“Colapso no, no es verdad; margen de maniobra tenemos. Otra cosa es la situación del personal, que ya ha superado el límite”, explica José Ángel Montañés, médico de Urgencias y delegado del sindicato Médicos de Cataluña en el Hospital Arnau de Vilanova de Lérida, del Instituto Catalán de la Salud, que es el centro de referencia para los casos graves de los brotes de Covid-19 declarados en la capital de la provincia y en la comarca del Segrià.
Informa Montañés de que tienen dos plantas dedicadas a estos casos y que la tercera está vacía, con solo 2 o 3 pacientes en estos momentos, a la espera de más. En UCI disponen también de 10 camas vacías disponibles para los casos más graves.
“Nos hemos adaptado con muchísima rapidez, pero esta es ya la segunda ola y no hemos descansado de la primera. Se ha reducido la actividad quirúrgica programada para disponer de camas y recursos humanos pero el personal que trabaja no se ha podido recuperar y los que están de vacaciones están confinados en sus casas porque no se puede salir del territorio”, informa.
Ese personal podría ser movilizado, en caso de necesidad. Sería la opción más realista puesto que Montañés dice que de la lista de voluntarios de otros centros catalanes, en la que figuran 200 o 300 profesionales, no se pudo tirar en la primera ola de la pandemia en el centro. “Creo que sólo ha venido una enfermera”, apunta.
"La ratio de enfermeros se cumple"
En estos momentos, asegura Montañés, la ratio de enfermeros se cumple y los médicos son los adecuados para necesidades, excepto en la UCI, donde “lo están pasando mal” porque su personal no es fácil de sustituir y en Medicina Interna. En los dos casos, los médicos son los mismos que hay habitualmente.
Gerencia del centro ya comunicado al personal que reserven días de vacaciones porque se les dará opción de cogerlos en otro momento, afirma Montañés. Confirma que, por ahora, nos e ha contratado a nadie para suplencias en verano.
A su juicio, se hizo una lectura errónea tras el fin del Estado de Alarma, como si todo hubiese finalizado, cuando la afluencia masiva de temporeros para recogida de la cosecha (más de 30.000), las vacaciones y el movimiento consiguiente de la población y el turismo en la zona era previsible que empeorarían las cosas. “Ha habido un exceso de confianza por parte de la Administración catalana que, además, no resolvió el problema del sistema sanitario muy justo, siempre al límite, que no llegó a recuperarse de la crisis de 2008 y los recortes aplicados por el Gobierno catalán (siendo presidente Artur Mas, de CiU)”, recuerda Montañés.
Sobre si existe buena coordinación con otros centros de agudos, la primaria, centros sociosanitarios y residencias de ancianos en la zona, Montañés cree que algo sí pero que la primaria, por ejemplo, está superada y no puede asumir todo lo que tiene que asumir, incluidos pabellones para acoger a temporeros y residencias de ancianos. “Así, difícilmente pueden coordinar nada”, indica. Por el contrario, cree que esta vez la dotación de EPIs y la capacidad para hacer pruebas PCR es buena.
Montañés echa de menos un plan de contingencia ante olas de pandemia porque hasta dentro de un año y medio o dos años no habrá tratamiento o vacuna efectivos y seguros.
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