Los niveles reducidos de la lactoferrina, una proteína de defensa, en saliva es un biomarcador temprano del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer (EA), según indica a DM Eva Carro, directora del Grupo de Enfermedades Neurodegenerativas del Instituto de Investigación i+12, del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, y miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (CiberNED), instituciones que han dado a conocer estos hallazgos, que se correlacionan con los resultados de la presencia de beta-amiloide en la PET cerebral, prueba principal de diagnóstico, y que se publican en 'E-Biomedicine'.
Según Carro, la lactoferrina es muy específica del desarrollo o presencia de EA, pero lo consideramos como biomarcador temprano porque “en los exámenes realizados en pacientes con deterioro cognitivo leve, también se han observado niveles bajos de ferritina en su saliva y eran PET positivos”. Estudios previos publicados en 2017 por este mismo grupo ya observaron que la lactoferrina, una proteína con actividad antibacteriana, antifúngica y antivírica, estaba disminuída en estos pacientes.
Diagnóstico diferencial
En la nueva investigación, se seleccionó a dos cohortes de pacientes a los que se practicaron los test serológicos y salivales más la prueba de imagen PET para confirmar la existencia de depósitos de beta-amiloide. En ambos casos, la correlación de los datos era la misma. Sin embargo, y según Carro, se estudiaron también pacientes con otras alteraciones neurológicas, como la demencia fronto-temporal, en la que los niveles de lactoferritina en saliva fueron normales, “fenómeno que conduce a un diagnóstico diferencial y que subraya a esta proteína como biomarcador muy específico de Alzheimer”.
Para la especialista, los hallazgos, junto con el conocimiento de la actividad defensiva de la lactoferrina marcan una hipótesis: la enfermedad de Alzheimer sería una alteración sistémica con manifestaciones inmunológicas tempranas con leves componentes inflamatorios, aunque también cabe la posibilidad de que las alteraciones sistémicas sobre sistema inmune en la enfermedad podrían ser posteriores al daño cerebral precoz en el Alzheimer.
“Los niveles bajos podrían deberse a una alteración del sistema inmune, exacerbando así el riesgo de padecer Alzheimer. Podría tratarse de un sistema inmunológico más debilitado, con implicaciones sistémicas, pero cuyo efecto se manifiesta, fundamentalmente, a nivel cerebral. Cuando de detectan niveles salivales bajos de la lactoferrina podríamos estar asistiendo a una fase inicial prodrómica de la enfermedad”.
Sobre las implicaciones clínicas del test en saliva, aún en fase de desarrollo y validación, Carro considera que al tratarse de una prueba no invasiva, podría “convertirse en una herramienta muy útil de primer cribado”, hecho más importante si se trasladara incluso a las consultas de Atención Primaria, ante personas de mediana edad que presentan algunas alteraciones, pero que suelen pasar desapercibidas hasta que la enfermedad no muestra manifestaciones clínicas específicas y se confirma por los actuales biomarcadores validados como la PET o el análisis de la proteína tau", señala Carro.
La derivación de pacientes con elevada sospecha de estar desarrollando la enfermedad en fases prodrómicas repercutiría positivamente, a su juicio, en los tratamientos, ya que datos de múltiples ensayos terapéuticos sobre Alzheimer, sugieren que el inicio precoz de las terapias se correlaciona con mayor eficacia y control de la enfermedad frente a cuando los fármacos se introduce de forma
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/2YAeI6n
No hay comentarios:
Publicar un comentario