Los sanitarios deben hacer frente a un nuevo perfil de paciente: el policomplementado, que se suma al polimedicado. Suele obedecer a otro patrón: es más joven y vive en un entorno urbano. Así lo explican profesionales como Guadalupe Blay, responsable del Grupo de Trabajo de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), que apunta hacia la necesidad de un nuevo abordaje: "Los médicos debemos preguntar al paciente si está tomando algo de parafarmacia, además de medicamentos".
Asimismo, Cristina Díaz López, farmacéutica comunitaria en Madrid y miembro del Grupo de Trabajo de Nutrición y Digestivo de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac), apostilla: "En base a la evidencia científica disponible, los pacientes que viven en zonas urbanas tienden a usar más complementos alimenticios que los rurales, pero esta diferencia no depende tanto del lugar de residencia como de factores personales, como edad, sexo, nivel educativo, ingresos, comorbilidades y actitud hacia la salud". Además, añade que "en áreas urbanas la oferta existente es mucho más amplia y accesible (farmacias, parafarmacias, herbolarios, supermercados u online), mientras que en zonas rurales se parte de una menor disponibilidad física y existe una menor conciencia de esta categoría".
Alteración de analíticas
"Hay mucha demanda de vitaminas", lo que altera las analíticas, subraya Blay. "Esto puede afectar, por ejemplo, a los niveles de homocisteína, un marcador para el riesgo cardiovascular. "Por eso siempre le decimos al paciente que se haga las analíticas dos o tres días después de haber suspendido la ingesta de estos complementos", señala. ¿Otro caso? El de quienes toman biotina (B7): "Si vas a medir el tiroides, puede parecer que tienen las hormonas elevadísimas, cuando no es así; es un efecto de la biotina. Pero si nos vamos a las proteínas y aminoácidos, si yo tomo creatina, la tendré elevada, al igual que la urea, y yo, como médico, puedo pensar en un fallo renal, porque igual el paciente dice que él no toma nada", indica. De ahí la importancia de la comunicación médico-farmacéutico-paciente.
"Destacan, con buena dinámica de crecimiento, los productos relacionados con el sueño, digestivo y las vitaminas" (Anefp)
De hecho, tanto Juan Carlos Ocaña Tabernero, miembro del Grupo de Trabajo de Medicina Tradicional y Complementaria de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), como Esther Ramos Lledó, coordinadora del Grupo de Trabajo de Medicina Tradicional y Complementaria de Semergen, subrayan "la importancia de que siempre que se tomen complementos alimenticios se comunique al médico para evitar posibles efectos secundarios e incluso interferencias con la medicación habitual que se toma". Y añaden: "Hay que informar a la población de que comprar estos productos en fuentes desconocidas, que a menudo operan en internet, y no a través de los canales de distribución de alimentos autorizados o en la farmacia, siempre supone un riesgo para la salud".
La moda de los complementos, añade Blay, ha sido especialmente palpable a raíz de la pandemia. Así lo constatan los datos proporcionados por la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp): "Sí vemos la tendencia. En los últimos cinco años el mercado de complementos alimenticios ha aumentado casi un 40%, pasando de los 709 millones en el 2021 a los 953 en los últimos doce meses (octubre 24-25)". Según Anefp, "destacan, con buena dinámica de crecimiento, los productos relacionados con el sueño, digestivo y las vitaminas. Como grupos destacados están también el cuidado de los ojos, capilares y aparato genito-urinario".
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