las de ARNm que codifican también esta proteína de BioNTech/Pfizer, Moderna y Curevac, y las vacunas que se basan en subunidad de la proteína S, de Sanofi/GSK y Novavax. Estas vacunas, por tanto, previsiblemente llegarán a España a lo largo de los próximos meses.

Martín ha recordado que es fundamental que, una vez que se hayan publicados los resultados de la fase III de ensayo en revistas evaluadas por pares, hay que mantener los estudios en un plazo de meses o años para poder responder a cuestiones que aún no se han dilucidado.

¿Protección frente a infección o enfermedad?

Una de ellas es si estas vacunas son eficaces no ya en la prevención de las enfermedad grave, como se está viendo en los estudios, sino en la de la infección. Juan Ignacio Aguiló, doctor en Bioquímica por la Universidad de Zaragoza, que investiga en la respuesta inmunológica a vacunas en diversos modelos animales, ha apuntado que “de momento, por los datos que se tienen y por el diseño de los ensayos, parece que estas vacunas protegen frente a la enfermedad. Eso no quiere decir que no vayan a evitar la transmisión, pero a día de hoy no lo sabemos; para eso, son necesarios otro tipo de ensayos, que probablemente ya están diseñados, pero llevan más tiempo. Los únicos datos indirectos que tenemos son los estudios en modelos animales (macacos), donde se ha observado que todas las vacunas disminuyen la carga vírica en pulmones, algo indicativo de que previenen la enfermedad –como se está confirmando-, pero se han observado diferencias. Por ejemplo, la vacuna de Oxford no disminuye la carga vírica nasofaríngea en igual medida que las vacunas de ARNm”.

Para el experto, este dato es muy importante, pues puede contribuir a trazar las prioridades de vacunación con los diferentes productos: “Si disponemos de una vacuna que previene la enfermedad, lo lógico es que se administre entre las poblaciones vulnerables y más expuestas, como ancianos y sanitarios, pero si se supiera además que la vacuna previene la transmisión, los colectivos de jóvenes, donde se registran muchos contagios, podrían subir en la escala de grupos prioritarios para la vacuna, y de esta forma frenar la epidemia”. De ahí el interés, ha insistido Aguiló “de mantener los ensayos clínicos en el tiempo, para poder responder a este tipo de cuestiones”.

Al respecto, Martín ha traído a colación las informaciones que sugieren que la vacuna desarrollada por el grupo farmacéutico nacional chino Sinopharm ofrecería un 86%  de protección frente a la infección y un 100% a las formas graves de la enfermedad. Estos datos, ha recalcado, proceden de noticias, no se han publicado en revistas científicas. Esta vacuna, como ha detallado, se basa en el virus inactivado, “el método más clásico para hacer una vacuna, como el que se usó para desarrollar la vacuna contra la polio”.

¿Bastan los anticuerpos para asegurar la protección?

“Lo deseable es que se active también la respuesta celular, que permita eliminar al virus una vez ha entrado en el organismo, puesto que los anticuerpos en principio neutralizan la entrada del patógeno”, ha comentado Aguiló. La inmunidad humoral y celular son “dos brazos complementarios del sistema inmune; cuanto más activos estén, nos hace pensar que más durará la protección obtenida con las vacunas”.

¿Podría mutar el SARS-CoV-2 y comprometer así la eficacia de las vacunas?

Todas las vacunas en fase avanzada desarrolladas en Europa y Estados Unidos se basan en la proteína Spike del coronavirus. Las razones por las que se ha escogido esta proteína, ha explicado Jesús Gonzalo Asensio, especialista en Genética y evolución de microorganismos patógenos, también en la Universidad de Zaragoza, es que “es grande, tiene muchos epítopos o regiones donde se pueden unir los anticuerpos. Además, es abundante en la estructura del coronavirus, lo que facilita su reconocimiento por el sistema inmune, y además es la que usa el virus para entrar en la célula”. Gonzalo Asensio ha enumerado que hasta hoy, se han secuenciado más de 40.000 genomas individuales del coronavirus en todo el mundo, y se han descrito algo más de 10.000 mutaciones a lo largo de los 30.000 nucleótidos que forman su secuencia. “El coronavirus muta como todos los virus, pero no tanto como el de la gripe o el del VIH, lo que es una buena noticia. Además, la proteína S no muta más que el resto del genoma de este virus. No obstante, hay una variante en S, en la que solo cambia un animoácido, y ahora es la predominante en todo el mundo. No se ha constatado que sea más virulenta”.

El científico ha destacado que “si todas las vacunas occidentales funcionan, lo harán igual de bien, porque se dirigen a la misma diana, pero si, por la razón que sea, el virus acumula mutaciones y una de esas mutaciones afecta a las zonas predominantes de unión de los anticuerpos, se podría empezar a seleccionar variantes de virus que escapen a los anticuerpos, y dejarían de funcionar. La selección de variantes resistentes a las vacunas no es algo que haya ocurrido antes, pero también estamos viviendo una pandemia sin precedentes. Por eso, apostar por otros tipos de vacunas es importante, ahí están las vacunas con virus inactivados, que incluyen más epítepos. El tiempo lo dirá”.

¿Pueden estas vacunas producir una exacerbación mediada por anticuerpos?

Este efecto se ha descrito en algunas vacunas, como la desarrollada frente el dengue, y algunas que se experimentaron en modelo animal para el coronavirus SARS-CoV-1. “Si una vacuna produce anticuerpos de baja capacidad neutralizante, al unirse al virus no lo neutralizan sino que activan a diversas poblaciones del sistema inmune innato, como los macrófagos. Para que se produzca ese efecto tiene que haber un encuentro de la persona vacunada con el virus. De momento, no se ha observado con las vacunas ensayadas para la covid”, ha afirmado Aguiló. En los datos de modelos preclínicos, en particular con los macacos, se midió este efecto y no se ha visto, en principio, se podría descartar, pero, una vez más, sería un factor importante a tener en cuenta en la fase de farmacovigilancia”.

¿Protegerán las vacunas del contagio? ¿En qué medida? ¿Cuánto durará la inmunidad? Las vacunas anti-covid a punto de aprobarse tienen que continuar en estudio coronavirus Off Sonia Moreno Inmunología Medicina Preventiva y Salud Pública Microbiología y Enfermedades Infecciosas Off

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