“Uno llega a ser un buen gestor porque previamente ha sido un buen clínico”. Hace ya casi tres años que, con motivo de su jubilación, Rafael Matesanz (Madrid, 1949) explicaba con estas palabras parte de su secreto para haber “levantado desde menos cero” la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y haberla mantenido 25 años en el liderazgo mundial de donaciones y trasplantes, batiendo año a año su propio récord. Discreto de apariencia, pero de conversación audaz y valiente en la distancia corta, Matesanz no necesitaba la jubilación para hablar sin pelos en la lengua sobre las carencias y errores de la gestión de organizaciones e instituciones sanitarias.
Pero el retiro en la Costa Brava le ha concedido al menos el tiempo necesario para plasmar sus enseñanzas en un libro, Gestión con alma, que desgrana las claves del éxito para gestionar instituciones o empresas a partir de la experiencia vivida en la ONT.
PREGUNTA. Se le ha escuchado decir que el éxito de la ONT estuvo en que “hacía falta”. ¿Qué le hace falta a España?
RESPUESTA. A España le hace falta un proyecto común y alguien que lo pilote. Pero carecemos no sólo de ese proyecto común sino también de alguien que dé la talla.
P. Cualquiera diría que no confía en los políticos.
R. Ha habido ejemplos muy sonoros de destituciones que han hecho políticos de excelentes técnicos implicados en los trasplantes, como la coordinadora de trasplantes de Canarias, por ejemplo, que provocaron en su día un descenso de las donaciones en la autonomía de la que tardamos más de diez años en recuperarnos. Eso revela el poco valor que se da al trabajo técnico y la poca seriedad de muchos políticos.
“Estuve a punto de tirar la toalla; no por estrecheces económicas sino por falta de entendimiento con algunos políticos”
P. Dedica un capítulo completo de su libro a explicar cómo evitar que el personal se queme. ¿No se habrá quemado usted?
R. (Risas) No, no, quemado no, pero sí que me he chamuscado en varias ocasiones… cuando te has tenido que dar tantas veces contra un muro… Pero soy de los que creen, como Cela, que el que aguanta, gana. En varias ocasiones he estado a punto de tirar la toalla no por estrecheces económicas, que siempre nos hemos adaptado a lo que teníamos, sino por falta de entendimiento con algunos políticos, con el ministro de turno.
P. No puede ser más difícil entenderse con un político que con un gran pope de la Medicina y ya se sabe que el sector de los trasplantes siempre se ha ligado a…
R. Es siempre más fácil entenderse con alguien inteligente por mucho que se lo crea o por muy complicada que sea esa persona que con un tonto. Yo he tenido en el ámbito de los trasplantes la suerte de llegar a grandes entendimientos.
P. Entre sus enseñanzas de gestión, dice que no se pueden gestionar los recursos humanos sin hablar de salarios. ¿Está bien pagado el médico?
R. Los salarios de los médicos y los enfermeros en España están al nivel de la Europa del Este. Así es imposible gestionar nada. Este país debería dedicar más recursos a sanidad y subir los sueldos; lo saben, pero no lo hacen.
P. ¿Ocurre lo mismo con la formación? ¿Se puede hablar de ella sin poner dinero sobre la mesa?
R. Al principio la formación en trasplantes no era diferente de la del resto de la sanidad, y estaba apoyada por la industria farmacéutica. Pero nos dimos cuenta de que los profesionales que a nosotros nos interesaban como intensivistas o urgenciólogos no prescribían inmunosupresores y por tanto no interesaban a la industria. Así que nos hicimos cargo de la formación nosotros. No digo que la industria lo haga mal, pero tiene sus propios intereses. Creo que la independencia es crucial para toda la formación sanitaria.
“Los salarios de los médicos en España están al nivel de la Europa del Este. Así es imposible gestionar nada”
P. Una de las claves del éxito que cita es la política de comunicación. Es verdad que la ONT siempre ha tenido el teléfono abierto para los medios de comunicación pero, ¿cree que habría sobrevivido de haber surgido ya en los tiempos de Twitter?
R. Sí, es la misma filosofía pero con distinta metodología: simplemente hay que ser consecuente con lo que haces y con lo que dices.
P. No se crea. Al teléfono no le pueden poner un millar de haters (difamadores, destructores) a la vez, pero en Twitter…
R. De haters también sé un poco. Lo sufrí con lo de las médulas, que tenían una auténtica campaña orquestada. Es muy molesto y desagradable. No tengo Twitter porque es innecesario someterse a ese estrés. Además, en Twitter es muy importante saber no saltar a la mínima y me conozco…
P. Después de tanto tiempo al frente de la ONT debe ser extraño el parón en seco.
R. Bueno, en realidad me pasé un año entero jubilándome porque hacía falta un gobierno que no estuviera en funciones para poder hacer el relevo y garantizar que quedaba, como quedó, en buenas manos. Estoy muy satisfecho del trabajo de Beatriz [Domínguez-Gil] que está mejorando mucho la ONT.
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